Archivo de la categoría: Editorial Seix Barral

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Karoo (Steve Tesich)

Steve Tesich
2013
560 paginas
Seix Barral
Traducción: Javier Calvo

El protagonista de la novela es un escritorzuelo -no un escritor- sino un reescritor, modelador de textos ajenos, tal que esos guiones imperfectos se conviertan en joyas engastadas en la maquinaria de la producción fílmica Hollywoodense, quien se halla en ese momento existencial en el que la vida se despeña y uno va detrás, cuando uno anhela descansar de sí mismo, sin llegar al extremo del suicidio, cuando la carga de significado de cuanto uno hace o no hace, abruma, lastra, merma, socava, irrita, frustra.
Así más o menos parece que se siente Saúl Karoo, el protagonista de esta novela que hace del humor saturado y corrosivo su seña de identidad y es su columna vertebral y que entre bromas y veras, irá desgranando los males, el absurdo y el patetismo de las sociedades del llamado primer mundo, a pesar de que hayan pasado casi 20 años desde su publicación en 1998, dos años después de que Steve Tesich (quien ganó el Oscar al mejor guión original por la película Breaking away) muriera y muchas de las cosas que se dicen en la novela, se hayan visto agravadas, habida cuenta de que internet no había entrado en nuestras vidas, convertidas ahora en una amalgama de tupidas redes sociales, donde la intimidad se cede gratuitamente al dominio público virtual.

La novela, editada por Seix Barral, con traducción de Javier Calvo, es un guion disparatado, donde Saúl, patético y genial, tierno y excéntrico, con una relación patológica con la verdad, que refiere sin miramientos a completos desconocidos y a su vez mentiroso compulsivo con sus seres más próximos, cuya propia identidad entiende como un sumatorio de estados emocionales, marida sus éxitos laborales con el fracaso de su matrimonio, que se verá aliviado con la llegada de una joven, a quien conoció telefónicamente cuando ésta tenía 14 años y dio a su hijo recién nacido en adopción a un par de ricachones de mierda: Saúl y su esposa.

El azar querrá que Saúl y la joven se vuelvan a encontrar, lo que da pie, como el resto de las situaciones de la novela a escenas hilarantes. Cuando Steve Tesich habla de que Dante si viviera hoy dedicaría un anillo de su Infierno a las cintas transportadoras de los aeropuertos, acierta. En esta ocasión y en otras muchas, puesto que Tesich es un agudo y filoso observador, a quien le gusta meter el dedito en la llaga, en los ojetes, tal que las muchas carcajadas que provocan (a no ser que uno, al igual que Saúl es inmune al alcohol,
lo sea para el humor) estallan en la garganta y si no tragas a tiempo corres el riesgo de ahogarte. Dicho queda.

El libro va a más hasta que Saúl y demás familia se van a España de vacaciones, a Sotogrande, o Rollogrande y entonces la novela corre el riesgo de serlo. Decía antes que la columna vertebral de la historia era el humor, una columna que se verá truncada por la tragedia, sí, la MUERTE, siempre hambrienta, siempre insaciable, siempre jodiéndonos la vida.

La narración entonces se vuelve más fúnebre, más reflexiva, menos humorística, ni siquiera hay humor negro, y si Saúl se mirase en el espejo ya no vería ni una (di)versión de sí mismo; brota el elemento familiar, la madre de Saúl está ya vieja, apergaminada, emboscada en los efluvios de la decrepitud y todo resulta más triste de leer que otra cosa, y entonces la narración fantástica homérica (donde Saúl es Odiseo), sobre una goleta solar, cerrará el libro de una manera bastante extraña.

Concluyo diciendo que algunos libros como el presente parecen serlo pero no lo son, son más bien agujeros negros, cuya prosa torrencial, su flujo narrativo, su humor barrenador, ejercen un campo gravitatorio tal, que succionan todo cuanto hay a su alrededor; así desaparece el sofá orejero, desaparece el puff, desaparece el lec…

El Sistema

El Sistema (Ricardo Menéndez Salmón)

Ricardo Menéndez Salmón
Editoria Seix Barral
2016
326 páginas

Ricardo Menéndez Salmón nos ofrece una gesta distópica. Hablo de gesta, no de gesto, porque en manos de escritores menos solventes, hablaríamos de eso, de un gesto, una mueca, un esbozo, un empeño estéril, pólvora mojada, sin embargo Ricardo, una para mí de las mejores prosas españolas del panorama actual, aúna contenido y continente, para trascender el ensayo y de la mano de El Narrador, situarnos en una sociedad futurista, que bien podría ser un presente continuo, si prestamos atención al mundo cada vez más convulso que vemos en las imágenes que vomitan los telediarios cada día.

El mundo como lo conocíamos es un Sistema, con las hechuras de un archipiélago. Hemos superado la Protohistoria, la Historia Antigua, la Historia Moderna, la Historia Nueva. El mundo está divido entre los Propios y los Ajenos. El poder, y por tanto también el relato de la Historia, está en manos de los primeros. Los otros, los Ajenos, se rebelan, desafían el Sistema, quieren abolirlo dado que éste no conoce la compasión, e inician la rebelión, la posible toma del Poder.

Esto lo podríamos leer como ciencia ficción. No lo es. Está pasando. La Unión Europea lejos de integrar y acoger, se une contra el bárbaro, contra los otros, contra los Ajenos, si empleamos el lenguaje de El sistema, y levanta muros, alambradas, sustituye el concierto por la concertina. Ceba la tragedia, la orilla, la justifica, hacina a seres humanos (emplear el término refugiado, frena el efecto de la alteridad) de todas las edades, los deja a la intemperie, los abandona a su suerte. Nosotros, como parte de esa Unión, somos ejecutores, cómplices.

La narración se articula en cuatro actos.

El primero es la espera en la estación meteorológica, en la isla Realidad. El protagonista es El Narrador, dueño y señor de su soledad, de su tiempo, de su horizonte. Una espera que me recuerda El desierto de los tártaros de Buzzati. Una espera del enemigo, del invasor, que no conforta, pero tampoco socava. Tiempo que le permite a nuestro centinela ir olvidando a su mujer a sus hijas. Una espera amniótica.

El Narrador entonces huye. Quiere volver a ver a su familia. El presunto reencuentro con su familia no será tal. Se ha volatilizado. La familia y la esperanza. Recala en La Academia del sueño, donde allí nadie tiene sueños, con la ingesta de la sustancia T29. Puede irse si quiere, buscar nuevos horizontes, pero el miedo a la desconocido es un condón umbilical que en la edad adulta nos anuda irremisiblemente a ese presente sólido en el que creemos hacer pie.

Lo embarcan luego en el Aurora. Imposible no pensar, leyendo esa singladura fluvial, en El corazón de las tinieblas de Conrad. Un tripulante especial, un niño misterioso, un enigma de carne cifrado, que se erige como líder. El Narrador es el encargado de contabilizar la realidad. Llegan finalmente al meollo de la trama, a la Cosa, ese ente inmaterial, del que todos hablan, pero que nadie ha visto. Un trasunto de Cristo.

Si la historia avanza fluidamente, pero a toro pasado siempre vemos las cesuras de este Poema Histórico, como esos anillos en los árboles que nos permiten ir descifrando las distintas edades, en la Cosa y ante un prototipo quizás podamos pensar que una nueva época ya está en marcha, quizás repican las campanas, ante el advenimiento de un nuevo Hombre.

Primordial deviene en el relato La lección de anatomía del doctor Tulp de Rembrandt, en su estudio anatómico del difunto Kindt. Al hilo del cuadro se pregunta el Narrador si la sabiduría no pasa por renunciar a toda vocación de complejidad. Si la claridad no es otra cosa que un fortín inexpugnable.

La distopía no le obliga al autor a tener que renombrar cada una de las cosas que conocemos, empeño que a menudo cifra el talento de los autores creadores de mundos fantásticos. Ricardo nos sitúa en el vector tiempo/espacio con muy pocos elementos: El Sistema, El Dado, La Cosa, los Propios, los Ajenos, la T26, etc y esto redunda en que la trama resulte inteligible.

Hay escritores que al escribir centrifugan párrafos, despachan las palabras con ansia, en pos del anhelado ritmo, otros, como Bayal, como Andrés Ibáñez, como Salmón, renuncian a soltarlas tan pronto y las trabajan, las amasan, van construyendo significados, siempre buscando la palabra justa, oportuna y se produce entonces la alquimia de que lo leído se nutre de palabras no gastadas por el uso, y ha lugar entonces el fulgor, la sorpresa, luego el asombro, y finalmente mi reconocimiento hacia una novela brillante.

Lecturas periféricas: Rendición (Ray Loriga), El año del desierto (Pedro Mairal)

La abuela civil española

La abuela civil española (Andrea Stefanoni 2015)

Andrea Stefanoni
Seix Barral
2015
272 páginas

La abuela civil española es Consuelo, la abuela de la escritora de la novela, la argentina Andrea Stefanoni.

Consuelo es española, leonesa, vive en Boeza un pequeño pueblo leonés, y sufre ella (y el resto de vecinos) los pormenores del hambre, el acecho a veces criminal de los lobos hacia las ovejas, y a veces sobre los humanos, el frío y en especial el estallido de la guerra civil en 1936, que como un cortafuegos humano, dejará personas a ambos lados, a menudo contra su voluntad.

La voz cantante la toma Rogelio, un rojo que huye al bosque al terminar la guerra, tras habérsela jugado al falangista Felipe, quien luego ocupará un buen puesto en las filas franquistas. Rogelio huye, con otros 90 hombres por el bosque nevado, pero al final caen todos ellos ante los soldados nacionales. A Rogelio lo encarcelan, lo condenan a muerte, lo fusilan varias veces, sin que ninguna bala lo roce y tres años después de su cautiverio lo ponen en libertad, vuelve entonces a su pueblo, consigue primero un empleo, más tarde el amor de una mujer, Consuelo, se casan, ella queda embarazada y cuando se enteran de que Felipe, avisado por el hermano de Rogelio, va camino del pueblo a saldar las deudas pendientes, cogen todas sus pertenencias y desde Barcelona, y tras tres semanas de dura travesía en las bodegas de un barco llegan a Buenos Aires, donde se instalan primero y consiguen trabajo después, primero en la capital, y más tarde luego en la isla Tigre, en el delta del río, como guardanes de una casa.

La narración entonces adopta un tono más familiar, más anodino, hasta acabar siendo Sofía, la nieta de Consuelo (un trasunto de la narradora) quien dedique un buen número de páginas a hablarnos de su hacendoso hermano Pablo, de su abuelo que muere, de su madre que muere, y de su abuela que los sobrevive a todos y cuya caída, transmitida por teléfono, da comienzo al libro, y es el cordel del que tirar para desmadejar el pasado.

El libro abarca ocho décadas y ofrece una narración que abunda en las elípsis dando lugar a historias que quedan truncadas, o que son escasamente desarrolladas, siendo unas más interesantes que otros. El último tramo, las últimas cincuenta páginas, con Sofía como narradora, me resultan, en ese tributo a su abuela, las más flojas del libro.

Hay ciertos temas recurrentes en la novela. Uno es que Rogelio desde su puesta en libertad siempre vivirá con miedo a que Felipe aparezca y lo eche todo a perder, o a que lo lleven de nuevo a la cárcel. Un miedo del que nunca logrará desurdirse, salvo quizás ya en su final, cuando sabe que va a morir. Un miedo que explicita a las claras lo que para muchos derrotados supuso la Guerra Civil. Otra especie muerte en vida.

Consuelo a su vez, aparece como la abuela coraje. Sabemos que su madrastra, Esperanza, era muy mala, de cuento. Consuelo no ha leído cuentos de hadas, nosotros sí, y acomodar a Esperanza a las hechuras de la madrastra resulta cuando menos forzado. Sabemos que Consuelo apenas tuvo niñez pues lo único que conoció (ella y los niños y niñas como ella) fue el duro trabajo desde su mocedad, en casa y en la mina, que luego se enamoró, se casó, se quedó embarazada de Rogelio, que emigró, y que trabajó mucho toda su vida, tanto en España como en Argentina. Sabemos que emigraron, pero no sabemos si alguna vez pensó en volver, en regresar a León, etc.
Otro tema que la autora trabajo a conciencia es la nostalgia, la melancolia, la añoranza, la que siente Sofía (sin haber cumplido la autora todavía los 40) de los años arcádicos que pasó cuando era niña junto a sus abuelos en la isla del delta del Tigre.

El título de la novela engaña. Porque la guerra civil ocupa una parte del libro (alrededor de la mitad), pero la guerra queda ahí como en sordina, como un rumor ciego. Tanto es así que cuando a la hija de Consuelo le piden que sus padres acudan al colegio a hablar de la guerra civil española ninguno de los dos progenitores querrá -quizás para no reabrir heridas- decir nada sobre dicho acontecimiento histórico que les obligó a dejar su tierra, su familia, sus esperanzas y buscarse la vida en otro continente.

Cuando Rogelio sale de la cárcel, me vienen ecos de La Tregua, si bien el periplo de Rogelio para volver a su pueblo es casi un visto y no visto, más allá de la muestra de solidaridad o efectista invitación a comer por parte de una desconocida.

La llegada al nuevo continente, el acto migratorio, se despacha también de manera superficial, con apenas cuatro apuntes y ahí me viene en mente La estación perdida de Use Lahoz, donde este sí que se explayaba largo y tendido y con enjundia sobre una situación (la de los emigrantes) análoga a la que experimentarán Rogelio y familia.

No faltan los golpes de gracia sentimentales, como la familia que reaparece para devolver las cien pesetas prestadas por Consuelo décadas atrás a bordo del barco que les alejó de España, el impulso de Consuelo a Rogelio para que este materialice su deseo de convertirse en apicultor o la partida de ajedrez entre Rogelio y el director de la cárcel. Momentos que buscan pellizcar al lector y tocarle la fibra.

Si Andrea quería escribir un libro sobre su abuela Consuelo, sobre su familia y sobre cuanto echa de menos los años pasados en el delta del Tigre, pues con la publicación de la novela ha cumplido su objetivo, pero muy poca cosa más, más allá de dejarme para el recuerdo una lectura amena, divertida a ratos y algún destello de interés.

A todos aquellos interesados en las novelas ambientadas durante la Guerra Civil española les dejó este útil enlace.

Resumen de lecturas 2014: Olimpo literario

De esta, no me LIBRO

De esta, no me LIBRO

Ha sido este año que se acaba otro año más fértil en lecturas (89), unas lecturas más vibrantes y provechosas que otras. La mayoría de los libros que he leído se han publicado este año, pero también he leído libros que anhelaba leer hacía ya un tiempo como El desierto de los tártaros, Romanticismo, Incendios, Pequeño Teatro, Stoner, El ruletista, etcétera.

Miles de libros se publican cada año y entre ese maremágnum de títulos publicados y publicitados a bombo y platillo por las grandes editoriales como Random House o Planeta, existen otras editoriales pequeñas que hacen cosas estupendas como Ardicia, Carpe Noctem, Impedimenta, Periférica, KRK ediciones, Minúscula, Errata Naturae, Páginas de Espuma, La Uña Rota, Candaya, Sexto Piso, Los libros del Lince, Cabaret Voltaire, Acantilado, Caballo de Troya, Lengua de Trapo, Trifolium, entre otras muchas.

He intentado leer libros de todas las editoriales que he podido, y el año venidero tengo la misma intención: ir a la búsqueda de títulos interesantes de estas editoriales no tan populares y hablar(os) de los mismos en este rincón virtual.

La relación de lecturas del 2014 clasificadas por el nombre y apellidos del/la autor/a es la siguiente:

1-Abelardo Castillo, El que tiene sed, Carpe noctem (2013)
2-Alberto Olmos, Alabanza, Mondadori (2014)
3- Alberto Olmos, Pose, La uÑa RoTa (2012)
4-Alexandr Herzen, Doctor Krupov, Ardicia (2014)
5-Alfonso Mateo Sagasta, El reino de los hombres sin amor, Grijalbo (2014)
6-Alvaro do Carvalhal, Los caníbales, Ardicia (2014)
7-Alvaro Enrigue, La muerte de un instalador, Mondadori (2008)
8-Ana María Matute, Pequeño teatro, El Mundo (1954)
9-Anatole Broyard, Ebrio de enfermedad, La uÑa RoTa (2013)
10-Ann Cameron, El lugar más bonito del mundo, Alfaguara (2002)
11-Anne Serre, Ponte mesita, Anagrama (2014)
12-Antonio López Vega, 1914: el año que cambió la historia, Taurus (2014)
13-Antonio Muñoz Molina, Todo lo que era solido, Seix Barral (2013)
14-Antonio Orejudo, Fabulosas narraciones por historias, Círculo de lectores (1996)
15-Antonio Patricio, Vigilia inquieta, Ardicia (2014)
16-Béla Hamvas, La filosofía del vino, Acantilado (2014)
17-Dacia Maraini, Bagheria, Minúscula (2013)
18-Dino Buzzati, El desierto de los tártaros, Gadir (2005)
19-Edward Bulwyer-Lytton, La casa y el cerebro, Impedimenta (2013)
20-Eloy Tizón, Velocidad de los jardines, Anagrama (1992)
21-Elvira Mancuso, La maestra Annuzza, Periférica (2014)
22-Emmanuel Carrere, Limonov, Anagrama (2013)
23-Enrique Gallud Jardiel, Historia estúpida de la literatura, Espuela de Plata (2014)
24-Enrique Gallud Jardiel, Jardiel -La Risa inteligente, Doce Robles (2014)
25-Enrique Serna, La ternura caníbal, Páginas de Espuma (2013)
26-Enrique Vila matas, Perder teorías, Seix Barral (2010)
27-Esther García Llovet, Mamut, Malpaso (2014)
28-Fernando Clemot, Estancos del Chiado, Paralelo sur (2008)
29-Franz Kain, El camino al largo desierto, Periférica (2013)
30-Gonzalo hidalgo bayal, Conversación, Tusquets (2011)
31-Guadalupe Nettel, El huésped, Anagrama (2006)
32-Guadalupe Nettel, El matrimonio de los peces rojos, Páginas de espuma (2013)
33-Guy de Maupassant, Los domingos de un burgués en París, Periférica (2014)
34-Isaac rosa, La habitación oscura, Seix Barral (2013)
35-J.S. De montfort, Fin de fiestas, Suburbano (2014)
36-Jacques Chauvire, Elisa, Errata Naturae (2014)
37-Javier Cercas El impostor Mondadori (2014)
38-Javier Gomá Lanzón, Aquiles en el gineceo, Taurus (2014)
39-Javier Gomá Lanzón, Ejemplaridad publica, Taurus (2014)
40-Javier Gomá Lanzón, Ingenuidad aprendida, Galaxia Gutenberg (2011)
41-Javier Gomá Lanzón, Razón: portería, Galaxia Gutenberg (2014)
42-Jean Echenoz, 14, Anagrama (2013)
43-Jean Echenoz, Ravel, Anagrama (2010)
44-Jenn Díaz , Es un decir, Lumen (2014)
45-Jerome Ferrari, El sermón sobre la caída de roma, Mondadori (2013)
46-Joaquín Berges, La línea invisible del horizonte, Tusquets (2014)
47-John Williams, Butcher Crossing, Lumen (2013)
48-John Williams, Stoner, Baile del Sol (2010)
49-José Antonio Garriga vela, El cuarto de las estrellas, Siruela (2014)
50-José González, La visita, Caballo de Troya (2013)
51-José María Pérez Álvarez Examen final Editorial Trifolium (2014)
52-Juan Aparicio Belmonte, Un amigo en la ciudad, Siruela (2013)
53-Juan Eduardo Zuñiga, Brillan monedas oxidadas, Galaxia Gutenberg (2010)
54-Julio Llamazares, El cielo de Madrid, Alfaguara (2005)
55-Leonardo Padura, Pasado perfecto, Tusquets (2010)
56-Lorenzo silva, La sustancia interior, Destino (1996)
57-Lucía Puenzo, Wakolda, Duomo (2013)
58-Luis García Jambrina, En tierra de lobos, Ediciones B (2013)
59-Luis Landero, El balcón de la memoria, Tusquets (2014)
60-Manuel Longares, Romanticismo, Cátedra (2001)
61-Margaret Mazzantini, Mar de mañana, Alfaguara (2013)
62-Mark Adams, Dirección Machu Pichu, Xplora (2013)
63-Miguel Alcázar, Bulevar 20, Varasek (2014)
64-Miguel Serrano Larranz, Autopsia, Candaya (2013)
65-Mircea Cartarescu, El ruletista, Impedimenta (2010)
66-Nigel Warburton, Una pequeña historia de la filosofía, Galaxia Gutenberg (2013)
67-Nuccio Ordine, La utilidad de lo inútil, Acantilado (2013)
68-Pablo D´ors, Andanzas del impresor Zollinger, Anagrama (2003)
69-Pablo D´ors, El amigo del desierto, Anagrama (2010)
70-Patrick Modiano, Un circo pasa, Cabaret Voltaire (2013)
71-Piedad Bonnet, Lo que no tiene nombre, Alfaguara (2013)
72-Raúl Guerra Garrido, Dulce objeto de amor, Reino de Cordelia (2014)
73-Ricardo Menéndez Salmón, Niños en el tiempo, Seix Barral (2014)
74-Robert Walser, Jakob von Gunten, De bolsillo (2014)
75-Roberto Arlt, La pista de los dientes de oro, Carpe noctem (2014)
76-Rodrigo Lacerda, Otra vida, Libros de pizarra (2014)
77-Scipio Slataper, Mi Carso, Ardicia (2013)
78-Sergio del molino, La hora violeta, Mondadori (2013)
79-Teju Cole, Ciudad abierta, Acantilado (2012)
80-Thomas Wolfe, Especulación, Periférica (2013)
81-Valeria Luiselli, Papeles falsos, Sexto Piso (2010)
82-Wajdi Mouawad, Ánima, Destino (2014)
83-Wajdi Mouawad, Incendios, KrK ediciones (2011)
84-William Gaddis, Gótico carpintero, Sexto Piso (2012)
85-Willy Uribe, El último viaje del Omphalos, Los libros del lince (2013)
86- J.A. González Sainz El viento en las hojas Anagrama (2014)
87- Menchu Gutiérrez, La niebla, tres veces, Siruela (2011)
88- Agustín Fernández Mallo, Limbo, Alfaguara (2014)
89- Valeria Luiselli, La historia de mis dientes, Sexto Piso (2014)

Los libros que más he disfrutado leyendo durante el 2014 y que pasan a ocupar mi particular Olimpo literario son estos:

Aquiles en el Gineceo (Javier Gomá Lanzón)
Conversación (Gonzalo Hidalgo Bayal)
Ejemplaridad Pública (Javier Gomá Lanzón)
Examen final (José María Pérez Álvarez)
Fabulosas narraciones por historias (Antonio Orejudo)
Gótico carpintero (William Gaddis)
Historia estúpida de la literatura (Enrique Gallud Jardiel)
Jardiel, la risa inteligente (Enrique Gallud Jardiel)
Incendios (Wajdi Mouawad)
La ternura caníbal (Enrique Serna)
Los domingos de un burgués en París (Guy de Maupassant)
Limonov (Emanuele Carrere)
Mi carso (Scipio Slataper)
Niños en el tiempo (Ricardo Menéndez Salmón)
Pasado perfecto (Leonardo Padura)
Pequeño Teatro (Ana María Matute)
Razón: portería (Javier Gomá Lanzón)
Romanticismo (Manuel Longares)
Stoner (John Williams)

Decir también que si me estuvieran apuntando con un Kinder Bueno a la cabeza y tuviera que decidirme por tres libros, serían Las fabulosas narraciones por historias, Stoner y Romanticismo. Y si sólo fuera uno, me llevaría el libro de Orejudo.

Es curioso que ninguno de esos tres libros que comento se haya publicado el presente año, así quien esté ávido de novedades o libros presentistas aquí no encontrará gran cosa, salvo los libros de Gallud Jardiel y Ricardo Menéndez Salmón que sí se han publicado en 2014.

Me resulta curioso también que mis tres mejores libros me los compré hacía ya un tiempo. El de Orejudo en una feria del libro en Logroño hace más de tres años, el de Stoner en la Central en Madrid en diciembre del año pasado y el de Longares lo compré hace cosa de dos años. Los tres libros estaban ahí expectantes esperando su momento de gloria y lo mejor de todo es que tuvo que ser a través de una recomendación que me hizo otra amiga lectora, quien tras leerse Las Fabulosas narraciones por historias y Stoner, me ánimo a leer ambos dos. Y acertó de pleno. De no haberla hecho caso ahoría estaría hablando de Examen Final, Incendios, Conversación o Aquiles en el Gineceo, que van detrás en la lista.

A los amantes de las intrigas y las conspiraciones decirles que El pequeño Nicolás me ha informado (de espaldas al CNI, of course) de que Los Reyes Magos me van a traer de Oriente Las Mil y una Noches y El estuche con la Historia de mi vida I y II y Los últimos años de Casanova, ambos libros de Atalanta. Un montante de más de 7.000 páginas por delante. Un mundo por descubrir. Tanto placer quizás me mate.

Como Gabo, espero vivir para contarlo, para seguir leyendo. El año próximo nos dedicaremos a conocer la obra de Pablo Andrés Escapa, Danilo Kis, Casanova, Rafael Argullol, Balzac, Stendhal, Jordi Steva, Bruce Chatwin, entre otros.

Abandono sólo uno. La parte inventada de Rodrigo Fresán.

Feliz navidad y prósperas lecturas.
Nos vemos en las librerías.