Editorial Trifolium
136 páginas
2014
A muchos, el escritor orensano José María Pérez Álvarez no les sonará de nada. Lógico si es cierto lo que se dice en esta entrevista, que José María vende unos 500 ejemplares de cada libro publicado. De Nembrot vendió algunos más.
Pues bien, yo soy unos de esos 500. Examen final es la quinta novela que leo del autor y la segunda que publica (de momento) en la editorial Trifolium. A ver si se anima también esta editorial a publicarle Proceso de descomposición, que se me antoja un crimen contra la humanidad (lectora) que a día de hoy permanezca inédita.
El libro que edita Trifolium es una cucada. Respecto a la contraportada diré que no me gusta nada. Leyendo la misma, creo que la nómima de 500 lectores puede bajar peligrosamente por debajo de la centena. Directamente hubiera quitado a esa paloma y la hubiera reemplazado por una simple y.
Después de haber leído mucho de José María […] Álvarez, uno (se) reconoce (a pesar de ser abstemio, no haber pisado nunca un hostal, no haber visto nunca una paloma mutilada, preferir un corrido mexicano a una corrida colombiana y ser Titocolmenarmente feliz) en su mundo. Hay de nuevo un personaje que es escritor, que mea y caga literatura, porque la literatura es para él su razón de ser, o de dejar de serlo y anda tratando de sacar adelante una novela titulada Proceso de descomposición, que nadie quiere publicar, porque el escritor, que huye tanto de lo comercial como del lector medio, se ensimisma y encastilla en su escritura hermética, embutida de dolor y soledad y de fúnebres presagios, mientras bebe y defeca y vuelve a beber y a delirar, mientras suenan las canciones de Serrat, convertido el Nano en la banda sonora de su vida, y constata nuestro protagonista que su mujer pasa de él, que ese plural constructivista de todo comienzo deja paso a dos yoes indiferentes, que se repelen, buscando ambos nuevos horizontes, y nosotros lectores (uso el plural porque quiero pensar que no seré el único lector) somos testigos de ese naufragio sentimental y de la potencia narrativa de la soledad (de las vocales y de las consonantes), y el texto va resultando logorreico, glosólico, babélico (castellano, catalán, inglés, francés, latín, gallego…), torrencial, abrumador, hipnótico, y me maravillo cuando constato a medida que leo lo que otros escritores son capaces de hacer con 136 páginas (NADA, más allá de un constante alardeo de lo banal) y de lo que es capaz de hacer José María […] Álvarez, en tan corto recorrido, en tan breve espacio, porque la lectura de este EXAMEN FINAL es resacosa, lo acabas, y al día siguiente aún me dura la curda, y vuelves a ver al prota con su pijama bebiendo en el parque, a Aser con su bandurria, a Diana con sus tetas orográficas, a regurgitar la felación de esa colombiana inolvidable (del nombre ahora no me acuerdo), a rememorar los desplantes y puyazos verbales de Erótida, el trágico final de Marcela, entre otros momentos a recordar, porque el libro está plagado de fogonazos/hallazgos.
No sé si esta novela está pensada para ser leída por un lector inteligente, anti-PLANETArio, un relector, un gourmet, un sibarita literario, pero lo que sí me parece inteligente es reconocer que esta novela es una fiesta del lenguaje, lo que explicaría que alguien como Gonzalo Hidalgo Bayal (otro de mis escritores favoritos) sintonice con José María […] Álvarez, porque ambos dos rinden tributo a la Literatura con cada libro que publican, y usan las palabras -este magma (a veces mágico)- no para embelecos, ni floripendios, ni Santos Griales, sino para hacernos la vida (leída y no leída) más intensa.
Casi nada.
Voy camino de leer 100 novelas este año, y ésta entra por (mi) justicia (por que me sale a mí de las falanges) entre lo mejorcito que he leído este año. Si esto sirve para hacer que las ventas de esta novela supere los mil ejemplares, mejor para el autor y aún mejor para la Literatura en general.
Si no tenemos claro a estas alturas para qué sirve la Literatura, me dirán para qué sirve una reseña o panegírico en este caso.
Por último lo de Si me pides socorro, resucito tiene gracia.
Y sí.
Y Si tu Me dices Ben, yo digo Affleck (Love of Lesbian)
Hola:
Yo no he leído a este autor, pero sí que me sonaba. Siempre hablaba de él Sergio Gaspar, el editor de DVD cuando quería hablar de un autor que estaba por debajo de lo que se merecía.
Me sonaba también por el escándalo de los plagios de artículos de periódico de Alfredo Bryce Echenique. Era a Pérez Álvarez a quien copiaba Bryce.
A ver si me encuentro con alguno de sus libros y me lanzo.
De todos modos, vender 500 ejemplares para un autor contemporáneo y literario está muy bien. Yo diría que está por encima de la media de lo que suelen vender (incluyendo Anagrama o Random).
Saludos
Pingback: Lecturas 2014 | Devaneos
Hola David. Te agradezco el comentario y te animo a leer a José María Pérez Álvarez, creo que vale la pena. Espero en tu blog algún día estos la relación con tus mejores lecturas del presente año.
Un saludo y felices fiestas.
Pingback: La herida se mueve (Luis Rodríguez 2015) | Devaneos