Archivo de la categoría: El Desvelo Ediciones

Estantería libros

Lecturas y editoriales

He puesto los enlaces a las editoriales que han publicado los libros que he leído estos últimos años. Una lista que no deja de crecer y que ya supera la centena de editoriales.

Acantilado
Adriana Hidalgo
Alba
Alfabia
Alfaguara
Alianza
Altamarea ediciones
Alrevés
Anagrama
Ápeiron
Ardicia
Árdora
Ariel
Atalanta
Austral
Automática
Avant editorial
Baile del Sol
Bala perdida
Balduque
Barataria
Barrett
Base
Belvedere
Berenice
Blackie Books
Boria
Bruguera
Caballo de Troya
Cabaret Voltaire
Candaya
Carmot Press
Carpe Noctem
Cátedra
Círculo de lectores
Comba
Cuatro Ediciones
Debolsillo
Demipage
De Conatus
e.d.a
Ediciones Casiopea
Destino
Ediciones del Viento
Ediciones La Palma
Ediciones La piedra lunar
Edhasa
El Desvelo
Eneida
Errata Naturae
Espuela de Plata
Eterna Cadencia
Eutelequia
Fragmenta>
Fórcola
Franz Ediciones
Fulgencio Pimentel
Gadir
Galaxia Gutenberg
Gallo Nero
Gatopardo
Gredos
Grijalbo
Hermida
Hoja de Lata
Hueders
Huerga & Fierro
Hurtado & Ortega
Impedimenta
Jekyll & Jill
Kalandraka
KRK
La Discreta
La línea del horizonte
La Navaja Suiza
La uña rota
Las afueras
Lengua de trapo
Libros de Ítaca
Libros del Asteroide
Los Aciertos
Los libros del lince
Lumen
Lupercalia
Malas Tierras
Malpaso
Mármara ediciones
Minúscula
Muchnik
Nórdica
Olañeta editor
Paidos
Páginas de Espuma
Pálido fuego
Papeles mínimos
Paralelo Sur
Pasos perdidos
Pengüin
Península
Pepitas de calabaza
Periférica
Pez de Plata
Plaza Janes
Playa de Ákaba
Pregunta Ediciones
Pre-Textos
Random House
RBA
Reino de Cordelia
Sajalín
Salamandra
Sapere Aude
Seix Barral
Sexto Piso
Siruela
Sloper
Stirner
Talentura
Tandaia
Taurus
Témenos
Trama
Tránsito
Tresmolins
Trifoldi
Trifolium
Tropo
Tusquets
Turner
WunderKammer

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En la ciudad dormida (Gabriel Insausti)

Gabriel Insausti (San Sebastián, 1969), poeta, ensayista, aforista, narrador, traductor… se enfunda En la ciudad dormida el traje alado del viajero y se desplaza hasta París, no para ir de tiendas, museos, empiporrarse a croissants, para asistir a una final de la Champions, etcétera, sino para ir de cementerio en cementerio (extralimitándose y llegando incluso al Panteón) como un juego de la oca fúnebre.

Al encuentro de quién va Gabriel, se estarán preguntando. Pues va en busca de los escritores que allí yacen entre las telarañas de la historia. Unos franceses: Badeulaire, Verlaine, Maupassant, Gautier, Sartre, Simone de Beauvoir, Voltaire, Rousseau, Zola… y otros foráneos como Wilde, Joseph Roth, Beckett, Cioran

La presencia física de Gabriel en los distintos cementerios se deja en manos del Viajero y a través del mismo el lector se pondrá al día de cómo varían las tumbas de unos escritores a otros y cómo hasta en el más allá siempre hay una lucha, o batalla, de clases. Luego, el Narrador, a modo de contrapunto, irá sustanciando y espesando aquello que el Viajero ve ante los sepulcros, para desde las tanatografías (se cede parte del espacio a hablar de la manera en la que los insignes escritores dejaron este mundo) ir hacia la biografía, de tal manera que los ensayos conforman un apasionante recorrido por la historia y la literatura, pues entre los yacentes hay naturalistas, surrealistas, simbolistas, existencialistas…

Editado por la editorial cántabra El Desvelo –en su colección ensayística, Altoparlante- Gabriel maneja y despliega su erudición con un tono desenfadado, jocoso, que provoca la hilaridad; en estas páginas uno no solo se divierte aprendiendo (y si uno no sacia aquí su sed de absoluto, si paliará en parte su sed de saber), que ya es el sumun, sino que además lo hace entre carcajadas y risotadas, merced a los juegos de palabras, el sentido del humor tan agudo y afilado del autor que expresa en sus sustanciosos comentarios y reflexiones, lo cual me lleva a afirmar que un libro de ensayos tan sugerente y enriquecedor como el presente no habría de ser confinado a la fosa común del olvido –la de los libros no leídos y/o guardados en los depósitos de las bibliotecas- pues debería tener al menos un sepulcro, discreto si se quiere, pero visible, reconocible y por tocarle un poco los cataplines a Beckett, incluso nombrable. De hecho En la ciudad dormida, se ha convertido, de facto, en uno de mis libros de cabezada, cabecera. La portada del libro, L’Entrée du cimetière de Caspar David Friedrich, nos puede hacer pensar, pues no hay contraportada orientadora, en un libro de fantasmas, en pesadillas poeanas, en terrores góticos.

El Desvelo Ediciones. 2019. 200 páginas.

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La educación de las hijas (Mary Wollstonecraft)

A Mary Wollstonecraft la conocí en el libro Huellas, tras los pasos de los románticos de Richard Holmes. Holmes nos presentaba a Mary en 1789, en París, durante la Revolución Francesa. Si bien su revolución personal ha lugar cuando Mary es madre. La educación de las hijas (publicado por la editorial cántabra El Desvelo ediciones), lo escribe Mary a sus 26 años. Un texto juvenil y pueril tributario de su juventud. Mary, creyente muy religiosa, presenta la religión como lenitivo con un más allá, que siempre podrá cumplir las esperanzas no materializadas en el más aquí. Mary escribe su libro en 1787. En aquellos años como Mary bien expone el papel de la mujer pasaba por ser esposa y madre. A tal fin, Mary, expone cuáles deben ser las virtudes, las normas de conducta basadas en la moral, que deben regir el proceder de estas jóvenes. De entrada, Mary, siendo bastante revolucionaria, apuesta por la lactancia materna, lo cual se estilaba muy poco, porque lo propio era no dar el pecho, incluso en las clases más bajas, porque no dar el pecho, se entendía que permitía al ser humano romper con su animalidad.
Mary al contrario que el pensamiento dominante entonces, entiende la lactancia como un reforzamiento del afecto filial.
Mary apuesta a su vez por cultivar la inteligencia, el intelecto, el pensar, y recomienda la lectura. Y dice que la lectura es el mejor ejercicio, la ocupación más racional. El problema es que hay mucho libro malo. Lo sentimentaloide debe evitarse porque lo malo ocupa y triunfa con facilidad: si acostumbramos la mente a lo fácil la buena literatura se nos hará pesada. !Qué razón lleva!

Mary también arremete contra esas mujeres que dedican su tiempo a pensar qué vestido ponerse, qué afeites disponer sobre su rostro, en vez dedicar su tiempo a tareas más provechosas.

No me convence su discurso o más bien su sermón, cuando arremete contra el teatro, pues considera entonces a los espectadores menores de edad que no son capaces de entender nada de lo que ven, al no conocer realmente el espíritu del artista que ha creado dichas obras. Ahí, Mary se muestra muy severa, muy poco proclive, al recreo, al ocio. Sí me parece interesante, lo que Mary, dice de esos personajes femeninos que aparecen en las novelas, escritas por hombres, muy poco pegados a la realidad, siempre a merced del varón de turno, a sus antojos, caprichos, devaneos; personajes que luego muchas mujeres, en su vivir, tratarán de imitar.

Mary habla mucho sobre el refinamiento, como si este fuera la clave del éxito en el comportamiento femenino, sin entrar a fondo la cuestión. Interesante lo que dice acerca de la educación, en su vis pedagógica, cuando habla de que los niños más que tirar de memoria, deben entender, razonar. Hay algo que sí que me parece importante, y es que entendemos mejor algo en cuanto vinculamos lo estudiado a nuestras experiencias. Habla mucho también Mary, de los criados, por lo tanto este libro quizás vaya dedicado a una clase alta, la cual se puede permitir tener gente a su servicio, dejando por tanto de lado a casi toda la sociedad.

Mary expone algunas sentencias que no me resultan muy juiciosas, dónde parece que la pasión vence al intelecto; siempre de fondo, la guerra que libran la pasión y la razón, en nuestro proceder, un proceder, en su caso, siempre marcado por la férrea religión.

De todos modos, La educación de las hijas me ha resultado interesante, por el año en el que está escrito, por haberlo escrito una mujer que en aquel entonces defendía cosas tan importantes como el papel de la mujer, que en aquellos años eran bastante originales y transgresoras.

Para acabar, comentar que Mary falleció a los 38 años, a consecuencia del parto en el que el alumbró a su segunda hija, otra Mary, la inmortal, Mary Shelley.

El Desvelo Ediciones. 2010. 108 páginas. Traducción de Cristina López González. Prólogo de Amelia Valcárcel Bernaldo de Quirós.

El infierno del bibliófilo. El infierno del músico.

El infierno del bibliófilo. El infierno del músico (Charles Asselineau)

Lo positivo de esta lectura es haber conocido una editorial, El Desvelo ediciones. El libro, muy bien editado, obra de Sara Huete, agrupa dos novelas cortas de Charles Asselineau (1820-1874). La primera, El infierno del bibliófilo, no me ha gustado nada. El autor recurre a los trillados círculos infernales dantescos para mostrar el delirio de un bibliófilo que sufre toda clase de penalidades relativas a la adquisición de libros a un precio exorbitante, y que incluso ve como su biblioteca merma de forma alarmante-que me trae en mientes el relato La curiosa circunstancia de un taxidermista de Adolfo García Ortega- hasta que descubre que todo ha sido un sueño. Novela pueril y deslavazada.

La segunda, El infierno del músico, forma parte del conjunto de novelas cortas de La doble vida. En ella, el sufriente es un músico que compone y se descompone, al no poder mostrar a nadie el fruto de su obra, hasta que un día le sonríe la vida y alcanza el éxito y poco después la vida le saca la lengua y lo hunde en el sufrimiento y en un tormento auditivo tal que no será capaz de encontrar la paz hasta que recale en una exótica isla, donde la balsámica presencia de una mujer, que luego será su esposa, lo ponga en la senda de la felicidad. Mejora algo con respecto al infierno del bibliófilo, pero dista mucho del tormento, desgarro y bajada a los infiernos, que tan bien explicita por ejemplo Charles Baudelaire en sus Flores del mal, y cuya biografía, por cierto, escribió Asselineau.

El Desvelo Ediciones. 128 páginas. 2012. Prólogo, traducción y notas de Guillermo López Gallego.