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Nada importa (Agota Kristof)

En este conjunto de relatos cortos Agota Kristof (Csikvand, 1935) presenta un edificio que va a ser demolido. Cada relato es una carga explosiva en los cimientos. Todo lo que nos refiere Agota es trágico: muerte, cáncer, soledad, locura, venganza, hastío, incomunicación, desamor, desamparo, desencuentro, desempleo…
Tuve un hijo dice uno de los personajes. ¿Murió?, le pregunta el otro. No, creció.
Así son los relatos de Agota, todos ellos son fúnebres, tétricos, funestos, desesperanzados.
A lo lejos, seremos testigos de la voladura del yo, que es la de todos ellos. Pasto de una realidad implacable e inclemente.

El Aleph Editores. 2008. 102 páginas. Traducción de Julieta Carmona Lombardo.

Arno Geiger, El Aleph editores, 2013

El viejo rey en el exilio (Arno Geiger 2013)

Arno Geiger
157 páginas
El Aleph Editores
2013

El autor austriaco Arno Geiger (1968) aborda en su última novela (publicada por El Aleph editores) El viejo rey en el exilio la demencia de su padre August. Arno da por bueno lo que en su día afirmó Derrida -que se escribe, entre otras cosas, para pedir perdón- y el tono que adopta este relato autobiográfico viene a ser un homenaje al padre presente/ausente.

En los albores de la enfermedad del padre y al no disponer de toda la información, ciertas conductas del mismo, le resultan a Arno y al resto de su entorno familiar, apenas comprensibles y muy a menudo frustrantes y reprobables. Una vez que todos tomen consciencia de que su padre sufre una enfermedad degenerativa; demencia, alzheimer, es cuando tratan de organizarse y hacer las cosas de otra manera, a fin de coger el toro por los cuernos. Arno, va entonces al encuentro de su padre, del cual se había distanciado con el paso de los años, un encuentro no exento de tensiones, fricciones, desaliento, tristeza, alegría y esperanza. En resumen, un torbellino de sensaciones que experimenta todo cuidador que se faje en las atenciones dedicadas a un enfermo de larga duración y cuya mente es una cantera al aire libre, donde cada día es una detonación que la irá barrenando, hasta su extinción.

El libro, al tiempo que va constatando los progresos de la enfermedad en la mente de August, hasta verse obligado a dejar su casa para ser ingresado en un asilo, donde se cuestione a diario su falta de rendimiento y su escasa utilidad, va arrojando datos sobre la vida del mismo, sobre el efecto devastador que la guerra tuvo en su persona. August sobrevivió a la guerra, pero se llevó al futuro un trauma, que le impediría, de manera voluntaria, volver a salir de su pueblo y ver mundo, ceñido a un esquema mental que le impelirá a buscar la tranquilidad, el confort de lo cotidiano.

Arno nos habla del matrimonio de su padre, condenado éste al fracaso, de los hijos que tuvieron, de la separación, todo ello con la voluntad de comprender a su padre, de saber cómo fue su vida, y quizá un libro sea una buena forma de dejar por escrito, cómo, y a pesar de todo, las personas que nos rodean a menudo se nos muestran incompletas, apenas iluminadas, con pasados mutilados, o nunca narrados. Arno, por ejemplo, descubrirá unos papeles escritos por su padre donde explica cómo fue su regreso a casa, desde Bratislava, tras debatirse durante cuatro semanas entre la vida y la muerte, hechos de los que Arno no tendría conocimiento (más allá de una foto) si su padre no lo hubiera escrito en unas cuartillas que luego guardaría en unos cajones.

El libro está escrito desde el cariño, desde el reconocimiento, entendida la proximidad de la muerte y la estación anterior, la enfermedad, como una lección de vida y creo que si el libro resulta bastante emotivo y enriquecedor, éste queda perfectamente resumido en una foto, la de la solapa, en la que se va al padre y al hijo al aire libre, caminando. La mirada que el hijo destina a su padre y lo que ésta contiene, lo dice todo.

Lecturas periféricas
| La presencia pura (Christian Bobin) | No he salido de mi noche (Annie Ernaux) | Manual de pérdidas (Javier Sachez)

El sistema periódico (Primo Levi 1975)

El sistema periodico Primo levi portada libroEn el sistema periódico el escritor italiano Primo Levi hermana sus dos pasiones, la literatura y la química. Levi, que alcanzó notoriedad con sus magníficas novelas La tregua , Si esto es un hombre y Los Hundidos y los salvados, en las que daba cuenta de su paso por un campo de concentración, su vuelta al hogar y el balance de su experiencia sobre el Holocausto, al ser el judío y tener la mala suerte de ser uno de esos miles de italianos que fueron deportados al III Reich consecuencia de las leyes raciales aplicadas en Italia.

Tras salir con vida del campo de concentración, en lo que algo o mucho tuvo que ver que él era químico y por tanto útil, y regresar a Italia (en un viaje interminable que cuenta en La Tregua), se ganará la vida como químico, al tiempo que comienza a plasmar en papel sus vivencias en el campo de concentración, dado que esto según él le vivifica, recordar le ayuda a vivir.

En el sistema periódico, Levi, traza una peculiar autobiografía que consta de 21 capítulos. Cada uno de ellos lleva por nombre el de un elemento químico: oro, plata, bronce, hierro, argón, zinc, etcétera. A cada uno de estos relatos, de estos elementos, asocia una historia personal, dando cuenta de su azarosa y nada fácil vida como químico, sus amoríos y desvelos, sus éxitos y sus fracasos, en resumen una vida, narrada con el buen pulso de Levi, con ese distanciamiento, esa naturalidad, exenta su prosa de cualquier pomposidad o banalidad.

Levi ha vivido experiencias únicas y ha tenido el don de plasmarlo en el papel, tratando de aprender de lo vivido, con lucidez, sin rencores, con humor y vitalidad.

El libro lo encuentro un tanto descompensando porque mientras hay relatos como el del Hierro que calan muy hondo, o el de Argón con un Levi erudito y orgulloso de sus orígenes que no quiere que se pierdan en el olvido, hay otros dos que son ficción, donde Levi, en todo caso provoca hilaridad y algún otro metido un tanto con calzador, con escasa chicha. Más interesantes los capítulos que tienen que ver con lo aventurado de su profesión, casi clandestina, junto a su amigo Alberto o los que narra su ejercicio de la Resistencia en Italia.

Un libro no obstante que me alegro de haber leído, por lo que uno aprende. Hay libros que exudan verdad, vida. Un libro que he leído con agrado y apasionamiento. No conocía la faceta de Levi en el terreno del relato, pero no me ha disgustado lo leído.

Si esto es un hombre (Primo Levi 1947)

En este libro, Si esto es un hombre, que junto a La tregua y Los Hundidos y los Salvados conforman la trilogía del Piamontés Primo Levi sobre los campos de concentración, el autor afirma que de no haber pasado por Auschwitz no hubiera sido luego escritor y se hubiera dedicado a la química que era su profesión. Tras ser internado en el campo de concentración de Buna-Monowitz, Levi, a pesar de saber que se la está jugando, decide anotar todo cuanto ve. Saben que los que allí están, practicamente todos, o salen del campo «por la chimenea» o bien mueren por enfermos, al tocar una valla eléctrificada tratando de escapar o por el antojo de algún SS de gatillo rápido, pero se ve en la necesidad de dejar constancia de lo que ve, para si consigue sobrevivir, como fue su caso poder contarlo al mundo.

Hemos visto imágenes sobre los supervivientes de los campos de concentración, personas famélicas de poco más de treinta kilos que apenas podían resoplar. No nos son tampoco extrañas las pilas de cadáveres, las fosas comunes de los ejecutados. Lo que sorprende de este libro es la forma de narrar de Levi. El autor es consciente de ello. En las páginas finales Levi, responde a una serie de preguntas que le fueron formulando adultos y estudiantes después de haber leído su libro, en ellas comenta que optó no por un lenguaje lamentoso o iracundo sino mesurado y sobrio, el del testigo que analiza la situación, para que el juez, en este caso el lector, con lo expuesto se forme su propia opinión.

El libro recoge desde la llegada al campo en trenes de transporte el ganado, a su inserción en los barracones, para luego ir contando con todo detalle el funcionamiento de esos Lager, de jóvenes de múltiples países, judíos la mayoría, confinados allí para ser exterminados sistemáticamentes. Los más aptos, los que las SS consideraban útiles, aún podían realizar alguna labor, lo cual los libraba directamente de los hornos, dándoles alguna esperanza de supervivencia. El libro acaba con los SS abandonando el campo a todo correr, ante la llegada de los Rusos. La tregua, comienza donde acaba este.

Dejo un enlace con una entrevista muy interesante hecha a Primo Levi.