Archivo de la etiqueta: 2016

www.devaneos.com

Manual para mujeres de la limpieza (Lucia Berlin)

43 relatos (de los 76 que publicó en vida) forman este libro de Lucia Berlin (1936 -2004) que causó sensación y recibió un buen número de halagos, tanto de la crítica especializada como del público, hace un par de años y que hizo incluso que algunos por vez primera leyeran relatos.

No creo que todos los relatos brillen ni mucho menos al mismo nivel (se trata de un amplio recopilatorio póstumo, en cuya elección de los relatos la autora por tanto no participó) pero en estas más de cuatrocientas páginas de una prosa expresiva y seductora sí que uno aprecia el humor, la agudeza necesaria en todo aquel escritor que quiera escribir bien y que precisa y se sostiene en una mirada inteligente y en un narrar que sea capaz de mostrar, tanto como de desvelar, y de hurgar en los orificios de la realidad, como es el caso de Lucia, cuyos personajes y recurriendo en gran medida a su propia experiencia y avatares autobiográficos (su múltiples matrimonios e hijos, el usó del corsé ortopédico, su alcoholismo, su existencia errabunda, que se compendian bien en uno de los relatos más extensos, A ver esa sonrisa), en su mayoría, pueblan los bajos fondos de un realismo que es aquí espejo y también ventana a través de la que se filtra una realidad proteica, mestiza, heteróclita, en la cual ambienta la autora sus relatos: lavanderías, psiquiátricos, cárceles, centros de abortos clandestinos, barracas caravanas, hospitales, consultas, playas…y en donde no se edulcora nada, más bien al contrario: tenemos a madres que según sus hijos salen por la puerta para ir al colegio, ellas hacen lo propio para encaminarse hacia alguna licorería a calmar su sed, está presente la soledad en la vejez, la enfermedad y sus secuelas, la moral correosa, la incomunicación, los abusos sexuales, el maltrato, el infanticidio… La naturaleza humana se nos muestra aquí al natural, en todo su jugo y crudeza y está sustanciada en el amor, siempre esquivo y en la lucha, como la de esas mujeres apesadumbradas que dicen estar agotadas de tanto bregar. Ahí creo que reside el espíritu de estos relatos, en la capacidad humana para sobreponerse a todo (que no sabemos si es nuestra bendición o nuestra condena), para luchar hasta el final y para buscar también el Carpe diem que da título a uno de los relatos, la alegría y la felicidad en cualquier lugar y ocasión (como acontece en los voluptuosos relatos acuáticos, donde la vida deviene -episódicamente- bonancible, ligera, bella), donde la narradora no juzga, censura, ni reprueba a sus personajes, sino que los deja hacer, errar, descomponerse, renacer si es el caso, como si los estuviera escuchando apoyada en la barra de un bar, en una conversación que bien podría ser un floreo, pero que no lo es.

En los relatos la clave está en saber rematarlos y Lucia lo hace bastante bien, porque cuando leemos relatos a menudo corremos el riesgo de finalizarlos con caras largas y un monosílabo interpelador, con un ¿y?. Sin embargo aquí Lucia buena parte de sus relatos los clausura de tal manera que logra dibujar en nuestros rostros ora una sonrisa, ora una mueca alegre, ora un velo húmedo en la mirada.

Dice Berlin por boca de sus personajes que les puede el romanticismo y creo que algo (o mucho) de ese romanticismo, contagioso, hay aquí en el enjuiciamiento de estos relatos, como si fuera menester llevar a cabo de vez en cuando una especie de justicia poética, dando relieve y sacando del anonimato a una escritora que muerta hace casi 15 años está ahora en boca de todos. Es un decir.

www.devaneos.com

Fragmentos (George Steiner)

Steiner ficciona un manuscrito carbonizado encontrado del siglo II d.C presuntamente obra de Epicarno de Agra. Steiner reflexiona sobre los ocho aforismos, pórtico de cada uno de los lúcidos y muy interesantes ensayos que abordan temas como: la ontología del mal, qué es la música, la relación entre el amor y la amistad, la codicia a lo largo de la historia, la existencia o inexistencia de Dios, lo que diferencia a los genios de la masa, o el ensayo final dedicado a la muerte.

Echo en falta un índice, porque aunque el libro es muy breve, son tantos los datos de interés que aparecen, que no vendría mal la posibilidad de tener un rápido acceso a los mismos.

El gran valor del libro, además de invitarnos a reflexionar sobre cuestiones que en mayor o medida nos atañen (algunas ineludibles como la muerte) es ponernos en la pista para nuevas lecturas, todo ello con una prosa nada rebuscada, que facilita la comprensión. Steiner nos brinda aquí una especie de sabiduría decantada, saber encapsulado en ensayos breves pero muy consistentes.

Steiner en Amiga Muerte, aborda el suicidio o la eutanasia, como un ejercicio de libertad suprema, la potestad para disponer de nuestra vida si este es nuestro deseo, cuando las circunstancias así lo exigen.

En Hay leones, hay ratones dice “el único recuerdo que dejamos de nuestro nombre está en la guía telefónica o en la nómina de los impuestos”. Hoy que ya no tenemos guías de teléfono la necesidad acuciante y cada vez mayor de volcarse en todas las redes sociales creo quizás no atienda a otra cosa que a la necesidad de dejar huella de nuestro paso por aquí: una precaria inmortalidad de ceros y unos.

En Cuando el rayo habla, dice oscuridad, me da por pensar lo que experimentaron no solo aquellos que vieron en el firmamento por vez primera un rayo (presentando la oscuridad) sino también la primera vez que vieron el cielo oscurecerse sin saber si aquella sería una noche eterna y esas horas de incertidumbre a las que creo que sucumbirían hasta el alba.

Steiner a pesar de su edad no se ancla en el pasado y en los ensayos se dirige hacia el futuro, por lo que en sus textos están presentes la genética, la neurociencia, aquello que nos condiciona y conforma.
No dejamos de ser un compuesto químico y tratamos de darle sentido a nuestra vida a través del arte, de la religión, de la filosofía: significantes en busca de significado.

nefando

Nefando (Mónica Ojeda)

Pero también en el dolor se esconde
placer, si no lo tratas como a un enemigo

Carlos Alcorta (Ahora es la noche)

Nefando: Que resulta abominable por ir contra la moral y la ética.

La ecuatoriana Mónica Ojeda (Guayaquil, 1988) va a derechas desde el título. No hay que llevarse pues a engaño. Lo que el texto ofrece es toda clase de vilezas y abyecciones, las de unas mentes monstruosas o simplemente las de una humanidad abyecta. Como cebo, Nefando, un videojuego que opera como Macguffin que está ahí y actúa como aglutinante de las opiniones (de usuarios o del creador del juego) que se vierten sobre dicho juego, que sería clausurado por las autoridades al ofrecer contenidos que violaban las leyes y superaban los límites de la moral, o eso parece, porque la autora sagazmente va construyendo su historia a retazos, a cachitos, con una prosa poética poco habitual, donde lo porno y lo gráfico de la narración se alimenta de microensayos que tocan las similitudes entre el BDSM y la religión católica en su vis más gore o sangrante, el artista y la propiedad intelectual, el rol de la víctima de abusos sexuales, las novelas porno y de ciencia ficción, cuestiones metaliterarias, o todo aquello que tiene que ver con la deep web (el interesante libro de Ivan Mourin, Un paseo por el lado más oscuro de internet, descendiendo hasta el infierno, nos acerca a lo que hay por debajo del internet normalizado e indexado que manejamos habitualmente).

Lo interesante de la novela, además de lo extraño y morboso de la propuesta es lo bien que Ojeda maneja la expectativa del lector ante lo que leemos, ante la página como abismo, o esa sensación de incertidumbre, de amenaza ante lo desconocido, ante la presencia de esa caja negra emocional que en el caso de abrirse sería como una caja de Pandora, que me recuerda a la casa de la novela de Stig, A través de la noche o el concepto del arte que manejaba Montes en Intento de escapada de Miguel Ángel Hernández: la literatura entendida no como un pasatiempo, ni siquiera como una radiografía (colonoscopia en todo caso) o representación de la realidad macilenta, sino más bien como sal en la herida, como alfilerazos en las pupilas, como puños en la garganta. Algo así.

Editorial Candaya. 2017. 208 páginas

www.devaneos.com

Nuestra historia (Pedro Ugarte)

Diez relatos conforman Nuestra Historia por el que Pedro Ugarte (Bilbao, 1963) recibió el XIV Premio Setenil 2017. Premio literario que siempre suscita mi curiosidad, tal que hasta el momento he ido leyendo algunos de los libros premiados en ediciones anteriores: Alberto Méndez (Los girasoles ciegos), Fernando Clemot (Estancos del Chiado), Emilio Gavilanes (Historia secreta del mundo) y Daniel Sánchez Aguilar (Nuevas teorías sobre el orgasmo femenino).

Estos jugosos relatos beben de lo cotidiano, de lo actual, así el primer relato, Días de mala suerte, nos habla de la crisis, de las ejecuciones hipotecarias, de los encajes de bolillos que debe hacer un pareja con dos críos pequeños para llegar a final de mes, lo cual hace que -paradójicamente- esa austeridad autoimpuesta se convierta en algo saludable para todos los miembros de la familia, que despojados de tanta morralla tecnológica, de tanta extraescolar sinsentido, pasen más tiempos juntos dedicados a actividades que no cuestan un euro pero que les satisfacen igual o más que otras que conllevan un desembolso y que las más de las veces no acarrean retorno emocional alguno. Hay ahí cierta moralina que no me acaba de convencer del todo.

Hoy que muchos de los regalos recibidos son vendidos, por indeseados, acto seguido, en webs como Wallapop, Ebay o similares, el segundo relato, Verónica y los dones plantea el modo en el que algo tan trivial como unos regalos pueden hacer mella en una pareja, cuando él siempre yerra con lo que regala, mientras que ella siempre acierta de pleno, siempre atina con los deseos de los regalados, dándoles aquello que quieren aunque no lo hayan manifestado de forma explícita, merced a su agudo sentido de la observación o a algún don oculto, a saber. Un regalo, un presente, vemos que puede devenir en un no futuro, o en un futuro distinto, ya enlodado, contaminado por el virus del orgullo parejil, por no conseguir estar a la altura.

En Vida de mi padre, me gusta comprobar cómo los padres siempre quieren lo mejor para los hijos y magnifican sus hazañas, intempestivas, al margen del correr del tiempo, una hazaña lingüistica, que siempre volverá en las reuniones familiares, pues ese niño de antaño, y sus proezas, a ojos de su progenitor nunca crecerá, petrificado en aquellos recuerdos de antaño.

En La muerte del servicio tenemos un reencuentro de tres amigos y un título que se explica la final. Sin que el desarrollo me diga nada, hay cierta atmósfera de melancolía, de vinilos que suena trayendo el pasado de vuelta, que acaba cuajando.

Enanos en el jardín, me recuerda el relato Formentera, de Paco Inclán, donde de nuevo una isla les sirve a una pareja, una vez los hijos ubicados en un campamento, disfrutar de una semana insular para ellos dos solos, para ir en busca del tiempo perdido, sustraídos a las obligaciones familiares y las responsabilidades, tiempo vacacional para tirarse a la bartola y quien sabe si a alguien más.

Mi amigo Böhm-Bawerk me parece inverosímil, pero a pesar de todo mantiene cierta coherencia `postrera que resulta hilarante.

El hombre del cartapacio me ha parecido el relato más flojo con diferencia. Muy extenso y con muy poca chicha.

En Para no ser cobarde, me las prometía muy felices viendo por ahí Ayabarrena, una aldea de mi tierra, próxima a Ezcaray, que al final es tan sólo un decorado, no sabemos si propicio o no para que un escritor pueda cumplir su objetivo de sacar adelante su novela. En estos casos siempre me viene en mente el poema de Bukowski, Aire, luz, tiempo y espacio.

Voy a hacer una llamada explica el proceder de estos facilitadores que vemos a menudo en los telediarios calentando las sillas en los juzgados frente a un juez. Gente dada a hacer favores a transformar el mundo con unas cuantas llamadas, removiendo hilos, quitando a unos para poner a otros, pues aunque no lo parezca, al final, esto es un juego de suma cero.

En Opiniones sobre la felicidad asistimos a la posibilidad o más bien imposibilidad de romper con los lazos filiales, de acabar radicalmente con todo lo que no gusta de una madre, de un hermano. Relato donde un niño de corta edad actúa de puente entre dos hermanos enemistados, enfangados en un odio recíproco, pues al final todos vienen de lo mismo, corren caminos distintos pero corren el riesgo de acabar los dos hermanos en la yunta arando su desdicha compartida, atávica, genética.

Páginas de espuma. 2016. 168 páginas.