Pablo Ramos
Malpaso Ediciones

En cinco minutos levántate María (Pablo Ramos)

Pablo Ramos
Editorial Malpaso
2016
160 páginas

Leo en los agradecimientos:

A todas las mujeres que tuvieron que ver con este libro, gracias de corazón. Cada una sabe cuánto y por qué.

Si no sabemos si detrás de este texto hay un hombre o una mujer, yo me decantaría por lo segundo. Sabiendo que detrás de este tributo, descarnado, sensible y profundamente humano, hacia el Motor de la Humanidad que es la mujer, está Pablo Ramos, mi reconocimiento hacia su trabajo aumenta.

En la portada vemos a un mujer sentada al borde de una cama, con las piernas juntas y las manos sobre las pantorrillas. No le vemos el rostro. Atiende la protagonista al nombre de María. No importa el rostro, porque María es la quintaesencia de la mujer.

Vengo de leer recientemente Departamento de especulaciones y esto me permite comparar la paparruchada de Offill, su medianía, su monumental simpleza, dejando la figura de la mujer reducida a un ser sin atributos, con esta obra de Ramos, donde nos encontramos todo lo contrario, porque Ramos, a través de María, nos muestra a las claras qué es esto de vivir, de luchar, de pelear, de sobrevivir, qué es el dolor, el sufrimiento, el remordimiento, la pena, la impotencia, el cariño de una madre hacia sus hijos, de una abuela, de una esposa, que lucha por mantener su dignidad, qué son las ilusiones que se han volatilizado, o se han escondido tan adentro de nuestro ser, que las creemos extinguidas, qué supone lidiar con un aborto, qué es tener un hijo drogadicto, cómo arrostrar una cachetada por parte del hombre que dice quererte, cómo digerir los días que suceden a un intento de suicidio…

María, sobre su camastro, abre los ojos y antes de que cante el gallo, anunciando la inminente alborada, se ofrece cinco minutos para ella misma, a fin de reflexionar acerca de lo que ha sido su vida hasta ahora. No lo plasma sobre un papel, sobre un diario, porque ahí ya está el germen de la mentira. No. María mantiene un diálogo consigo misma, y no esconde nada, no maquilla nada, más bien eviscera su pasado, lo pone sobre la mesa, lo tantea, lo sopesa, lo pondera, lo mastica, lo escupe, nos lo ofrece, y se nos ofrece tal como es, sin veladuras, sin justificaciones, en toda su pureza y complejidad, y así, nosotros los lectores, somos testigos entonces de una historia, poblada de otras muchas historias, relatos y anécdotas conmovedoras, como la de Héctor, como la de Pablo.

No solo María, todos necesitamos al menos cinco minutos al día de luz, de hada, de amor, de esperanza.

A menudo, leer es un paseo, un pasatiempo, otras, las menos, como me ha sucedido con esta novela de Pablo Ramos, leer es un inmersión, leer entonces te aísla, y cuando cierras el libro y llegas a la superficie boqueando, toca aclimatarse, volver a la realidad y acto seguido buscar los otros dos libros de Ramos anteriores a este: El origen de la tristeza y La ley de la ferocidad.

Entrevista a Pablo Ramos por David Pérez Vega

La luz es más antigua que el amor

La luz es más antigua que el amor (Ricardo Menéndez Salmón)

Ricardo Menéndez Salmón
Seix Barral
2010
173 páginas

Tuve este libro entre manos cuando se publicó en 2010. Lo hojeé y lo dejé. Seis años después y fruto de la casualidad, cae esta novela de nuevo en mi poder y tras las recientes y muy gratificantes lecturas de Los caballos azules y El Sistema, mis ganas de leer a Salmón se ven acrecentadas.

La novela torna en un ensayo que reflexiona sobre la creación artística. El autor, se convierte en personaje de la obra, bajo la figura de Bocanegra. Lo vemos durante la adolescencia, en el instituto, donde al amparo de una redacción escolar (Lux antiquior amore) se principia su genio creador, se desborda su lava creativa, la anunciación de un escritor en ciernes.
En su vida adulta, Bocanegra afronta en un hospital las postrimerías de la muerte de su exmujer, enferma de cáncer y Ricardo nos brinda unas bellas páginas sobre lo que es enamorarse, amar alguien, explotar por dentro, despojarse de las máscaras, concebir el sexo como una inmersión, no sólo física. Una inmersión, a dos, en la que todo lo que circunda a los amantes queda en suspenso.
Bocanegra tras ocho novelas publicadas, incluida su Trilogía sobre el mal, pergeña la escritura de este manuscrito en 2010, La luz es más antigua que el amor, de la que hablará éste en su discurso, devenido ya una celebridad, al ir a recoger el Nobel de Literatura en el año 2040.

Lo interesante del libro, además del inmanente estilo del autor: potente, pródigo en matices, fecundo, hay unas reflexiones interesantes sobre aquello que conduce a alguien a escribir, a coger un pincel, «espíritus irredentos, un poco salvajes, que ganados por la tristeza no dedican sus vidas sólo a engendrar, comer beber y defecar, sino que intentan buscar un sentido, un para qué, una dimensión más allá de las evidentes a toda esa plétora derramada que es la vida humana«.

Nos cuenta Bocanegra que él escribe para evitar la entropía, la muerte, que cada vez que la dignidad humana fracasa, levanta la mano, y la hace caer sobre el papel, quizás para colmar esa ambición de querer contarlo todo.

El resto de los artistas de la novela: Rothko, Adriano de Robertis, Semiasin, los tres pintores conciben la pintura como un desafío hacia la religión, hacia el régimen totalitario, hacia eso que llamamos cordura. Pintar como destino, grande o pequeño, pero destino al fin y al cabo.

La creación, el éxito, no los aparta del precipicio. Como los poetas de Fin de poema tampoco Rothko sabe oponer nada a la muerte, a cuyo encuentro irá volándose la tapa de los sesos.

«Mi capacidad de mirar es tal que mis ojos terminarán por consumirse. Y este desgaste de las pupilas será la enfermedad que me llevará a morir. Una noche miraré tan fijamente en la oscuridad que terminaré dentro de ella»

Palabra de Rothko.

Xoan Tallón

Fin de poema (Juan Tallón)

Juan Tallón
Editorial Alrevés
160 páginas
2015

Este libro de Juan Tallón, de quien no había leído nada hasta ahora, ha sido una muy grata sorpresa. Lo publicó hace dos años en gallego y a finales de 2015 el autor lo tradujo al castellano. Recoge el devenir de cuatro poetas; Cesare Pavese, Alejandra Pizarnik, Anne Sexton y Gabriel Ferrater. Lo acertado de la selección viene dado por lo singular que resulta cada uno de ellos, por su deambular cerca del precipicio. Hay un alimento común en este cuarteto: la soledad.

Más allá de su prestigio, de su fama, de los libros que pudieran vender, se sentían solos, lo suficientemente solos y desamparados como para pensar en suicidarse y llevarlo a cabo. A menudo, quien no deja a nadie atrás, no muestra tantas reticencias de cara a dar el paso final.

Tallón, en breves capítulos nos va avanzando retazos de la vida de cada uno de ellos y los va intercalando. Las anécdotas se suceden y algunas son memorables como la de la joven Pizarnik encargada de pasar a máquina Rayuela de Cortázar, ensimismada con la lectura novela, al punto de hacer dejación de sus funciones de mecanógrafa y finalmente desapareciendo (temporalmente) el manuscrito en su casa, para desesperación del escritor. O bien, la negación de Cesare Pavese a publicar en la editorial Einaudi, Si fuera un hombre de Levi, porque buscaban cosas más modernas y lo que Levi le mostraba resultaba trasnochado. Libro que luego se convirtió en un clásico y que para mí es de obligada lectura. Un Levi que después de trabajar durante más de diez horas de químico llegaba a su casa y se ponía a escribir, a contar su vida, a revivir. Eso se llama tesón.

Tenemos al poeta Ferrater, emboscado en el alcohol, sin escribir poesía, porque cree en lo que enuncia.

«El verdadero poeta deja de hacer las cosas cuando ya las sabe hacer, no las alarga, porque entonces hace estilo de su propio estilo»

En cuanto a Anne Sexton, su vida es un desastre, con intentos de suicidio, internamientos en sanatorios, saltos de amante en amante, pero hay algo diferente: la poesía. Una Sexton a quien un cura al que confiesa sus ganas de suicidarse le replicará.

«Dios está en tu máquina de escribir…tienes que seguir escribiendo, mucha gente necesita tus versos, sobre todo esos versos son necesarios para ti».

Cesare, persevera en el amor, sin éxito, lo cual le ha hecho fracasar el doble, el triple, ilimitadamente. Una lógica que el poeta no entiende, pues lo que suele funcionar en otros terrenos, en el amor no funciona.

La prosa de Tallón, pródiga en hallazgos, aviva la narración, la ilumina, nos subyuga y sitúa frente a los poetas, nos deja ser testigos de excepción de su intimidad, y certifica que ni la literatura, ni la poesía, son capaces de vencer al impulso suicida, más bien, en algunos casos, dará argumentos al suicida para llevar a cabo su jugada maestra.

Leer los artículos de Enrique Vila Matas o libros soberbios como este de Juan Tallón, los concibo como el mejor Plan de fomento de la lectura y de paso una manera de amar la literatura y a aquellos escritores que la sustancian y dan esplendor. Aquello que experimenté hace ya casi dos décadas leyendo El periodismo es un cuento, lo he vuelto a sentir con esta obra de Tallón.

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Golpes de gracia (Joxemari Iturralde)

Joxemari Iturralde
Malpaso
2016
162 páginas

A pesar de que en la portada vemos a un fulano con guantes de boxeo y la narración versa sobre la vida y milagros de dos de ellos, Paulino Uzcudun e Isidoro Gaztañaga, la historia puede gustar a quienes no les atraiga el boxeo. Eso en teoría, porque la narración es bastante plana y el tonillo coloquial va bien para referir historias amarrado a una kupela, pero sobre el papel, creo que hay que exigirse más y no hacer del texto poco más que una crónica periodística.

Los protagonistas, Paulino e Isidoro son vascos, púgiles y jóvenes. Les va bien en el boxeo, tras dejar su ocupación como aizkolaris, ganan combates, pierden algunos, cogen fama, las mujeres quieren llevarlos de la lona al colchón y así la narración encadena las múltiples aventuras amorosas que ambos tienen. Mujeres, que dan nombre a los capítulos, para quienes tener un boxeador en su cama es como cobrarse una buena pieza de caza.

Los combates se suceden fuera de nuestras fronteras y los púgiles conocerán así los Estados Unidos, Cuba y otros países europeos y no será ya su fama sólo local.

La medianía y simpleza de los dos boxeadores se cifra en beber, trasnochar, alternar, derrochar y subir al ring cuando toca a soltar mamporros. A pesar de llevar esas vidas disipadas, Uzcudun sería tres veces campeón de Europa.

Comienza la narración en los años 20 del pasado siglo y acaba con la Guerra civil ya finalizada, con Paulino convertido en un aterrador fascista y en un miserable, en palabras del doctor Goiti, quien puso a Paulino en el camino del éxito cuando este empezaba, y un Isidoro criando malvas, porque hay desaires amorosos que los cornudos no solucionan a golpes, sino a tiros.

Así las cosas, el combate entre Paulino e Isidoro (afín a la República), esas dos Españas limando sus diferencias a mamporros, nunca llegaría a materializarse.