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Islas flotantes (Joyce Mansour 2012)

Islas Flotantes Joyce Mansour Editorial Periférica
Joyce Mansour
2012 (Editorial Gallimard 1973)
Editorial Periférica
103 páginas

Acabo de leer El libro de las maravillas de Clemot, donde la historia transcurre en una Residencia de enfermos terminales, y ahora recién termino un libro de Joyce Mansour (1928-1986) que habla sobre el cáncer y deja el libro de Clemot en un cuento infantil.

La autora francesa en poco más de cien páginas plasma sobre el papel la enfermedad, el delirio de su protagonista, su paso por un hospital en Ginebra donde está ingresado su padre, y donde luego ella también es ingresada, donde moran los cancerosos, y nos va metiendo de rondón, momentos pornográficos, ellos con el alfanje en la mano buscando agujeros donde colmar su deseo y ellas, vulvas resplandencientes dispuestas a ser acometidas por todos los orificios de los que las ha surtido la naturaleza, donde el sexo es la última barrera antes de llegar al mar abierto.

Y la protagonista nos habla de su padre y de su pene, se masturba mentalmente al tiempo que se deprime, y se siente barrenada por la enfermedad, en ese hospital, cuyos pasillos son arterias, y los enfermos coágulos que serán expulsados al depósito de cadáveres, ese sumidero donde acaban los enfermos que adquieren la categoría de fiambre. Mientras, las parturientas a su vez aportan savia nueva.

Brilla el humor macabro (Mi padre se hizo el muerto tan bien que lo dejaron sin cuidados) y el ambiente se enrarece con el hedor del semen, orines, vómitos, suciedad y carne arrumbada.

Lo que me ha sucedido es que todo esto que he leído me ha resbalado, quizá porque de modo inconsciente, hay que blindarse para que todo esto que uno lee, no llegue a anidar en nuestro interior, nos cercene y ampute el ánimo, dejando la nube negra instalada sobre nuestras testas o quizá porque mi estado anímico estaba en modo centrífugo y la llegada de la primavera ha hecho el resto.

El país imaginado (Eduardo Berti)

El País imaginado portada libro Eduardo Berti

Eduardo Berti
Impedimenta
240 páginas
2012

Nunca es tarde si la dicha es buena dice el refrán. He tardado en conocer al al autor argentino Eduardo Berti, pero una vez leído su libro El país imaginado dan ganas de seguir leyéndolo. Un país imaginado, editado por Impedimenta me recuerda a las novelas de Baricco, cuando éste se pone en plan sedoso, pero quitando de en medio la escenas de postal, el almibaramiento, el precipicio sentimental hacia el que arroja a sus personajes y la frase tan perfecta que da repelús.

Berti nos ofrece una preciosa historia ambientada en la China de comienzos del siglo XX, cuya protagonista hace un recuento de lo que ha sido su vida, centrando su atención en lo que fue importante para ella, ese cabo del que tirar, capaz de deshacer toda una existencia: los años de su mocedad en los que conoció a Xiaomei, una joven a la que idolatró y amó a partes iguales. Lo que hace desgarrador la historia, es asistir a ese amor no correspondido por parte de Xiaomei, para quien su fervorosa admiradora y amiga, es sólo eso, una compañera con quien compartir horas de parque, hojas de libros de botánica, pero para quien su corazón y sus sentimientos serán todo un misterio.

Con una prosa fluida, la historia que nos narra Berti, bien armada y equilibrada, me ha subyugado de principio a fin, al tiempo que el autor nos brinda un fresco de la época con cuatro pinceladas, suficientes para situar esta bella historia de amor no correspondido, porque cuando uno está enamorado, todo cuanto hay alrededor sobra, por eso una vez que entramos en este anhelo amoroso, apenas podemos estar atentos a algo más que no sean Xiaomei y su amiga, aunque haya otras historias dentro de esta historia sumamente atractivas, como las de las bodas entre difuntos, las desventuras del padre ciego de Xiaomei o la abuela fantasmal, entre otras.

Los fantasmas (César Aira)

César Aira Los fantasmas portada libro Editorial Mondadori

El lector omnívoro no entiende de géneros literarios y no literarios, razas, volúmenes, distancias, países, soportes, ni fronteras. Lee de todo y lo hace con ávidez porque una vida es muy poco tiempo para todo.
Así, al tun tun, he llegado hasta César Aira (Argentina, 1949), que el año pasado publicó en España con El Grupo Random House Mondadori El congreso de la literatura y en el presente año, de momento, Los fantasmas y Relatos reunidos.

Los fantasmas es un libro breve de 146 páginas, donde no hay capítulos, ni secciones, ni hojas en blanco. Ni un sólo párrafo en blanco desde la página 7 hasta la 146. Eso no impide que esta lectura sin tregua enganche, lo cual no me deja de sorprender, porque el autor empieza hablando de una cosa y se va varias veces por los Cerros de Úbeda, para luego retomar de nuevo el rumbo de la historia, minimamente, para ensoñarse de nuevo con devaneos tales como los pelajes de los adolescentes, la conformación de las estrellas en el firmamento, los Chilenos vs los argentinos, los fantasmas maricas, las telenovelas, la arquitectura tribal africana, los elementos de la geometría australiana.

¿Una tomadura de pelo o un desmelenamiento donde tiene cabida y lugar?. Eso queda a criterio del lector. A mí, después de esto, me quedan ganas de leer sus Relatos unidos, donde César, al parecer se mueve con soltura y mucho arte. Lo veremos/leeremos.

La mujer de Strasser (Héctor Tizón 2012)

La mujer de Strasser Héctor TizónIba buscando un libro de relatos de Eloy Tizón y acabé yéndome para casa con La mujer de Strasser del argentino Héctor Tizón. Se ha tratado de una inconveniencia conveniente, pues su lectura me ha satisfecho y de paso he descubierto a un autor, el cual falleció a finales de julio de 2012, al que vale la pena leer.

La novela son 103 páginas que dan mucho de sí. Sigue leyendo