Leer y leer y volver a leer

II Encuentro de Clubes de lectura y Tertulias literarias dialógicas de La Rioja 20 y 21 de febrero

Día 20, 19.00 h. Ponencia de Antonio Rodríguez Almodóvar en el Ayuntamiento de Logroño: No hay que inscribirse. ¡Entrada libre!

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Día 21, 9.15 a 19.00 h. Edificio Politécnico de la Universidad de La Rioja. (c/ Luis de Ulloa, 20). Es necesario inscribirse. Precio: 10 €

La Biblioteca de la Universidad de La Rioja organiza el II Encuentro de Clubes de lectura de La Rioja. El club de lectura de la BUR ha tenido desde sus inicios una vocación integradora y un afán por colaborar con otras entidades y asociaciones.

En esta ocasión hemos contado con la ayuda de la Asociación La casa de Tomasa y FAPA-RIOJA. Ambas han sido pioneras en el fomento de la lectura en nuestra comunidad y es un orgullo para nosotros contar con su colaboración.

Las Jornadas girarán en torno al valor social de la lectura. Y para desarrollarlo tendremos en Logroño a cuatro personas: Antonio Rodríguez Almodóvar, Juan Mata, Andrea Villarrubia y Miguel Loza. Aunque muchos ya les conocéis, os iremos contando quiénes son y qué hacen; y más detalles de la organización, pero hemos querido adelantar la información para empezar con las inscripciones cuanto antes. Los trípticos y carteles del Encuentro están ya en imprenta.

Si el I Encuentro de Clubes de lectura y TLD(S) celebrado en 2012 fue un éxito, estamos seguros que este II Encuentro va a ser todavía mejor. Os animamos a asistir tanto a los que ya pertenecéis a un club de lectura como a los que nunca habéis acudido pero sentís curiosidad. ¡Corre la voz! BOLETÍN DE INSCRIPCIÓN,

Vía | La casa de Tomasa

Las páginas del mar

Las páginas del mar (Sergio Martínez 2015)

Sergio Martínez
Grijalbo
2015
627 páginas

Las páginas del mar es la primera novela publicada por Sergio Martínez (Santander, 1975), quien hasta el momento había publicado libros de investigación y divulgación. Es esta una novela extensa: 627 páginas. Nada mal para un debutante.

Sergio recurre a un hecho histórico relevante: la travesía que hizo en su día el portugués Fernando Magallanes desde Sevilla hasta las Molucas, en el Pacífico, en un ruta hasta entonces inédita, que consistió en cruzar el Altlántico y descender hasta la Patagonia, para cruzar al Mar del Sur, al Pacífico, rumbo a esas Islas de las especias, productoras de canela, clavo, nuez moscada, etcétera. Una travesía que le supuso a Magallanes, bajo el reinado de Carlos I (el Rey de Portugal mandó a Magallanes con viento fresco cuando este le aseguró que encontraría una ruta que permitiría llegar a la Islas de las especias navegando siempre hacia el Oeste, no hacia el Este como se venía haciendo) circunnavegar por primera vez la Tierra, ya que tras llegar a las Molucas, el regreso lo hicieron por el Índico, completando así una circunferencia perfecta.

Los personajes por tanto son reales, lo son Magallanes, su cronista Antonio Pigafetta, y ElCano, y los otros nobles que aparecen.

El reto por tanto consiste en hacer atractiva la historia, que ya por sí misma lo es, ya que durante tres años Magallanes y los suyos estuvieron navegando hasta lograr regresar de nuevo a Sevilla, habiéndose vista menguada la tripulación desde los 234 hombres que partieron a sólo los 18 que lograron regresar. Magallanes moriría una vez cumplido su sueño, después de haber abierto ese paso que llevará ya por siempre su nombre. Lo hizo, lanceado, en la arena de una playa de una isla de Filipinas, perdiéndose así los honores y las riquezas que se derivaron de su épica singladura. Una ruta, hay que añadir que se vio poco después como escasamente rentable.

Travesía Fernando Magallanes

El narrador de esta historia nos la cuenta porque ha sobrevivido, es por tanto uno de esos 18 afortunados, que lograron dar la vuelta al mundo en barco y regresar. Ante una muerte que ronda cerca, el narrador, ya anciano decide pues plasmar sobre el papel sus recuerdos, al tiempo que exorcizar sus fantasmas del pasado, y para eso nada mejor que escribir.

La narración se irá alternando entre los episodios propios de la niñez y adolescencia del joven en un pueblo de Liébana, un pueblo entre montañas, donde su familia sobrevive con estrecheces, entre la siega y la siembra. Donde el narrador nos muestra a las claras lo duro que era salir adelante en una familia numerosa y siempre pendiente de las circunstancias climatológicas. No falta el cacique local que compra voluntades y destroza existencias. Hay lugar para el amor, para la pasión, y sobre todo, y este es un hecho determinante para que nuestro joven descubra el amor por el conocimiento, la sed infinita de saber, gracias a Sancho, un señor taciturno y aparentemente huraño, poseedor y guardián de una biblioteca, que le permitirá al joven viajar a los mundos y lugares, remotos y futuros que sólo la literatura permite. Un hecho clave le obligará a partir, junto a su hermano, dejando en tierra a su amor, a Lucía.
Los dos hermanos viajarán a Sevilla y allí se enrolarán en una de las cinco naos que partirán rumbo a las Islas de las especias.

Todo lo que nos ha llegado de ese viaje, o buena parte de él lo conocemos gracias a Pigafetta, quien tomó buena nota de todo cuanto vio en su periplo. Como este estaba del bando del portugués, cuando Magallanes murió, no quiso saber nada del nuevo capitán Elcano y éste al enterarse que nuestro joven es escritor lo nombra cronista de sus andanzas, a fin de recibir los laureles y glorias de las que se cree acreedor.

El viaje de tres años de duración da mucho de sí. Si en un primer momento al llegar a Brasil aquello les parece el paraíso, una vez en ruta hacia tierras de la Patagonia, sufrirán el frío, el hambre, las noches interminables, hasta que consigan cruzar al Pacífico. Si todo parece entonces que vaya a arreglarse, durante esos meses de travesía, sufrirán lo indecible, muchos morirán, cometerán cuantos desmanes se nos ocurran con las gentes que siempre habían vivido allí, muchos cuerpos vencidos por la muerte irán al fondo del mar y su labor evangelizadora se quedará en agua de borrajas.

Sergio Martínez consigue mediante 64 capítulos de unas diez páginas cada uno (jalonando los años en Cantabria con el periplo náutico) mantener la intriga en todo momento, construyendo unos personajes que a pesar de ser vulgares, están en el sitio adecuado en el momento justo, siendo testigos de una proeza como pocas. Lo que experimentan estos marineros es una odisea, un martirio, un calvario, un barco que parece ser un campo de exterminio, donde el hambre les llevará a comerse hasta el cuero de las cuerdas. Un huir de uno mismo, en el caso de nuestro protagonista, dando la vuelta al globo, para al final, lograr cerrar el círculo, expiar las culpas y alcanzar la serenidad que ambos hermanos perdieron al dejar a la carrera su pueblo de Dosamantes.

El autor de la novela nos presenta además un marinero (nuestro protagonista) ilustrado quien gracias a Sancho, su maestro, se lo ha leído casi todo, un devorador de libros, para quien conservar una biblioteca se convierte en una cuestión de vida o muerte. Unas lecturas (no solo filosóficas) que le serán muy útiles en el barco, cuando reine el tedio más absoluto y una buena historia sea entonces casi tan importante para sus compañeros de travesía como lo es un plato de carne agusanada.

Me puse a leer este libro sin apenas convicción y navegando navegando y casi sin darme cuenta me he visto, tres días después, leyendo la página 623 de los agradecimientos. Por cierto, rara vez, he leído que un autor agradezca algo a suegros y cuñados.

Un libro el de Sergio Martínez que me ha gustado, que me ha permitido conocer más (o casi todo) de Magallanes (a Colón lo tenemos ya muy visto) y sobre todo que me ha permitido gozar con una buena historia, bien narrada, fluida y equilibrada. Una sorpresa pues muy agradable.

Si decides embarcarte, eso ya es cosa tuya.

araña, cisne, caballo

araña, cisne, caballo (Menchu Gutiérrez)

Menchu Gutiérrez
2014
Ediciones Siruela
136 páginas

En Ánima Wajdi Mouawad daba la voz a los animales. En cada escena los personajes cedían la voz de la narración a cuantos animales nos podamos imaginar: caballos, perros, monos, palomas, moscas. Todos ellos dialogaban con los humanos, descifrando sus sudores, secreciones, fluidos y flujos corporales.

En araña, cisne, caballo, si nos atenemos al título del libro y a las ilustraciones de la portada (una especie de bestiario), está claro que la cosa va de animales.

Pero Menchu, al contrario que Mouawad, trasciende lo común, lo tópico, lo sensitivo, y va más allá de los códigos que todos asumimos en nuestra relación con los animales que nos rodean, lo cual era más o menos lo que me esperaba de una escritora como Menchu, de la cual el año pasado leí su libro La niebla tres veces (que agrupaba sus tres primeras novelas).

La prosa de Menchu en este libro de relatos me resulta a menudo inasible, críptica, cerrada, pero a su vez de una belleza fúnebre. Una lectura que me perturba, que me desasosiega, que me tiene en vilo, una lectura magnética, cuyos relatos tengo que leer una y otra vez, y tras varias pasadas voy asumiendo el significado (si esto llega a ser posible o es sólo una ilusión de los sentidos), apreciando su cadencia y un ritmo casi musical (un réquiem), sobre todo en los relatos cortos, como (la construcción de la telaraña) uno de mis favoritos.

Los humanos y los animales se confunden y transforman mediante la metamorfosis, donde las uñas se convierten en pezuñas, los pelos en escamas, las heridas en branquias y siempre flota en el ambiente un presagio fúnebre, algo maldito, como (los huevos de la muerte), una placenta que parece incapaz de no crear otra cosa que no sea dolor, desgarro, orfandad, donde todo sucede en el linde, en la frontera, donde la mirada otorga un significado o su contrario donde todos los arquetipos atienden a la unidad, a la de una sola voz, un solo cuerpo, un único espacio, un común final.

Menchu demuestra sus dotes narrativas en el formidable relato que cierra el libro, titulado madre. Un relato que va sumando párrafos sobre los ya construidos, con ligeras variaciones, hasta llegar a la escena final, donde ese ojo que mira por el ojo de la cerradura, va exhumando el significado de su historia, a medida que desaloja la tierra.

Y ahora he dado un paso más en la telaraña, y continúo sin saber si sonrío a la araña o es la araña la que sonríe a mí.

Yo, insecto de mí, he caído en la red de Menchu Gutiérrez, en su telaraña, pegado me he quedado a la subyugante celulosa de su prosa. Inútil es pues resistirse.

La tournée de Dios

La tournée de Dios (Enrique Jardiel Poncela, 1932)

Espero que si algún humano (me vale también animales) llega a esta reseña lo haga comido y con la siesta echada.
Al final de la misma encontraréis un test con 250 preguntas (muy fáciles) sobre la reseña y una encuesta de satisfacción. La encuesta es obligatoria cumplimentarla para poder acceder a futuras reseñas.

La Tournée un Dios de Enrique Jardiel Poncela es un libro (publicado en 1932 y censurado tanto por La República, como por el Régimen Franquista, que lo consideró blasfemo) que recomendaría leer a todo el mundo y en especial a aquellos para quienes la Religión o su fe es algo tan sagrado que ni admiten réplica, ni son capaces de reflexionar un segundo sobre aquello en lo que creen creer. Además, visto cómo algunos eliminan a quienes les desagradan mediante el exterminio físico, es más recomendable que nunca tomarse la religión con Humor, porque todo es (o debiera ser) susceptible de ser analizado bajo la lente del Humor, la Religión, también.

El libro comienza con una dedicatoria singular: A Dios, que me cae muy simpático.

Le sucede luego un prólogo que no tiene desperdicio todo él, donde el autor se defiende, argumentando que no es este un libro antirreligioso, sino que en todo caso es un libro que va en contra de la Humanidad, la cual por otra parte está como una cabra.

Y antes de comenzar el libro tenemos una advertencia, sobre cómo leer este libro, donde entre otras cosa nos encontraremos con esto:

«Finalmente, aun hay otro sistema: coger el libro sin leerlo y arrojarlo por el libro sin leerlo y arrojarlo por el balcón»

Ya metidos en el harina, la noticia bomba es que al Papa se le ha aparecido Dios y le ha dicho que viene a la Tierra de visita. Descubrimos entonces a dos personajes particulares.

Federico, hablando de Perico Espasa, solía decir:
—Es el número uno de los periodistas españoles.
Y Perico Espasa opinaba de Federico:
—Es el primer novelista de España.

Jardiel que trabajó de periodista y conoce bien el oficio desde dentro nos brinda unas cuantas definiciones de lo que era para él un periódico: “vampiro de la inteligencia”, “calabozo bien iluminado”, “palanca de la edad moderna”, “multicopista del pensamiento”, “trampolín de la gloria”, “espuela de las actividades ajenas”, “tractor de las vanidades”, “resorte de las muchedumbres”, “opinión de las que no la tienen”, “desesperación del gramático”, “apóstol de la mentira”, “palacio de la errata”, entre otras.

Por medio de estos dos ronda Natalia Lorzain, actriz, que se rinde sin remisión a los encantos Federico, a su pico de oro, a su aura de novelista.
En fin, que acaban juntos y pasa lo que tiene que pasar.

El amor es el puente que sirve para pasar del onanismo al embarazo.

Nace el chiquillo y Natalia coge las de Villadiego. Federico se ve a solas con el chiquillo mientras la Humanidad entera vibra con la llegada de Dios.

El advenimiento podía haber sido en cualquier parte del globo pero acaba siendo en Madrid, en el Cerro de Los Ángeles. ¿Por qué?. A leer. Sigue leyendo