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Trabajos del reino (Yuri Herrera 2004)

Yuri Herrera Trabajos del Reino
Yuri Herrera
2004
Editorial Periférica
135 páginas

Me había hecho la promesa de dedicar mi tiempo de lectura exclusivamente a La Broma Infinita de DFW. No he podido cumplirla. A fin de aliviar o minorar los efectos secundarios de la lectura de dicho tocho, me he visto obligado a intercalar la lectura del mismo con alguna otra lectura, a fin de no acabar sonado del todo con la broma y he recurrido a un valor seguro: Yuri Herrera.

¿Es la novela de Yuri Herrera una de las mejores que se publicaron en México en 2004?. No lo sé, lo que sí puedo afirmar es que Trabajos del Reino me ha gustado mucho, y que es una buena novela. A Yuri lo descubrí hace meses con La Transmigración de los cuerpos, después seguí con Señales que precederán al fin del mundo y acabo con la novela que Yuri publicó en 2004 en México y en 2008 en España, Trabajos del Reino. Las tres novelas que hasta la fecha ha publicado Yuri las ha editado la Editorial Periférica. Y los libros son una cucada. Este último es tamaño bolsillo y resulta ideal para llevártelo encima y sacártelo en esos ratos en los que no tienes nada mejor que hacer que leer.

Las novelas de Yuri son cuentos con aliento poético (aliento que en manos de otros muchos escritores menos dotados devendría en halitosis) o a mí así se me antojan. En esta ocasión el protagonista es un joven que da de bruces con un mafioso local, a quien le hace gracia la forma que este tiene de cantar y le ofrece trabajar para él en la Corte, porque el mafioso es el Rey y todos los que danzan y viven a su costa, son la Corte.
Hace siglos la gente se dejaba la vida para entrar a trabajar en la Corte (Cervantes sin ir más lejos) y poder vivir plácidamente cerca del bienestar que generaban las Monarquías y la vida en el Palacio. Ahora la gente no es tan ambiciosa y con tener una plaza fija de funcionario se conforma.

El cantante y compositor de corridos es el Artista y una vez en Corte conocerá al Orfebre, al Médico, al Heredero, a la Niña, a la Bruja, al Periodista, el Gringo, el Gerente, etc. De una manera muy sutil a través de los ojos del Artista seremos testigos de ese mundo, de la vida en el palacio, donde no faltan las intrigas y conjuras, las cuchilladas traperas, las venganzas, el mancillamiento y el deshonor. Y para aliviar el dolor nada como el amor balsámico, en cuyo lomo viaja la esperanza.

Y como no todo es mirar y solazarse, el día a lleva abocará al Artista al punto de no retorno, donde el posicionamiento o algo tan simple como pensar por uno mismo, dibujará una mira telescópica en la testa de improvisado pensador.

Yuri logra algo mágico y consiste en que lo que lees te parece de primera mano, un buen puñado de palabras, frases, párrafos a estrenar, que un servidor rumia con deleite. Hay muchas razones para leer a Yuri, pero esta me parece fundamental. Donde otros aburren y estiran los clichés y las frases hechas hasta el aburrimiento, Yuri ofrece unos textos ofrecidos para ser leídos con otros ojos.

Señales que precederán al fin del mundo (Yuri Herrera 2009)

Yuri Herrera portada libro Editorial Periférica
Yuri Herrera
Editorial Periférica
2009
123 páginas

Acabo de leer Plegarias nocturnas de Santiago Gamboa, donde el protagonista es un joven colombiano que está dispuesto a hacer cualquier cosa por encontrar a su hermana a quien tras abandonar Bogotá le ha perdido la pista en Japón.
En esta novela de Yuri Herrera, de título apocalíptico, Señales que precederán al fin del mundo, la protagonista, Makina, es una joven que debe hacer lo propio para encontrar a su hermano mexicano, que ha cruzado a los Estados Unidos y a quien le ha perdido el rastro. Lo curioso, es que no sabía de que iba el libro de Yuri Herrera hasta haberlo leído y me sorprende que ambos guarden semejante similitud, al menos formal, porque luego cada cual tiene su mundo particular y su diversa manera de narrar.

Los libros de Yuri son juguetitos que leo con fruición. Leí La transmigración de los cuerpos y me gustó. Este otro, es una novela minúscula, un artefacto literario de breve extensión, en este caso, 123 páginas en un librito de bolsillo, de los de verdad, de 12×18 cm. Con la lectura de Trabajos del reino (la primera novela de Yuri) completaré el triplete.

Yuri plantea sus novelas como cuentos, que se zampan en un santiamén, y no requieren mayores exigencias que echar mano al diccionario en ciertas ocasiones para conocer el significado de ciertos mexicanismos. Aquí la palma se la lleva el verbo Jarchar. Comenta Paz Soldán que Yuri le contaba un día que sobre un puñado de palabras determinadas escribía sus libros. Cierto o no, aquí el término Jarchar sale hasta la saciedad.

Sin dilación, desde la primera página, Makina siguiendo las ordenes de su madre Cora, se pondrá en camino. Impelida a dejar su tierra mexicana, el Pueblo, la Ciudadcita, el Gran Chilango, y cruzar la frontera, con idea de encontrar a su hermano que atravesó a los Estados Unidos buscando unos terrenos, y de quien ya nadie más supo nada.

Avanzo que no estamos ante el drama de un espalda mojada o de un ilegal sin papeles. Yuri le da a su novela mayor vuelo y pretensiones y como un Forrest Gump actualizado, pero con menos ínfulas, la protagonista de su novela, estará en todas las salsas y asistirá ya en territorio gringo, a un boda gay, a las heridas que deja la Guerra de Irak en el imaginario colectivo, a la mala baba con la que los policías tratan a los mexicanos, a Makina incluida, que se desmarcará con un alegato metido con calzador.

Yuri dota a su prosa de un poder hipnótico, capaz de generar un ambiente enrarecido, deslocalizado, atemporal, con un habil manejo de la jerga y de un lenguaje más depurado, todo ello avivado por unos diálogos certeros, situaciones disparatadas y un sentido del ritmo que te deja en la última página sin darte cuenta, cual viaje en atracción de feria, donde uno abandona la atracción con ganas de más, de hacer otro viaje. Lo haré. De la mano de Yuri.

Ahora, después de unos cuantos meses de calentamiento ya estoy preparado para correr la maratón: David Foster Wallace y su broma infinita. 1208 páginas. La broma me llevará un tiempo consumarla, pero seguiré haciendo lecturas zapeadas.

Horizonte literario

Horizonte literario

En mi horizonte más próximo se perfilan nuevas lecturas. Unas llegarán a puerto. Otras no. Veremos. Lo que me llena de gozo es ir detrás de un libro y encontrarlo en la Biblioteca. Esto no siempre sucede. La última novela de Aparicio Belmonte por ejemplo aún no lo han comprado. El resto de los que pretendía sí. Si continuan los recortes en los Presupuestos de la Cultura y las Bibliotecas dejan de adquirir libros o lo hacen en menor medida, los lectores vamos a tener entonces muy crudo leer todo lo que nos gustaría leer, lo cual sería lamentable se mire por donde se mire.

1. Norte. Edmundo Paz Soldán. De su libro Billie Ruth me leí la mitad de sus relatos. Se tratará de una lectura intermitente, de cuya novela hablaré cuando la finiquite. Norte aparecía por ahí perfilado como uno de los mejores libros de 2011.

2. Mi madre es un pez. VV.AA. Relatos de autores más o menos conocidos. Fernando Clemot, Jon Bilbao, Esther García LLovet, Javier Moreno, Rodrigo Fresán, Ricardo Menéndez Salmón, Javier Calvo, Alberto Olmos y otros que no conocía, pero que me han agradado mucho: Gabriel Sofer, Andrea Jeftanovic, Aixa de la Cruz, Manuel Jabois.

3. López López. Juan Aparicio Belmonte. Una vez leído Mala suerte, no podía menos que leer algo más de Aparicio. Al mal tiempo buena cara, y mucho humor.

4. Constatación brutal del presente. Javier Avilés. Un libro del que he leído maravillas en la blogosfera. A ver si es para tanto.

5. Bajo el influjo del cometa. Jon Bilbao. Su novela Padres, hijos y primates, no me gusto en demasía. Reincido de todas maneras. Uno de los mejores libros de relatos publicado estos últimos años, he leído por ahí. ¿Será para tanto la cosa?.

6. Señales que precederán al final del mundo. Yuri Herrera. Este libro es una cucada. Ideal para llevartelo en el bolsillo de la chaqueta, y sacártelo (el libro) en esos momentos que se acumulan gestando horas muertas.

La transmigración de los cuerpos (Yuri Herrera 2013)

La transmigración de los cuerpos Yuri Herrera Editorial Periférica 2013
Yuri Herrera
La transmigración de los cuerpos
Editorial Periférica
Año 2013
Páginas: 134

Con un título así uno no sabe muy bien a lo que atenerse. No hay elementos metafísicos en la historia. No interesa tanto saber qué hay detrás de la muerte, en el caso de que nos espere algo más que gusanos, ya que el asunto no va de transmigraciones sino de un intercambio de cadáveres.

El protagonista es El Alfaqueque que aprovechará la coyuntura vírica (una pandemia) que asola el país, para acercarse a su vecina La Tres Veces Rubia con quien anhela darse un revolcón. Y lo consigue. Porque él en sí mismo es una combinación irresistible de Verbo y Verga, primero las acaramela con la palabra y luego las colma con el chafalote.

Y cuando parece que la historia no va a dar mucho más de sí que ponernos los dientes largos con lo bien que se lo está pasando la parejta, sobre todo El Alfaqueque y las páginas se empiezan a impregnar de algo parecido tedio, al llegar a la número 37, El Alfaqueque deberá salir a por condones para envasar así su pasión al vacío y será entonces cuando la historia se recrezca, se acelere y coja ritmo y mucha chispa, con las andanzas de El Alfaqueque y el Ñandertal y Yuri nos vaya moviendo de un lado a otro, por un tablero de ajedrez de asfalto y sordidez, de lupanares, y familias truncadas (Los Castro y Los Fonseca) por el dolor que acarrea una pérdida filial y conocer a personajes como Ñora, Vicky, las bacantes de La Metamorfosis y el Íncubo, Muñe, el Menonita, el Hamponcito..

Y echaré mano del Drae en varias ocasiones porque el autor narra sin escatimar en mexicanismos (chamba, ñenga, vocho, bisnero, quiobo..), para crear algo entre lo solemne y lo paródico, con una gran carga visual, dado que los diálogos resultan muy peliculeros, tanto como la historia, como si este libro más que leerse, se visionase. Además, la historia resulta magnética e hipnótica a partes iguales. Yuri al igual que El Alfaqueque maneja con suma destreza y habilidad la palabra escrita.

En resumen, una sorpresa bien agradable la que me ha deparado Yuri Herrera y la editorial Periférica.