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Alexandre Postel

La ascendencia (Alexandre Postel)

Primera novela que leo de Alexandre Postel (Colombes, 1982). Tiene otra, Un hombre al margen, que le valió el premio Goncourt a la mejor primera novela.

Postel, en La ascendencia, que así se titula la novela, se las apaña para en algo menos de 150 páginas, referirnos por boca de un joven, una historia tan rocambolesca, como absurda, pero al mismo tiempo verosímil, pues siempre encontraremos miles de excusas para no hacer lo correcto. Para contar su historia Postel mezcla suspense, humor negro, un crimen -o varios- algo de sentimentalismo a baja temperatura merced a las relaciones afectivas y efectivas entre un padre extinto y un hijo, y así, sin ningún esfuerzo, te ves leyendo el final.

La prosa de Postel me parece simplona -lo cual le garantizará el éxito-, la historia, curiosa y moderna, si por moderna entendemos, por ejemplo, que el protagonista si quiere saber cómo deshacerse de un cuerpo sin salir de casa, haga una búsqueda en internet.
El estilo de Postel, no sé cual es porque brilla por su ausencia, quizás a resultas de su glacialidad.

Me pregunto qué hubieran hecho Kafka o Poe con unos mimbres similares.

Nórdica libros. 2016. 146 páginas. Traducción de Delfín G. Marcos

Claire de Duras

Olivier o el secreto (Claire de Duras)

Hoy algunos libros resultan anacrónicos. En plena era de la información, leer un libro compuesto por 64 epístolas, nos retrotrae a un mundo donde las cartas eran el principal medio de comunicación y una forma muy propicia para derramar los sentimientos sobre el papel. Así Louise, condesa de Nangis, escribe a Olivier, conde de Sancerre, su amado y a su hermana, Adèle, marquesa de C, que ejerce de árbitro en esa pasión, no correspondida, que arrasa a su hermana. Louise siente algo por su primo Olivier, y una vez que se queda viuda, todavía joven, ve el camino despejado para estar al lado del hombre que ama.

Las cartas van dando cuenta de cómo el imperio de la pasión, esclaviza a sus súbditos, del tal manera que Louise se ve abocada a un presunto horizonte poblado de nubes de algodón, que se convierte más pronto que tarde en arenas movedizas, ya que Olivier alberga en su interior un secreto, que no puede confesar, y que está dispuesto a llevarse a la tumba.
Un secreto -que se confiesa en una nota final, y de cuya autoría se duda- sobre el que se construye la narración, que peca de reiterativa, pues una vez expuestos los sentimientos de Louise hacia Olivier, y a la vista de la imposibilidad de ser correspondidos por éste, las continuas cartas no son otra cosa que marear la perdiz e ir dando vueltas en círculo como si el lector a base de girar, cual derviche, alcanzase alguna suerte de éxtasis, que no llega a acaecer.

La novela, obra de Claire de Duras (1777-1828), publicada en 1823, es un folletín en toda regla que permite conocer de primera mano el papel al que estaba destinada la mujer, incluso las aristocráticas, siempre sus acciones guiadas por la sumisión, la obediencia y la complacencia hacia sus maridos, bajo una moral -juez omnipotente- que vigilaba y censuraba todas y cada una de sus acciones y pulsiones amorosas.

El Desvelo Ediciones. 2013. 142 páginas. Prólogo, traducción, notas y epílogo de José Ramón San Juan. Ilustraciones de Javier Jubera.

Charles Baudelaire

Las flores del mal (Charles Baudelaire)

Me parece un arte complicadísimo la traducción. Me parece aún más difícil traducir poesía. En este caso, las poesías de Baudelaire, del francés al castellano. En una poesía, cada palabra es un mundo, y una palabra puede malograr un poema.

Estoy leyendo la traducción de Carlos Pujol para Austral. Que es como sigue:

XII
La vida anterior

Mucho tiempo viví bajo amplísimos pórticos
que los soles marinos con mil fuegos teñían,
y sus grandes pilares, majestuosos y rectos,
simulaban de noche ser basálticas grutas.

Con las olas giraba la visión de los cielos,
concertando del modo más solemne y más místico
los enérgicos sones de su música inmensa
y el color del crepúsculo reflejado en mis ojos.

Allí tuve una vida de tranquilos deleites
rodeado de azul, de esplendor, de oleaje
y de esclavos desnudos impregnados de aromas

que con hojas de palma refrescaban mi frente,
y que sólo tenían por misión ahondar
el punzante secreto que por dentro amargaba.

En internet este libro está colgado en uno de esos repositorios donde se puede encontrar casi de todo.

La traducción encontrada ahí es como sigue. Atención también a los signos de puntuación.

XII
La vida anterior

Yo he vivido largo tiempo bajo amplios pórticos
Que los soles marinos teñían con mil fuegos,
Y que sus grandes pilares, erectos y majestuosos,
Hacían que en la noche, parecieran grutas basálticas

Las olas, arrollando las imágenes de los cielos,
Mezclaban de manera solemne y mística
Los omnipotentes acordes de su rica música
A los colores de poniente reflejados por mis ojos.

Fue allí donde viví durante las voluptuosas calmas,
En medio del azur, de las ondas, de los esplendores
Y de los esclavos desnudos, impregnados de olores,

Que me refrescaban la frente con palmas,
Y cuyo único fin era profundizar
El secreto doloroso que me hacía languidecer.

Creo que una sola lectura no es suficiente para sacarle el jugo a esta extensa colección de poemas. Me han gustado los dedicados al vino, y aquellos con referencias mitológicas. Baudelaire recurre a los mitos griegos (Circe, Caronte, Electra, Sísifo…) y a obras como la Odisea, para enhebrar sus poesías, que abundan en lo trágico, en lo desgarrador, en una continua imposibilidad de amar a tanta beldad, en la bajada continua a los infiernos, con poemas poblados de muerte, demonios, gusanos, sepulcros, borrascas, oscuridad; todo aquello que cifra un mundo en descomposición.
Deja la puerta a veces abierta a la esperanza, mediante la huida hacia latitudes más amables, la cual enseguida se ve ahogada por los dedos negros de la muerte, de la imposibilidad, por esa angustia, ese spleen al que dedica también unos cuantos de sus poemas.

Lo dicho, toca, leer y releer en bucle, unas cuantas veces más, para seguir decantando estos versos y disfrutar del aroma de estas flores, del mal.

www.devaneos.com

La linterna sorda (Jules Renard)

De la misma manera que hay editoriales que ponen en el mercado ediciones muy cuidadas y prolijas, otras editoriales este aspecto lo descuidan hasta llegar a límites sonrojantes.
La linterna sorda lo edita Ediciones Baile del Sol. La portada del libro es horrorosa. En ella se ve al autor, Jules Renard, pixelado. El nombre del autor y el título del libro parecen hechos con Wordart. Más allá de esto, luego en la introducción, un tal Genaro Estrada, que además del prólogo hace la traducción, se casca un «excrutador«. Más adelante, ya como traductor, habla de un ratón que «Roza mis suecos, les muerde su madera…«. En Canarias dirán suecos, cuando hablen de zuecos, pero al escribirlo toca escribirlo bien.

Respecto al libro en sí, este es un ramillete de aforismos, microrrelatos y algún relato de más aliento. Aquí sucede lo de siempre, la gran pregunta. ¿Se debe publicar todo?.

De Renard leí con mucho agrado sus Diarios. Aquí, en este batiburrillo algo de lo bueno de allí lo encontramos aquí; está esa mirada, esa confrontación entre lo que pensamos y lo que decimos, como si el lenguaje hablado y escrito, no fueran más que máscaras. Está la reflexión continua sobre la escritura, como ese hombre de letras que gustoso moriría de literatura, donde hay un diálogo curioso, porque a ese hombre de letras que no fuma, no bebe, no juega, no tiene queridas, quienes le increpan, dicen de él que no es un hombre, y lo apuntalan luego con un «es un hombre…de letras» o ese Eloi que cree haber escrito una obra maestra, al recibir los elogios de sus escuchantes, los cuales le colman, pero que al mismo tiempo lo atormentan, si no se ve en el futuro capaz de mantener el nivel, de ser capaz de generar ya por siempre obras maestras.

Renard parece ser un tipo que miraba y miraba bien, que escribía sobre lo que conocía y ese ambiente rural en el que se movía lo plasmó en las Historias naturales, donde la voz a los animales. Alguna me ha gustado como esta:

LA MARIPOSA

Carta amorosa plegada en dos, que busca la dirección de una flor.

Cuando habla de una familia de árboles me gusta esto: «Su muerte es prolongada y conservan a sus muertos en pie, hasta que caen hechos polvo».

Hay en el resto de libro unos cuantos textos como estos arriba enunciados, que demuestran el ingenio del autor, su humor, su ironía, pero de la misma manera, destellos aparte, otros muchos relatos -la mayoría- son naderías, esbozos, que no aportan nada para el recuerdo.

El problema a la hora de acometer la obra de un autor es que según por donde le entremos, a veces, no nos quedan luego más ganas de seguir abundando en él. Dicho esto, recomendaría ir a sus Diarios, pues ahí Renard brilla, en esta La linterna sorda, Renard no brilla, parpadea y la sensación que queda al leer esta obra de Renard es la de quedarnos sin pilas justo cuando más nos hace falta la linterna.

Ediciones Baile del Sol. 116 páginas. 2011. Traducción de Genaro Estrada.