Archivo de la categoría: Literatura Rusa

Iván Goncharov. Editorial Minúscula

El mal del ímpetu (Iván Goncharov)

Iván Goncharov
Editorial Minúscula
2010
109 páginas
Traductora: Selma Ancira

Leyendo esta exaltación del paseo, del deambular, de esa comunión andariega con la naturaleza, me viene en mientes esa obra tan jocosa de Guy de Maupassant que lleva por título Los domingos de un burgués en París, donde su personaje, el Sr. Patissot por prescripción facultativa recorría los alrededores de París, aunque sin el ímpetu desmedido de esos rusos de la novela de Goncharov (1812-1891), que comparte con Maupassant ese tono burlesco, que propicia que uno lea siempre obras como esta con una sonrisa en el rostro.

Aquí, el narrador nos cuenta como unos conocidos suyos sufren una enfermedad desconocida hasta el momento, tal y como le refiere Nikon Ustínovich, quien pasa todo el día haraganeando, dejando reposar sus carnes en postura horizontal, las 24 horas del día, alarmado este, porque a los Zúrov (una familia donde no faltan personajes pintorescos como esa abuela preAEMET convertida en una barómetro casero viviente, capaz de predecir el tiempo), les ha dado por salir de su casa y estar continuamente al aire libre, en el campo, haciendo excursiones y paseos casi a diario. Una fiebre que lejos de remitir, empeora, pues ante cada excursión, por muchas penalidades y malestares que estas les acarreen, tras llegar a su mansión, ya fantasean con su próxima escapada.

Podía ser la narración proclive a lo bucólico y pastoril, a la exaltación de una naturaleza que sólo brindara dones y parabienes al curioso viajero. No es el caso. Goncharov, pergeña una muy divertida, humorística y mordaz sátira, de tal modo que cada excursión lleva a los Zúrov al borde de la muerte, ya sea por hambre, sed, frío, extenuación, o cualquier otra circunstancia, pero ellos impetuosos y empecinados siguen erre que erre, inasequibles al desaliento.

Al igual que los alpinistas que se la juegan una y otra vez en la montaña, dispuestos a sacrificar sus vidas en cualquier cresta, los Zúrov, sienten algo parecido, una voz, una llamada, del tal manera que el final no pueda ser menos que un trágico misterio.

Una gran novela corta, la que nos brinda Goncharov. No creo que tarde en leer Oblómov, su novela más conocida.

Leonid Andreyev

Las tinieblas (Leonid Andréyev)

Leonid Andreyev
Acantilado
2009
104 páginas

Un revolucionario, un terrorista, un joven de 26 años, virgen, perseguido por la policía recala en un lupanar, y solicita los servicios de una mujer y una vez allí no quiere echar un polvo con Liuba, sino dormir, aunque sea solo un par de horas, porque nuestro joven está que no se tiene y la mujer alucina con él, para mal, y cuando vuelve de los brazos de Morfeo, ella ya le ha calado, barrunta que es un revolucionario, un idealista, un terrorista, y él le confiesa entonces que es virgen, que la piel de una mujer desnuda, para él es un acontecimiento, pero no se lanza, no toma posesión de ella, no obtiene sexo a cambio de dinero, y su confesión (sexual y revolucionaria) lejos de liberarlo lo atormenta y ella al tiempo que lo golpea y ridiculiza, amenaza con denunciarlo, a él, que hasta sus 26 años no ha hecho otra cosa que servir a un ideal que va camino de dejar de serlo, porque quizás la única guerra que valga la pena librar en esta vida sea la que libramos sobre un colchón, pero la noche los confunde y durante unos momentos creerán ser dueños de sus vidas, nada más lejos de la realidad, porque el destino ya ha dicho su última palabra, y él va para mártir, mientras ella se perpetuará como puta.

Relato de Leonid Andréyev (1871-1919) publicado en 1906, planteado como un intercambio de puyazos verbales, donde cada uno defiende sus posiciones, que corren el riesgo de intercambiarse, cuando las certezas son un castillo de naipes y la virginidad no es ya sólo algo físico sino también mental.

www.devaneos.com

Doctor Krupov (Alexandr Herzen 2014)

Alexandr Herzen 2014
Ardicia Editorial
107 páginas
2014

Ardicia editorial ha publicado este año dos novelas cortas del ruso Alexandr Herzen (Moscú 1812-1870) bajo el título de Doctor Krupov (que a su vez es el título de uno de los dos relatos o novelas breves, junto a La urraca ladrona).

En el Doctor Krupov el protagonista está especializado en psiquiatría. Para él, la Historia, es la autobiografía de un loco sin apreciar grandes diferencias entre los locos oficiales y los cuerdos, y para ello da ejemplos de lo más jugosos.

Su pasión por las enfermedades mentales le viene a Krupov de joven, al tener como amigo a Levka, el típico bicho raro con el que todo el mundo se ceba, objeto humano al que humillar, para elevarse los otros sobre sí mismos, dado que nada reconforta tanto como tener un tonto a mano.

El comportamiento de Levka, a Krupov, en lugar de incitarle pasiones insanas, le animará a reflexionar sobre el porqué de su conducta, la de Levka, y en especial la de los otros para con él. Aunque el padre de Krupov es diácono y quiere que su hijo persevere en la fe, finalmente Krupov logrará su objetivo de hacerse psiquiatra y ahondar en sus teorías con el tratamiento de pacientes como Anna Fiodorovna, donde el autor da muestra de su liberalidad y agudeza.

– Para usted es fácil decirlo, no sabe lo que es el matrimonio.
– No lo sé, pero me lo imagino: la violencia amistosa de vivir juntos cuando se quiere vivir por separado, y el lujo absoluto cuando se quiere y se puede vivir juntos, ¿no es así?. (página 56)

O cuando aborda el caso de Matrenka, aquejada de alienatio mentale. Mujer de 30 años, casada, a quien su marido maltrata, pero a quien debe asumir, porque Dios se lo ha dado. Ejem.

Ambos casos están plagados de páginas ingeniosas, agudas, divertidas, satíricas, donde Herzen arremete contra muchos de los males de la sociedad en la que vivía (la primera mitad del siglo XIX)

Alexandr Herzen
Alexandr Herzen

En La urraca ladrona, la conversación entre caballeros versa sobre el papel de las mujeres eslavas en el teatro, y la falta de buenas actrices, lo que da pie para que conozcamos la desgraciada y sentida (por el lector) vida de una de ellas, una actriz notable, una tal Aneta, supeditada a un principe dictatorial, a quien Aneta ridiculiza, entendida su existencia como un callejón sin salida, donde todo tiene que salirle mal.

Alexandr Herzen, liberal y filósofo, nos brinda dos novelas cortas, jugosas y divertidas, de lectura amena, interesante y gozosa, agudas e inteligentes. Ahí es nada. Ganas me dan de seguir con Herzen, con su libro El pasado y las ideas.