Archivo de la categoría: 2012

Crónica de la XVIII Travesía de Hoyos de Iregua

Ayer domingo 8 de octubre 2012 tuvo lugar la XVIII travesía de Hoyos de Iregua. Allí nos juntamos más de 800 personas dispuestas a pasar un buen día caminando. Al comienzo, saliendo de Villoslada de Cameros yendo por un camino estrecho hizo que aquello pareciera una manifestación, y uno no podía otra cosa que andar esperando que el camino se abriese y poder acelerar.
Salida de la travesía Hoyos de Iregua
A los 3,7 km pasamos por el puente de las Rameras.
Luego otros 3,7 km más y llegamos la Ermita de Lomos de Orio. Allí se montó un tapón que nos tuvo una media hora esperando.
LLegada a la ermita de Lomos de Orio

Excursionistas extranjeras haciendo la Travesía
Nos dieron leche con colacao, foskitos, agua, aquarius. Allí estaba el Presidente de la Comunidad Autónoma de La Rioja, D. Pedro Sanz y José Ignacio Ceniceros el Presidente del Parlamento y algún otro político. Había entre los excursionistas alguna extranjera como esas dos chicas de la foto.
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Compañía K (William March 2012)

Compañía K William March portada libroEs de agradecer que la editorial Libros del silencio haya publicado Compañía K, que William March escribió en 1933. Sí, ha llovido desde entonces, pero más vale tarde que nunca. El género bélico no me apasiona y los libros antibelicistas tampoco, pero Compañía K sorprende, se disfruta y alimenta.

El autor, William March, estuvo en el ejército americano durante la Primera Guerra Mundial batallando en Francia contra los alemanes y de su paso por el ejército casi 20 años después de haber finalizado la guerra escribió 113 relatos cortos. Cada uno de ello se corresponde a cada uno de los soldados que integraban la compañía. Es díficil no caer en lo redundante, en un bucle que solo lograría aburrir al lector. No, March a través de cada relato va dando poco a poco una vuelta de tuerca más, exprimiendo su razonamiento, que no es otro que exponer las distintas vivencias de los soldados. La guerra es patética porque mueren soldados, que son personas con padres, madres, hijos..Lo que nos ofrece March es un todo poliédrico, donde resuena múltiples voces que hablan sobre aquello que define al hombre, a saber; la justicia, el honor, la bondad, la compasión, la violencia, la ira, la envidia, etc.

El libro comienza con las anécdotas en el frente de batalla, y luego con el regreso al hogar. Si la vida en el frente ya era frustante, el regreso para muchos fue un infierno. Nadie viene ileso de un guerra, ya sea en el plano físico o emocional y ahí un puñado de relatos donde los antes soldados, ahora ya como civiles, luchan una guerra sin cuartel contra su pasado, con acciones detestables, que realizaron cumpliendo órdenes, pero que en nada restan ni minoran su crueldad. Surge entonces el arrepentimiento, la búsqueda de la compasión, de la ternura, del cariño de los otros, y muchas veces encuentran lo contrario. Algunas voces que oímos son las de los muertos, en el preciso instante en que los destroza un obús o los atraviesa una bayoneta.

A pesar de que el libro a mí me haya parecido contundente, el autor que está de vuelta de todo, sabe que a veces uno consigue exactamente el objetivo contrario de lo que pretende en un principio. Así, cuando un soldado decide montar una organización desde la cual difundir los males de la guerra, la cantidad de actos atroces que se cometen, la falta de humanidad que preside muchas acciones o casi todas las acciones militares en ese negocio de la guerra, lo que consigue es atraer a unos cuantos al mismo tiempo que otros muchos deciden meterse en la policía o en el ejército para defender esas injusticias. Vamos, que esto es como el huevo y la gallina.

Me ha gustado y mucho Compañía K.

Baile con serpientes (Horacio Castellanos Moya 2012)

Baile con serpientes Horacio Castellanos MoyaA pesar de que Tusquets lo ha publicado este año, este libro de Horario Castellanos Moya se publicó originariamente en 1995. Horario pergeña una historia que tiene su encanto. Todo se desata, expande y desenfrena cuando un sociólogo en paro entabla conversación con un pordiosero, Juan Bustillo, que vive en la vía pública, dentro de su chevrolet amarillo para malestar de los vecinos que no lo ven con buenos ojos. Poco después Juan Bustillo es asesinado y el sociólogo usurpará su identidad. Descubre entonces que dentro del auto hay unas serpientes que hablan y asesinan a todo bicho viviente y tienen espíritu lúbrico y el sociólogo siembra el caos mientras la policía con Lito al frente y los medios de comunicación con Rita como buque insignia le siguen la pista o más bien el rastro que las sierpes asesinas dejan a su paso. No falta el humor socarrón en esta farsa desmadrada, donde el autor según cuenta la escribió del tirón, sin tener un guión prestablecido, vomitando sobre el papel aquello que le fue viniendo en mente. A veces esto alumbra obras maestras, otras, productos que se manufacturan y en este caso se reeditan de nuevo, una vez que el autor ha cogido ya cierto prestigio. Un pasatiempo sin mayores pretensiones que el de mantenernos entretenidos un par de horas.

Restaurante Indio TajMahall en Logroño

En la Avenida Gonzalo de Berceo, en la ciudad de Logroño, donde hace unos años abrió sus puertas el restaurante La Gran Muralla, un restaurante chino, pionero en la ciudad, tras llevar unos cuantos años cerrado, finalmente, han decidido darle algo de vida al local. Se trata de un restaurante. El Restaurante Indio TajMahall. (el nombre del restaurante es de chiste, tanto como esas tiendas de ropa chinas que se llaman Fara). Cuando vi el cartel, ingenuo de mí, me emocioné, pues que yo sepa creo que no tenemos ningún restaurante Indio en Logroño. Lo inauguran hoy viernes. Me acerqué a la entrada a consultar los platos, y me llevé un chasco, dado que no se distingue en nada de un Kebah convencional. Unos días después he visto que además de la comida típica de un kebah hay otros platos, al parecer indios, pero según indican preparados a la manera occidental.

Si alguien lee esto y come en este restaurante que comente qué le ha parecido. De esta manera mejora la oferta culinaria de la zona oeste, un tanto desguarnecida, dado que salvo El Cid, El Egües y la Bodeguilla, no hay restaurantes hasta que llegas a la Gran Vía y te topas que un «Japones» y un «Wok«. El Tapelia cerró y no han vuelto a abrir nada en ese local.