Archivo de la categoría: Editorial Periférica

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Los antepasados (Mary Ann Clark Bremer)

Poco me gustó Una pasión parecida al miedo de Mary Ann […] Bremer (1928-1996). Los antepasados me ha gustado aún menos. Me sorprende que una sucesión de naderías, jirones de recuerdos y grises remembranzas, den a luz un libro como el presente. La prosa de Bremer me resulta plomiza y tediosa y cuando se nos va por la vía lírica aquello es el anticlimax. Además, después de ver lo que un escritor como Vicente Valero fue capaz de hacer en una situación análoga -al echar mano de recuerdos, fotografías, cartas, diarios, para entender mejor la historia de sus antepasados- en su espléndida novela Los extraños, por comparación, estos apuntes de Bremer son pocos más que eso, apuntes o pespuntes o descartes o…

Lo edita Periférica con traducción de Hugo Bachelli.

Claude-edmonde Magny

Carta sobre el poder de la escritura (Claude-Edmonde Magny)

Claude-Edmonde Magny
Prólogo de Jorge Semprún
2016
Editorial Periférica
56 páginas
Traducción de María Virginia Jaua

Jorge Semprún (1923-2011) tras ser liberado del campo de concentración de Buchenwald decide poner por escrito sus experiencias vividas en el campo. Luego, en 1946 ceja en su idea de escribir. Al menos de momento -en 1963 publicaría su primer libro, El largo viaje-. Ya que se ve en la disyuntiva de elegir entre la escritura o la vida y elige la segunda, porque sabe que la primera lo mataría, pues lo llevaría al encierro de la memoria y de la muerte.

La autora del ensayo, Claude-Edmonde Magny, escribe esta carta en 1943 y se la lee a Semprún en 1945, el día anterior a que los americanos tiraran la bomba atómica en Hiroshima.

En esta carta que Semprún dice que siempre le ha acompañado, la autora se sirve de las glorias nacionales francesas de las letras, a saber, Flaubert, Balzac, Gide, Valéry, Proust -aunque se hable a su vez de Goethe, Kafka, Keats, Rilke…-para dar a la literatura el valor que esta tiene, un oficio que según ella alcanza lo excelso cuando el autor se ha desprendido de sí mismo, cuando tiene ya la suficiente experiencia y distanciamiento y la pureza necesaria para pergeñar obras maestras, lo cual pasa por llevar a cabo su particular purgatorio ciego, una ascesis que sumada a la ética en el escribir y en la posesión de una plenitud de corazón, como la que atesoraba Balzac -quien afirmaba que de no haber estado enamorado no habría completado ni una décima parte de su Comedia- permite al escritor ejecutar su misión, sin el lastre de las escorias de su alma.

El escribir la autora lo equipara a una ascensión y evolución espiritual donde no cabe la marcha atrás, dice, donde no se puede fallar, asevera. La escritura: un ejercicio tan vano, tan peligroso y que mide de manera tan implacable el grado de espiritualidad que le fue dado al hombre como meta.

Un ensayo muy interesante, muy breve y muy sustancioso.

Adán y Eva en el paraíso

Adán y Eva en el Paraíso (Eça de Queirós)

Eça de Queirós
Periférica
Traducción: Juan Sebastián Cárdenas
2011
78 páginas

A pesar de los cuarenta versículos que la Biblia dedica a Adán y Eva, la vida de esta pareja primigenia siempre les lleva a los escritores a especular, a fantasear sobre cómo fue todo aquello. Giaconda Belli abordó este asunto en El infinito en la palma de la mano. Eça de Queirós (1845-1900) hace lo propio en Adán y Eva en el Paraíso.

Ambos libros comparten una imagen del Jardín de las Delicias parecido; el de un paraje ubérrimo donde la flora y la fauna se hermanan en feracidad y donde Adán, nuestro Padre venerable, alucina con lo que ve, al tiempo que se libera del acoso de dinosaurios residuales como el ictiosaurio y cuando se desespera y pasa hambre, porque las aves son inalcanzables, los peces inasibles y las liebres son más rápidas que él, mata un oso de chiripa con un cayado afilado que le dará una idea de lo que luego será una lanza que le permitirá cazar y matar, y alimentarse mejor, cuando ya con Eva a su lado descubran ambos el fuego arreando golpes a una piedra y descubriendo poco después las bondades de la carne al fuego chorreando grasilla y coman ambos de la fruta del Árbol Prohibido y les entre el juicio, les ilumine la razón y progresen en lo técnico, hasta que llega un momento en que Adán se plantee si todo esto ha valido la pena, si no hubiera sido mejor dedicarse al ocio y al recreo como hace su primo el orangután, sustraído éste a los afanes, pulsiones y problemas humanos. Grosso modo, esto nos cuenta Queirós en esta breve narración que comienza cual lectura de un anaquel, tal que así: «Adán, Padre de todos los hombres, fue creado el día 28 de octubre a las dos de la tarde…», en este cuento fantástico, descriptivo e hilarante de una prosa muy bella.

Nada había leído de Queirós hasta el momento. Después de esta lectura tan gozosa, creo que le ha llegado ya el momento a Los Maia. Creas o no creas, libros así te devuelven la fe en la literatura. No digo más.

Podéis ir, a leer, en paz.

Jean Legrand

Doble fuga de amor y muerte (Jean Legrand)

Jean Legrand
Periférica
2016
52 páginas

Una pareja tras la comunión carnal decide ir más allá y consumar la comunión espiritual dejando este mundo juntos, tras unos cuantos momentos de voluptuosidad desatada donde la fugacidad humana es pareja al devenir de una flor, donde todo muere y la tierra reclama al cuerpo para disolverlo y ser amamantado por la Madre Tierra.

Esta breve novela de Jean Legrand (1910-1982) es un inédito que vio la luz en Francia hace tres años y en España ahora, editado por Periférica con traducción de Manuel Arranz.

Legrand creó el movimiento conocido como Sensorialismo y sí, la novela es muy sensorial y lírica, poblada de nubes, soles que se desangran, gorjeos de pájaros, auroras que se columpian, guerras en sordina, cuerpos que se funden. Y muy poco más.