Archivo por meses: diciembre 2016

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Las nubes (Aristófanes)

Aristófanes (Atenas, 444 a. C. – 385 a. C) es un comediógrafo que no pasa de moda. Hace unas semanas representaron en mi ciudad una obra suya, La asamblea de las mujeres la cual me ha resultado muy graciosa.

Lo que me resulta curioso de esta comedia es que aparece Sócrates como un personaje importante de la obra, que no sale muy bien parado. Lejos su halo virtuoso con el que ha pasado a la posteridad, aquí resulta objeto de mofa por parte de Aristófanes, que se toma a chufla la filosofía de Sócrates, embebido éste en la contemplación de la naturaleza, dando lugar a jocosos diálogos.

La historia va de un padre que ante las deudas contraídas por su hijo Fidípades -deudas que no quiere asumir- decide acudir a un pensador, a fin de curtirse en la dialéctica, de tal manera que sea capaz de controlar a la perfección con tal habilidad el razonamiento justo como justo, empleando las palabras como arma. En ese pensadero es donde Sócrates expone la filosofía objeto de burla por Aristófanes por boca de Estrepsíades. Aparecen también Las nubes, indignadas por la escasa atención que reciben, sin que nadie valore su papel, que ellas entienden crucial, merced a sus tormentas, rayos, truenos, capaces de cambiar el curso de los acontecimientos, y por ende, la Historia.

He disfrutado con el cara a cara entre el razonamiento justo y el razonamiento injusto, donde se defienden por un lado la virtud, el decoro, la responsabilidad; todo lo cual es puesto en entredicho por el razonamiento injusto; aquel que defiende la licenciosidad, el placer carnal, el consumo de bebidas alcohólicas, el adulterio, y todo aquello que a menudo es objeto de sanción por las leyes de Atenas, cuyos jueces también son satirizados por el autor. Y no es solo que se defiendan ciertos actos y conductas, sino que se va un paso más allá, a fin de hacer pasar todos estos desmanes por algo correcto, oportuno, necesario, connatural al ser humano.

Un texto, esta obra de Aristófanes, que data de hace casi 2500 años (la escribió el 423 a.C) y que hoy resulta tan vigente, pues día a día vemos cómo no solo se nos miente a diario, sino como hay toda suerte de maquinaciones que permiten a los enjuiciados, y a sus abogados valerse de todo tipo de artimañas “legales” para escurrir el bulto, para nunca o casi nunca, asumir, ni sus errores, ni el daño causado, ni la amoralidad, vileza y lo poco ejemplar de sus actos. Todo estas artimañas inmorales serán criticadas duramente por Platón en el Gorgias, o el arte de la retórica.

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Inspector Disaster. Operación Navidad (Carmen Fernández)

El otro día una usuaria de GR decía esto: «Pero tengo comprobado que cuantas más personas intervienen en la producción de un libro, mejor queda este, pues cada profesional (editor, asesor literario, maquetador, corrector, diseñador) aporta su buen hacer. Esto no sucede cuando uno se autoedita, porque no se puede permitir invertir en el proceso de producción y lo hace todo él mismo, sin tener conocimientos previos».

Este libro que nos ocupa, ha sido autoeditado por Carmen Fernández, la autora del mismo. Se puede leer en este pdf.

Lo anterior viene al caso, porque si leemos el pdf, encontraremos un buen número de erratas, tales como palabras que primero se acentúan y luego no, términos italianos mal escritos, nombres italianos en los que van bailando las íes y las us, nombres de organismos públicos con faltas, o policías autonómicas donde sobran letras. El caso es que si no hay un corrector detrás y uno se lo tiene que hacer todo, pues los errores están ahí. En todo caso, ya lo he puesto en conocimiento de la autora, por si ésta deseara modificar el pdf y dejarlo más pulido y pulcro.

Tan importante es escribir, como reescribir; es necesario corregir los textos hasta dejarlos inmaculados.

Dicho esto, la novela, que puede ir dirigida presuntamente al público infantil, la veo más apta para el público adulto que creo que apreciará más el humor que se gasta Carmen. Sigue leyendo

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Días entre estaciones (Steve Erickson)

Dijo Steiner: “No cabe duda de que el contraataque más exuberante lanzado por escritor alguno contra la reducción del lenguaje es el de James Joyce”. De Erickson, autor de esta novela, por mucho que Pynchon le echara flores en su día, podemos decir lo contrario.
Erickson empobrece el lenguaje con párrafos como este:

Podía contar sus líos amorosos con los dedos de ambos manos, pero le faltaban sumar las mujeres con las que tan sólo se había acostado. De esas últimas podía olvidarse, podía aceptar que sólo les había metido el pene y dejado nada más que un charco blanco…»

Esto es una pequeña muestra, lo grave es alumbrar un personaje como Jason. Bueno, decir personaje, es un halago, porque hacía años que no leía una caracterización tan burda de una persona, y lo peor del asunto es que ese personaje es clave, porque de ese prenda que parece sacado del anuncio de AXE: esa clase de tipos que les dicen a sus novias “me voy a follar a todas las demás, pero cuando venga a verte, prepárate para darme todo el placer que me debes”. Así, la pobre Lauren a pesar de que Jason, su marido, le pone mil cuernos, ella resiste, no tiene claro si le quiere o no lo quiere, y lo mejor de todo es que cuando pierden el hijo que tienen en común, en lugar de distanciarse, que es lo habitual, pasa lo contrario, no porque la novela no sea verosímil, que no lo es, sino más bien fantástica, no porque sea maravillosa, sino porque no es verosímil, decía, que en lugar de distanciarse, Lauren cree que se debe a Jason, que la pérdida del hijo les tiene que unir, así que del hombre del que está enamorada, o eso cree, porque aquí todo está cogido con pinzas y todo es vago, romo, chato, etéreo, evanescente, y azulado, a ese hombre que atiende al nombre de Michel, lo tiene que poner de patitas en la calle, para estar con Jason, que no lo he dicho, pero es ciclista, sí, ciclista olímpico, que corre también en tours de Francia, y participa en pruebas como la que se disputa en Venecia. No es coña, no. ¿Una prueba ciclista en Venecia?. Sí, amigos, la literatura, lo puede todo y cuando alguien tiene la imaginación hiperexcitada de Erickson todo puede derramarse –como Jason- sobre el papel. Sigue leyendo

Libros

Editoriales 2016

Este año he podido acometer lecturas, unas más satisfactorias que otras, de 66 editoriales distintas: Literatura Random House, Anagrama, Fórcola, Lengua de trapo, Nórdica, Periférica, Siruela, Taurus, Austral, Gredos, Grijalbo, Acantilado, Alfabia, Minúscula, Muchnik, Malpaso, TREA, Tusquets, ACVF, Galaxia Gutenberg, Ediciones La Palma, Cuatro Vientos, Plaza Janes, Paidós, La Discreta, Penguin Books, Alrevés editorial, Seix Barral, Impedimenta, Páginas de espuma, Candaya, Caballo de Troya, Eterna cadencia, Ediciones del Viento, Talentura, Salto de página, RBA, Blackie Books, Vaso Roto, Gallo Nero, Baile del Sol, Plaza Janes, Círculo de lectores, Espasa, Sexto Piso, Ardicia editorial, Pepitas & Pimentel, Pepitas de calabaza, Adriana Hidalgo, Atalanta, Gadir, Alba editorial, Errata naturae, Pre-Textos, Hermida editores, Trama editorial, Trifolium, Bruguera, Pez de Plata, Astiberri, Pamiela, Fragmenta editorial, Libros del Asteroide, Cátedra, Pasos perdidos.