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Infancia

Llevo leídas 123 paginas de las memorias de Anastasía Tsvetáieva, en las cuales, de momento, nos habla de su infancia. No puedo no pensar entonces en las palabras que decía Bolaño en una entrevista acerca del país de la infancia, de la infancia detenida: tal vez si uno permanece en el lugar de la infancia, las posibilidades de ver cómo se corrompe tu propia infancia son mayores. En el fondo siempre vamos a ver cómo se corrompe nuestra infancia.

Aquí, hasta el momento, lo que nos refiere Anastasía son momentos gozosos, felices, una memoria recuperada de fragancias, colores, juegos, aventuras, pasatiempos y afectos. Mi pregunta es ¿a partir de qué página, en que momento, esta infancia comenzará a corromperse?.

Hasta (casi) cien bichos

Aproximaciones a la literatura infantil y juvenil

Tiene bemoles que restándome (por lo bajo) solo unos 28 años para jubilarme (si la esperanza de vida sigue aumentando hasta los cien y nos toque jubilarnos a los ochenta, entonces serán más), sea precisamente ahora cuando sienta la llamada (más bien, el vozarrón) de la literatura infantil y juvenil. En fin.

El paraguas mágico

Puestos a elegir a un autor empecé con Daniel Nesquens. No puedo darle todavía el calificativo de maestro, genio, voz autorizada o similar, pues me ando en la fase de contraste y comparativa, pero lo que he leído suyo de momento me ha gustado bastante más que mucho.

eL+HOMBRE+CON+EL+PELO+REVUELTOUn deseo muy especial

Con mi propensión a atesorar, este fin de semana pasado, fui primero a la biblioteca y luego para mi casita con media docena de libros del zaragozano Nesquens. Me quedan dos pendientes de leer, La casa y El hombre con el pelo revuelto. Empecé con Un deseo muy especial, donde un niño les pide a los Reyes que nieve y ve su deseo cumplido, para bien del mocete, seguí luego con Un perro en casa, novela gráfica de final impactante e intermedio transformador. Gran trabajo el del ilustrador Ramón París.

Un perro en casa

Luego proseguí con el divertidísimo El paraguas mágico, donde un niño cuenta la historia de amor de sus padres a caballo entre París y Amsterdam (entre el Barrio Latino y El barrio Rojo) y me dejé para el final Hasta (casi) cien bichos, un libro ameno, divertido, hilarante con unas ilustraciones muy graciosas y a muy a tono con los textos, de Elisa Arguilé. Si Jardiel hubiera escrito en una editorial dedicada al público infantil, este libro de Nesquens bien podría ir firmado por él, porque las páginas de este libro son un bello ejercicio de humor absurdo, de imaginación, de creatividad, inundado el texto de juegos de palabras, de múltiples referencias a otros libros, a películas, cuya lectura es lo suficientemente placentera como para querer seguir leyendo más (muchos más, casi cien si me dejan) de Nesquens. Como tiene publicados libros de sobra, veré satisfecho mi deseo.

Tengo ahora entre manos Los derechos de la infancia, editado por Anaya, ilustrado por Emilio Urberuaga y con prólogo de Francesco Tonucci que recoge diez cuentos de autores y autoras como Antonio R. Almodóvar, Eliacer Cansino, Gloria Cecilia Díaz, Agustín Fernández Paz, Mariasun Landa, Gustavo Martín Garzo, Gonzalo Moure, Daniel Nesquens, Ana María Shua y Lorenzo Silva.

Los derechos de la infancia

Y como despedida y cierre, dejo un párrafo de la escritora Carmen Palomo García, que suscribo en su totalidad:

Hay que recordar a algunas personas presuntamente cultas que la literatura infantil no es un subproducto cultural lleno de gazmoñerías ni fantasías sedantes. Los niños no son ñoños ni estúpidos, sino un público perspicaz y predispuesto a dejarse encandilar sin prejuicios ni obcecaciones por la buena literatura. Los autores inteligentes (los arriesgados, los talentosos…) han sabido aprovechar esa especial apertura de miras infantil para crear obras excepcionalmente libérrimas y sustanciosas. Esa literatura combina con frecuencia la ligereza y el humor con el sondeo de gran calado: nuestros miedos, nuestras alegrías y nuestros anhelos más profundos; nuestra soberanía frente a la represión de las convenciones; nuestras ganas de descubrir la insospechada belleza del mundo frente al conformismo plomizo de quien cree haberlo visto ya todo. Si hubiera que poner sobre la mesa una prueba contundente de qué es la literatura infantil, la buena, la grande, Un cuento de Daniil Jarms sería una demostración irrefutable.

Leído lo cual, ando ahora a la busca y captura del libro de Jarms.

El-lugar-más-bonito-del-mundo

El lugar más bonito del mundo (Ann Cameron 2002)

Ann Cameron
2012
Alfaguara
69 páginas

El lugar más bonito del mundo es un libro destinado al público juvenil escrito por la americana Ann Cameron en 2002 y publicado por Alfaguara.

La historia se desarrolla en un pueblo de Guatemala, país que Cameron conoce bien ya que durante 15 años y junto a su marido, ambos trabajaron para mejorar la Biblioteca Popular de Panajachel, a fin de que los niños de Guatemala pudieran tener la misma oportunidad de leer de la que habían disfrutado Cameron y su marido durante toda su vida. De hecho, según Cameron, hoy esa biblioteca es la mejor de toda América Central.

Así que señores políticos déjense de canones y que no les tiemble el pulso a la hora de dotar de fondos las bibliotecas públicas, para que todo aquel que tenga sed de conocimiento, sed de saber, pueda saciarla, sin depender de si el usuario tiene dinero o no para comprar libros. Huelga decir que gastar en cultura es una inversión.

El protagonista del libro es un niño de 7 años llamado Juan que vive en un pueblo llamado San Pablo, rodeado de montañas y volcanes y a los pies de un lago. Vive sólo con su madre, porque su padre cuando nació él, los dejó plantados y se fue a la capital. Cuando su madre conoce a otro hombre, éste le obliga a elegir a su madre entre su hijo o él y la madre optará por la compañía de su amante y el niño deberá entonces abandonar la casa.
A Dios gracias que Juan tiene una abuela que lo acogerá en su seno, dándole un techo donde dormir y un cuenco de comida sobre la mesa para orillar su infortunio. A pesar de su corta edad Juan trabajará limpiando botas, y ganará algo de dinero que dará a su abuela para que se lo administre.

Juan, entregado a su monotarea menestral, sentirá envidia de los niños de su edad que van al colegio y él decidirá que también quiere ir, y como es más listo que el hambre aprenderá a leer solo y cuando en la escuela no lo quieran admitir porque siendo analfabeto retrasaría al resto de sus compañeros, Juan demostrará a su profesora que sabe leer y entonces le admitirán y Juan comprará entonces con el dinero que su abuela le ha ido administrando, libros y cuadernos y como su abuela no tuvo la oportunidad de estudiar, decide entonces enmendar su error y comprometerse a ayudar mientras viva a Juan a cumplir su sueño de estudiar.

Ann Cameron
Ann Cameron

El libro, escrito para niños de edades comprendidas entre 8 y 12 años (cuya lectura como adulto también he disfrutado) ofrece una historia divertida con una prosa sencilla y amena donde la autora más que perpetrar un ejercicio de estilo, lo que pretende es mostrar lo trágico y desfavorable de ciertas situaciones familiares, donde los niños como Juan, desgraciadamente, deben salir adelante sin padres, ni madres, y gracias al empuje (una abuela convertida en un roble de grueso tronco y enorme copa bajo la cual se refugiarán todos los familiares que necesitan cobijo, comida o ayuda) en este caso de su abuela-coraje y también la importancia de ir a la escuela, de formarse, de sentir el cosquilleo del saber, de sentirte orgulloso de ti mismo y de tus seres queridos por ayudarte a cumplir tus metas y objetivos, por muy difícil que te lo pongan las situaciones familiares, económicas o sociales.

¿Es San Pablo, el pueblo donde vive Juan, el lugar más bonito del mundo?.

Moraleja: no, porque cada uno tenemos nuestro propio lugar más bonito. El caso es estar a gusto y sentirte orgulloso de la tierra que pisas.