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Diario de la hepatitis (César Aira)

La publicación de Diez novelas de César Aira es para mí una gran noticia. Las selecciona y prologa Juan Pablo Villalobos, quien cuenta que leyendo un día a Aira estrelló o estampó una de sus novelas contra la pared. Comprensible. Aira desquicia, descoloca. ¿Por qué?. Quizás porque dinamita en cada libro cualquier convención literaria. Quizás porque son este tipo de textos que se derraman, impetuosos, en los que el lector poco puede hacer más allá de exhibir su perplejidad, su asombro y en última instancia congraciarse con el magisterio que obra Aira en esta profesión de escritor. En Diario de la hepatitis, novela ultracorta de apenas 16 páginas publicada en 1992, el que relata es un fulano postrado en una cama, cama que nos puede remitir a Onetti, practicando la sempiterna horizontal. El relator está enfermo, pasa las horas encamado y ahí brota su flujo de conciencia, su mirar se enriquece con las nubes que hollan el cielo, los pájaros que cantan, sale a la calle y aquello es mezcla de realidad y fantasía, de sueño y vigilia, el yacente busca la inacción, el no hacer nada, ni siquiera escribir, así lo dice en la avanzadilla a la novela, que no escribiría por nada del mundo, aunque la estuviera palmando de distintas maneras, pero a renglón seguido lo anterior se contradice para a modo de diario, con entradas correspondientes a distintos días, no consecutivos, ir dando cuenta de su día a día o semana a semana, aquella cuarentena en la que Aira por boca del narrador toca distintos palos, porque cada entrada es un microrrelato y espacio también para la poesía, el aforismo, la reflexión, los juegos matemáticos, los devaneos literarios, aquello que tiene que ver con la posteridad, la gloria, la fama, la nada y la necesidad imperiosa de no querer pasar por todo eso de nuevo. Aira te lleva y te trae te pone del revés te revuelve el cabello dibuja una mueca en tu cara te hace romperte en carcajadas te dice al oído que el lenguaje lo puede todo y la imaginación ya ni te cuento.

Lo de Aira es puro vicio creador. Nueve novelas airanas más por delante. Tanto placer quizás me ultime. No digo más.

La novela se puede leer en este enlace.

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