Archivo de la categoría: 2016

Carlos García Gual

La muerte de los héroes (Carlos García Gual)

Había escuchado recientemente un par de conferencias de Gual y este texto si probamos a leerlo en voz alta, nos deparará un resultado similar. Gual aborda en este libro el momento de la muerte de los héroes míticos y homéricos. Poco se puede aportar a la materia de cosecha propia, así que lo que Gual hace -siguiendo las recomendaciones oraculares délficas, ese «Nada en exceso» es recopilar de forma sucinta, los textos -de Sófocles, Apolodoro, Homero…- donde se describen las muertes de héroes como Edipo, Heracles, Orfeo, Sísifo, Agamenón, Aquiles, Odiseo… y lo curioso es que las muertes se prestan a distintas interpretaciones, tal que sobre una misma muerte encontramos distintas versiones.

El último apartado está dedicado a las heroínas trágicas: Clitemnestra, Casandra y Antígona, mujeres que desafiaron el papel que la sociedad les otorgaba, esa sumisión y ese silencio que debía de regir su proceder. Las tres son heroínas trágicas pues como dice Gual, esa rebeldía, ese desafiar lo establecido, les supuso sufrimiento y un final catastrófico.

Un libro, este de Gual, que permite aprender deleitándonos, y abundar más en la Odisea y en la Ilíada, con lo que Gual comenta, por ejemplo, sobre cómo Homero trata la muerte en la Ilíada, donde singulariza la muerte de más de 300 personajes que caen en el frente de batalla, donde la poesía rinde así homenaje a los mismos.

Editorial Turner. 2016. 172 páginas.

La teoría sueca del amor

La teoría sueca del amor

Muy buen documental de Erik Gandini donde se manifiesta que el milagro sueco deviene pesadilla cuando el progreso económico no va secundado de un progreso espiritual y la sociedad se puebla de ciudadanos independientes que apuran sus vidas tristes, solitarias, vacías e insignificantes, hasta que se mueren solos o tienen a bien suicidarse. Muchos muertos mueren en soledad y su muerte se descubre cuando los cuerpos hieden en los inmuebles. El Estado les proporciona seguridad, colma todas sus necesidades materiales y los servicios sociales cumplen con su tarea, pero cuando necesitan un abrazo o hablar con alguien, están jodidos, porque no tienen a nadie de carne y hueso cerca que pueda consolarlos o aliviar su desazón.
Acierta Bauman con sus palabras finales. Conviene reflexionar sobre esas dos vidas sobre las que habla Bauman, la online y la offline, la cual exige, esta última, unas habilidades sociales que se están perdiendo, pues en la vida virtual tan fácil es hacer amigos como perderlos o bloquearlos. Lo complicado, dice Bauman, es relacionarnos y dialogar con el otro, con el diferente y defender nuestro pensamiento. Una interdependencia por otra parte necesaria, si no se quiere avanzar todavía más en una sociedad de individuos independientes para todo.

André Kertész

Lo mejor publicado en 2016

En cuanto a lo que se ha publicado este año 2016, estos son los libros que más he disfrutado y que gustosamente leería de nuevo: Nemo (Gonzalo Hidalgo Bayal; Tusquets Editores), Nembrot (José María Pérez Álvarez; Editorial Trifolium), Fosa común (Javier Pastor; Literatura Random House), La manzana de Nietzsche (Juan Carlos Chirinos; Ediciones La Palma), Hombres felices (Felipe R. Navarro; Editorial Páginas de Espuma), De profesión, lector (Bernard Pivot; traducción de Amaya García Gallego; Trama editorial), No derrames tus lágrimas por nadie que viva en estas calles (Patricio Pron; Literatura Random House), No cantaremos en tierra de extraños (Ernesto Pérez Zúñiga; Galaxia Gutenberg), Un padre extranjero (Eduardo Berti; Editorial Impedimenta), El ojo castaño de nuestro amor (Mircea Cărtărescu; traducción de Marian Ochoa de Uribe; Editorial Impedimenta), Magistral (Rubén Martín Giráldez; Jekyll & Jill Editores), El sistema (Ricardo Menéndez Salmón; Seix Barral Editorial), El vientre de Nápoles (Matilde Serao; Gallo Nero Ediciones)

Esta lista, como todas las demás, atiende a gustos personales. Teniendo en cuenta que apenas podemos leer, por mucho que nos apliquemos, el 0,5%, o bastante menos de todos los libros que se publican cada año, los que aquí no aparecen, lo son por dos razones. Una, que el libro no me haya gustado en demasía. La otra, que se trate de libros -el 99,5%- que no he leído, por lo que no tengo opinión formada sobre ellos.

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El abismo se repuebla (Jaime Semprun)

Jaime Semprun (1946-2010), hijo de Jorge Semprún, escribió este ensayo en 1997, y casi 20 años después, lo que aquí se enuncia, lejos de mejorar, se ha agravado.

La pregunta que cabe hacerse leyendo este escenario apocalíptico -ese abismo del título hacia el que el mundo parece encaminarse- es. ¿Prometeo, quién te mando robar el fuego a los Dioses?.

Para Semprun la técnica es algo diabólico, deshumano, alienante. No hay nada bueno en ella, solo genera destrucción. La tecnología aliena, deshumaniza, despersonaliza, y en el caso de internet, evita el contacto humano presencial, propicia el aislamiento, mediante el surfeo, la navegación–y esto lo escribe hace 20 años cuando las redes sociales no existían-. Los vehículos, más allá de su función, son máquinas de matar y de matarnos.

Semprun que lo ve todo negro no se plantea ya eso de qué vamos a dejar a nuestros hijos, sino ¿a qué hijos?, como si esto se fuera a ir al garete de un día para otro.

Entre las cosas que Jaime enuncia, que sí me parecen interesantes son estas:

Hoy cada generación está marcada por un momento del consumo, por una fase de la técnica, por modas cretinizantes y universales: más que de cualquier otra cosa se es contemporáneo de ciertos productos de la industria y solo mediante la evocación de los recuerdos de telespectador se reconocerá la juventud común con la de los demás.

Esos que ahora se muestran especialmente vindicativos en la amnesia, con la identificación de la modernidad y el odio a la crítica.

Se habla acerca de cómo se va perdiendo cada día el sentido de la verdad, acerca de cómo es imposible distinguir la verdad de la mentira, de esos Filósofos a sueldo del estado, que lejos de criticar, reducen su función a justificarlo todo.

Habla Semprun de vidas inmediatas, presentistas, de humanos que viven de espaldas al pasado, individualistas, que buscan la satisfacción inmediata, lejos de un espíritu –ya anacrónico- que defienda el tesón, el esfuerzo, la memoria. Masas hedonistas, insaciables en su demanda de sensaciones nuevas, de experiencias, de novedades de toda clase. Humanos que en las drogas, hallan otra forma de alienarse, de fomentar su olvido, su desmemoria. De fondo las distopías Orwellianas, 1984 y El talón de hierro de Jack London.

Lo que hay según Semprun son sociedades de masas, homogéneas, alienadas, cuyo solaz es el ocio, el recreo, la cultura del entretenimiento inmediato, fugaz, episódico.
Se ve cómo el Estado pierde fuerza y su poder lo ocupan la mafia, las milicias, los señores de la guerra. La pobreza se condensa en la periferia, en los márgenes de la ciudad, donde anida el desencanto y la violencia, alimentando una bomba en potencia, que en el caso de París, cada cierto tiempo estalla.

Una sociedad a quien le preocupa poco el futuro, dado que todo es un ahora -la suma de momentos independientes-, y donde el pasado hay que dejarlo ahí, evitando así la continuidad y el análisis de lo que sucede, sus causas, sus consecuencias, que sí permitiría una continuidad temporal, y la búsqueda de un sentido. Habla también Semprun de la inutilidad y vacuidad de esas muestras de compadecimiento ante la desgracia ajena. Lo que hoy serían los refugiados, las víctimas de atentados terroristas, etc.

Para exponer sus argumentos y reflexiones Semprun emplea una prosa de guerrilla dialéctica que se adapta bien al desesperanzado escenario que describe, repartiendo tanto a la izquierda como a la derecha.

Pepitas de calabaza. 2016. 123 páginas. Traducción de Miguel Amorós y Tomás González López.