Archivo de la etiqueta: literatura holandesa

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Carácter (F. Bordewijk)

Imaginemos que sobre el papel F. Bordewijk (1884-1965) traza dos figuras. Un hombre y una mujer. El hombre la fuerza. Ella queda embarazada, se despide como empleada del hogar y no quiere saber más nada de su Señor. Ella tiene un niño. Lo cría sola, sin la ayuda que él le ofrece. Media docena de veces le pide matrimonio. Seis veces ella dice (mediante silencio administrativo) no. Dibujamos ahora la figura de un niño enclenque, que crece y estudia, hasta que un día, a raíz de una quiebra del muchacho, éste conocerá a su padre, agente judicial temido y odiado por todos los deudores, habida cuenta su inclemencia. Entre los tres personajes solo hay silencio, un mutismo desquiciante. Hay que dar color a unos personajes tan grises y el colorido viene de un amigo del muchacho que abraza la causa comunista, aquellos años en los que Sergei M. Eisenstein estrenaba Acorazado Potemkin, de una compañera de trabajo de la que se enamora el muchacho sin que ese sentimiento fructifique o se emplea buena parte de la narración en hablarnos de sus distintos jefes y compañeros que forman parte del organigrama del bufete en el que trabaja el zagal, que atiende al apellido de Katadreuffe, del fragor comercial con el comercio del azúcar (que me recuerda a la estupenda serie La casa de las miniaturas) o sus esfuerzos mantenidos en el tiempo por estudiar, por formarse, por aprobar asignaturas y el examen al Estado, por tener su título de abogado y ejercer como tal, porque a pesar de que su padre no pinte nada en su vida hay una lucha soterrada con él, pues su manera de derrotarlo es superarlo, de ahí su ahínco, su esfuerzo, si bien ¿qué sentido tiene superar a un padre que no es tal o dar con un canto en los dientes a alguien tan abyecto, cuya figura nos sitúa en el corazón de los desahucios de la ciudad de Róterdam?. Los encuentros entre Katadreuffe y su padre, Dreverhaven se suceden en el tiempo, cuatro veces, y en tanto estos suceden hay una tierra de nadie filial que se irá tejiendo con distintos hilos narrativos y que en mi opinión solo consiguen desflecar la narración, que pierde fuelle, sin mantener la tensión que se presumía, languideciendo, a lo que no ayudan las erratas presentes en el texto (sonambilismo, atebnción) ni una traducción (Diego J. Puls) que depara un texto tan plano como mortecino.

Carácter se publicó en 1938, fue llevada al cine y obtendría el Oscar a la mejor película de habla no inglesa en 1997.

Jus. 2017. 300 páginas. Traducción de Diego J. Puls.

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La hierba amarga (Marga Minco)

Sin llegar a los excesos de La vida es bella, Marga Minco, autora de la novela, sigue un camino similar, al menos al principio de la novela. Novela que no es un testimonio a toro pasado, más bien in situ, sin tener presentes los seis millones de judíos que aniquilaría el régimen nazi. Lo que se nos refiere es la antesala del Holocausto. Marga nos relata cómo mientras ella vive en Breda junto a su familia, en Holanda, algunos vecinos, judíos como ella, son obligados a dejar sus casas, son instados a subir en camiones, desaparecen y nunca más se les vuelve a ver. A pesar de todo, Marga mantiene la esperanza. Su padre, presenta un optimismo a prueba de balas, a pesar de lo cual, su destino será fatal: el padre, la madre, y los dos hermanos de Marga serán asesinados en los campos de concentración. Marga nos cuenta cómo consigue huir por los pelos, ponerse a salvo (lo cual siempre le acarreará un sentimiento de culpa), yendo de casa en casa, de ciudad en ciudad, decolorándose el pelo, viéndose ayudada por otras personas, no sin cierto recelo. A pesar de que la narración resulte ingenua en algunos momentos -como cuando el padre de Marga llega a casa con un montón de estrellas que todos los miembros de la casa deberán coser en todas sus prendas cuando salgan a la calle, un momento que más que verse por Marga como algo trágico, parece motivo de fiesta, de celebración, como el que acude a un desfile o a una fiesta de disfraces- sí que resulta impactante ver cómo las casas, los barrios de las ciudades holandesas, se van poblando de ausencias a medida que los judíos son obligados a irse para no volver jamás.
Novela breve y franca que nos permitirá acercarnos a los preliminares del Holocausto judío, y entender, aunque sea muy superficialmente, cómo lo sufrieron los judíos holandeses.

Libros del Asteroide. 2007. 128 páginas.