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Lo que hay que pedirle a un escritor

Lo que hay que pedirle a un bloguero literario lo tenemos claro, a saber, que no suba al blog vídeos de muchachas monas con orejas de coneja, en cuanto a lo que hay que pedirle a un escritor, me ciño a lo que escribe Adolfo García Ortega, recurriendo a Proust, en este estupendo libro de opiniones contundentes.

Fantasmas del escritor
Fantasmas del escritor. Adolfo García Ortega. Galaxia Gutenberg. 2017.

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Iluminaciones (Walter Benjamin)

Leer a Walter Benjamin me resulta muy estimulante. Su prosa es exigente, pero gratificante. Algunos de estos ensayos (escritos entre 1916 y 1940) como los dedicados a la historia de la fotografía pueden parecer ya anticuados, o superados, pero por mucho que la técnica ponga a nuestra disposición cada día artefactos más elaborados, en lo tocante a lo audiovisual, el cambio radical se produjo cuando se pasó de la pintura a la fotografía, cuando el cuadro que era visto por cuatro personas y en entornos privados, se vio reemplazado por la fotografía, que pudo llegar a todas partes y donde la pregunta era cómo el artista encajaba en esa era de la reproducción técnica. Los ensayos dedicados a la religión, la historia o la política me interesan menos.

Dado que este espacio se alimenta de literatura, los ensayos benjaminianos que más me han gustado son los dedicados a Kafka -Benjamin profundiza en sus ensayos en obras como El proceso, a tener muy presentes cuando acometa su lectura-, Baudelaire, donde se transparenta la ciudad de París y el concepto de multitud y de flâneur, con anécdotas muy curiosas como esos flâneur que en plan desafiantes, salían a pasear sus tortugas, dejándose llevar por estas, sustrayéndose así al ritmo acelerado, las prisas, las tareas repetitivas y alienantes que ocupaban cada vez más a millones de personas, especializados en tareas insignificantes, abundando ahí Benjamin en lo que Marx y Hegel escribieron al respecto; el teatro épico de Brecht, el último lírico, Paul Válery; la distinción entre informar y narrar, recurriendo a Léskov
Walter Benjamin
Traducción de Roberto Blatt
y reflexionando acerca de lo que un lector busca en una novela (“Lo que atrae al lector de novela es la esperanza de calentar su vida helado junto al fuego de una muerte leída”) o Proust (de quien Benjamin reseñaría En busca del tiempo perdido, reseñas con las cuales como comentaba Vicente Valero en Experiencia y pobreza, Walter Benjamin en Ibiza, se ganaba la vida, publicándolas en la prensa alemana, ejerciendo la crítica literaria) su memoria involuntaria, donde recurriendo a las vigentes entonces teorías de Freud se analizaba la relación que existía entre memoria y recuerdo, entre vivencia y experiencia (“No importa qué opiniones uno tenga, sino en qué tipo de hombre lo convierten a uno las opiniones que tiene» dice Benjamin parafraseando a Litchtenberg), todo esto sustanciando la narración o la poesía, en el caso de Proust, de Baudelaire y de tantos otros artistas.

Estos sustanciosos ensayos se cierran con centenares de notas, un siempre necesario Índice onomástico y cuatro interesantes prólogos de Jesús Aguirre.

Comenté anteriormente que sería interesante la publicación de un libro que bien podrían titularse El libro de los prólogos, pues en los prólogos, en ocasiones, encontramos materiales muy interesantes (ahí, por ejemplo, Borges ejerció también su magisterio), prólogos que se circunscriben a los lectores de las novelas para las cuales sirve de pórtico, cuando algunos de estos prólogos, superan con creces las hechuras de la novela que prologan para abordar otras cuestiones literarias y de otra índole muy jugosas.

Lo edita Taurus, del grupo PRH, en su nuevo sello Clásicos Radicales.

Taurus. 2018. Edición y prólogo de Jordi Ibañez. Traducción de Jesús Aguirre y Roberto Blatt.

Índice
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Paul Valéry

Paul Valéry

En las Iluminaciones de Walter Benjamin, la figura de Paul Valéry ocupa un papel muy importante, con párrafos suyos como el presente.

El habitante de los grandes centros urbanos retrocede de nuevo al estado salvaje y se aísla de los demás. El sentirse en relación con los demás, antaño siempre alerta a causa de las necesidades, se vuelve hoy, paulatinamente romo en el curso sin roces del mecanismo social. Todo perfeccionamiento de dicho mecanismo pone […] fuera de juego ciertos modos de comportamiento, ciertos sentimientos y emociones. El confort aísla, nos dice y resume Benjamin.

Me pregunto si algún día veremos traducidos al castellano los diarios completos de Paul Valéry, que en francés son 29 tomos. Hace más de 10 años Galaxia Gutenberg editó un libro con algunos extractos de esos diarios, un libro muy recomendable y hoy descatalogado e inencontrable. Nos convendría mucho una reedición.

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El idiota

Llego a la página 619 de las memorias de Anastasía Tsvietáieva, y aparece en ellas Dostoievski, al que Anastasía no había leído hasta entonces por todo lo que le ensalzaban. Al final Borís le anima a leer El idiota juntos y en voz alta y pasa esto:

Memorias de Anastasía Tsvietáieva
Memorias de Anastasía Tsvietáieva
(Hermida editores. 2018. Traducción de Olga Korobenko y Marta Sánchez-Nieves)

¿Esto es leer? ¿El gozo de comprender? se pregunta Anastasía o !Diluir tu alma en el otro!

Esto nos pasa cuando leemos a Dostoievski. A Thomas Bernhard le pasó otro tanto cuando cayó en sus manos Los demonios.