Archivo de la etiqueta: Paul Valéry

Paul Valéry

Paul Valéry

En las Iluminaciones de Walter Benjamin, la figura de Paul Valéry ocupa un papel muy importante, con párrafos suyos como el presente.

El habitante de los grandes centros urbanos retrocede de nuevo al estado salvaje y se aísla de los demás. El sentirse en relación con los demás, antaño siempre alerta a causa de las necesidades, se vuelve hoy, paulatinamente romo en el curso sin roces del mecanismo social. Todo perfeccionamiento de dicho mecanismo pone […] fuera de juego ciertos modos de comportamiento, ciertos sentimientos y emociones. El confort aísla, nos dice y resume Benjamin.

Me pregunto si algún día veremos traducidos al castellano los diarios completos de Paul Valéry, que en francés son 29 tomos. Hace más de 10 años Galaxia Gutenberg editó un libro con algunos extractos de esos diarios, un libro muy recomendable y hoy descatalogado e inencontrable. Nos convendría mucho una reedición.

www.devaneos.com

Monsieur Teste (Paul Valéry)

Leo: Pese a mis esfuerzos sólo seguía sus palabras con mucha dificultad, limitándome al final a retenerlas. Leo: No me aburre oír cosas abstractas o demasiado elevadas para mí; le encuentro un encanto casi musical. Hay una parte del alma que puede gozar sin entender, y que en mí es muy grande. Dice Valéry en el prefacio: estaba firme en mi deseo infinito de claridad, mi desprecio de ídolos y convicciones, mi desagrado con lo fácil y el sentimiento de mis límites. Pienso: ¿Dónde acaba la memoria y empieza la imaginación?. No hay lindes, cuando la imaginación (re)crea la memoria.

Leo: Y las palabras más derechamente nos alcanzan -esas que nos hacen a su autor más cercano que ningún otro hombre, que hacen creer que el eterno muro entre los espíritus cae- podían venir a sus labios. Valéry escribe este palimpsesto a los 25 años, y digo Palimpsesto porque desde su nacimiento este texto, La velada con Monsieur Teste fue creciendo en extensión y profundidad, durante cuatro décadas,hasta un final intelectual: Marcha fúnebre del pensamiento.

A Valéry solo le interesaban los textos difíciles y exigía a sus lectores, el mismo esfuerzo que a él le costaba parir a sus retoños. Advierte que ya en lengua original su lectura no es demasiado fácil y que trasladarlo a otra lengua presenta dificultades casi insuperables. Muy plausible la labor del traductor José Luis Arántegui, no porque el texto no siga siendo abstracto, impenetrable, inasible, incómodo, que es la impronta de Valéry, sino por trasladar fielmente ese espíritu, en un texto que más que ladrillo es piedra y que tirada al centro de un estanque, no se va al fondo y se sustrae de nuestra mirada y de nuestra memoria al instante, sino que crea ondas expansivas, círculos concéntricos con piel de concertina.

Leo y concluyo:

Mire, todos los tontos se reclaman de la humanidad y todos los débiles de la justicia; interesados, unos y otros, en la confusión. Evitemos el rebaño y la romana de esos Justos tan mal enseñados; golpeemos a quienes quieren hacernos semejantes suyos. Sólo o tiene que acordarse de que entres los hombres no hay más que dos relaciones: la lógica o la guerra. Pida siempre pruebas, la prueba es la cortesía elemental que siempre se debe. Si rehúsan, recuerde que está siendo atacado, y que se le va a hacer obedecer por todos los medios. Será usted preso por la dulzura o por el encanto de cualquier cosa, apasionado por la pasión de otro; se le hará pensar lo que no ha meditado ni sopesado; será usted enternecido, encantado, deslumbrado: sacará consecuencias de premisas que se le habrán fabricado, y con algún genio inventará usted -lo que conoce de memoria.