Los mejores libros del 2010

1. Verano. J. M. Coetzee (Mondadori). Memorias
2. Poesía reunida. William Butler Yeats (Pre-Textos). Poesía
3. Blanco nocturno. Ricardo Piglia (Anagrama). Novela
4. El sueño del celta. Mario Vargas Llosa (Alfaguara). Novela
5. El amor verdadero. José María Guelbenzu (Siruela). Novela
6. Retratos y encuentros. Gay Talese (Alfaguara). Crónicas
7. Algo va mal. Tony Judt (Taurus). Ensayo
8. Dublinesca. Enrique Vila-Matas (Seix Barral). Novela
9. Tarde o temprano. Poemas 1958-2009. José Emilio Pacheco (Tusquets). Poesía
10. Esencia y hermosura. Antología. María Zambrano (Galaxia Gutenberg/ Círculo de Lectores). Ensayo
– Tiempo de vida. Marcos Giralt (Anagrama). Memorias
– Tierra desacostumbrada, de Jhumpa Lahiri (Salamandra). Cuentos
11. El mundo bajo los párpados. Jacobo Siruela (Atalanta). Ensayo
12. Visión desde el fondo del mar. Rafael Argullol (Acantilado). Memorias
13. Hojas de Madrid. Con La Galerna (1968-1977). Blas de Otero (Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores). Poesía
– Libro de los muertos. Apuntes 1942-1988. Elias Canetti (Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores). Ensayo
14. Notas al pie de Gaza. Joe Saco (Mondadori). Cómic
15. Correr. Jean Echenoz (Anagrama). Novela
16. Autobiografía sin vida. Félix de Azúa (Mondadori). Autobiografía
– Del lado del amor. Poesía reunida 1994-2009. Juan Antonio González Iglesias (Visor). Poesía
– Nunca fue tan hermosa la basura. José Luis Pardo (Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores). Ensayo
– Todo lo que tengo lo llevo conmigo. Herta Müller (Siruela). Novela
17. Brillan monedas oxidadas. Juan Eduardo Zúñiga (Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores). Cuentos
18. Hoy no es ayer. Ensayos sobre la España del siglo XX. Santos Juliá (RBA). Ensayo
– La experiencia totalitaria. Tzvetan Todorov (Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores). Ensayo
– Leviatán o la ballena. Philip Hoare (Ático de los libros). Ensayo
– Una saga moscovita. Vasili Aksiónov (La otra orilla). Novela
19. La idea de la justicia. Amartya Sen (Taurus). Ensayo
20. La muerte del adversario. Hans Keilson (Minúscula). Novela

Los críticos de Babelia ya han confeccionado la típica lista con los libros mejor valorados en 2010. Son los arriba citados.

Elogio de la diversidad

Ahí dejo el enlace a un artículo muy interesante del reciente Nobel de literatura, Mario Vargas LLosa. Versa sobre un colegio, que bien parece una Torre de Babel. En Logroño, esos que cuando ven a muchos niños inmigrantes en un colegio enseguida hablan de ghettos y cosas por el estilo les vendría bien leer este artículo, para tomar conciencia, de que mal que les pese, la multietnicidad no es un problema, sino más bien un activo.

Manuel Rivas

Todo es silencio (Manuel Rivas)

Todo es silencio, así se titula el último libro publicado de Manuel Rivas. Este silencio es el que impera en Brétema, en la costa gallega, donde ciertas personas se dan al contrabando de matute primero, y de cocaína después. El silencio es lo que permite vivir a las personas, ese mirar para otro lado, o sencillamente tomar parte de esas actividades y lucrarse, las cuales mueven cantidades ingentes de dinero. Al frente el cacique local, ese a quienes todos rinden pleitesía y depositan sus silencios y voluntades.

En poco más de doscientas páginas Rivas pergeña una historia apasionante, con personajes creíbles, bien definidos, que evolucionan con el paso del tiempo, de ahí que los que antes eran jóvenes, ahora ya tienen sus profesiones respectivas o bien están sumidos en las drogas o se han pasado al otro lado de la ley, y eso permite que uno de esos jóvenes que dejaron Brétema vuelva ahora al pueblo convertido en policía encargado de investigar esas redes de contrabando que allí imperan y que tan bien conoce, pues también él fue testigo mudo.

La historia sigue una trayectoria lineal hasta que un momento dado se fragmenta, dando pie a diversos saltos temporales. Rivas sabe de lo que habla, y más allá de la historia del narcotráfico que abunda en elementos propios del thriller, lo que prima son las mareas interiores, esas acciones que definen al ser humano, esa lucha interior entre el sentido del deber y la desobediencia civil, con momentos hermosos, evocadores, sugerentes, cargados de dramatismo, de sensualidad, es ahí donde Rivas esplandece.

Joaquín Sabina concierto en Logroño final de gira 2010

Finalmente Sabina tocó ayer día 13 de noviembre de 2010 en Logroño. Tenía que haberlo hecho a finales de septiembre, pero una indisposición no lo hizo posible. El concierto tuvo lugar en la Plaza de la Ribera. Estaba a rebosar. Mucha gente sentada y otra tanta sobre la tierra, como quien suscribe, a media docena de metros del escenario de ahí que tuviéramos a Sabina ahí mismito, comprobando que a sus 61 años está como un junco, enjuto, a medio afeitar, engalanado con una camiseta con el lema de Chiquito «La cosa está muy mala», y peor que se va a poner, pensará alguno, su bombín, su bastón y su voz de aguardiante, menguada pero potente.

El concierto comenzó a la hora indicada, un par de minutos pasadas las diez de la noche. Al apagarse las luces, en las dos pantallas anejas al escenario, una a cada lado, vimos a una pareja bailando, de fondo sonando «y nos dieron la diez». Luego hizo aparición Sabina con toda su banda. Agracedió Sabina a la gente su paciencia por haber esperado tanto a verlo. Dijo el de Úbeda, que una gira sin pasar por Logroño es una «mierda». De hecho en el último doble disco que sacó en directo, como recordo el autor, muchas canciones fueron grabados en el concierto que dio en la vieja Plaza de Toros. Además en muchas canciones La Rioja o las logroñesas estuvieron presentes. Sabemos que Sabina es un cantante ocurrente y siempre reformula los textos de sus canciones para la ocasión. De hecho en la canción de su último disco Vinagre y Rosas sustituyó Albacete por Calahorra.

Sonaron Pacto entre caballeros, Princesa, Contigo, Medias negras, 19 días y 500 noches, El hombre del traje gris, Tiramisú de limón, Y sin embargo, Llueve sobre mojado (interpretada por Jaime Asúa), Amor se llama el juego (cantada por Antonio García de Diego) Peces de ciudad, Vinagre y Rosas, Noches de boda, Conductores suicidas (interpretada por Pancho Varona) entre otras.

Más de dos horas de concierto nos ofreció Sabina. A las dos horas amenazaron con despedirse. Volverían luego un par de veces para cantar media docena de temas más.

Al presentar a los miembros del grupo, Sabina dedicó unas poesías

Antonio García de Diego

Armoniquero sutil,
guitarrista con metralla,
teclista que en la batalla
me devuelve el mes de abril.

Más que alérgico a las fotos
y a los desmanes del ego.
Voy de paquete en la moto
de Antonio García de Diego.

Josemi Sagaste

Baturro de nacimiento,
mañico de vacación,
dicen que bebe los vientos
por Marita, el muy cabrón.

Como tiene un clarinete
y un saxo digno de un máster,
con la flauta hace triplete
mi son ¡Josemi Sagaste!

Mara Barros

Andaluza como Adela,
la viuda del comisario.
La niña es pura candela
cundo sube al escenario.

Borda el papel de amazona
que mi cartel necesita.
Ni un gramo de silicona:
Modemoiselle Barros, ¡Marita!

Pancho Varona

¿Qué puedo contaros de él?
De sobra la peña sabe
que es la llave de mi piel,
el timonel de mi nave.

Al músico irrepetible
le echa un pulso la persona
su fama es un imperdible
¡se llama Pancho Varona!

Pedro Barceló

Matarían por su toque
Camarón y BB King,
perdónenme que me enroque
con el milagro del swing.

Lo mismo le da un bolero,
que un tango, que un guagancó
Flor de los tamborileros:
¡”Sor” Pedrito Barceló!

Jaime Asúa

Vasco de espalda mojada
desde que vive en Madrid.
Fundó Alarma!!! y Cucharada,
¡lo que ha visto esa nariz!

Primo hermano de Keith Richards,
profesor de pulso y púa.
-¡Toca una conmigo, “pisha”!
Al rocanrol: ¡Jaime Asúa!

Un concierto memorable. El sonido extraordinario. Sabina logró complicidad con el público, entregado como es lógico. Al final todos quedamos contentos. La iluminación era de altura, y la puesta en escena sorprendente con la corista Marita cambiando de vestuario cada dos por tres, disfrazada de lumia, moviendo sus caderas, dando mucho juego, para finalmente Sabina salir tocando el tambor, Marita los platillos y todos disfrutando de un final de gira que moría en Logroño después de 100 conciertos.

Hubo también tiempo para que Sabina nos llevara al orgasmo sensorial con esta poesía.

Uno escribe siempre la misma canción
sobre un niño con cara de viejo
que se atreve a volar bajo el cielo marrón,
que agoniza detrás del espejo.

Uno inventa siempre la misma canción
del poeta borracho y su musa,
del teclado mellado del acordeón,
del pecado mortal sin excusa.

Uno canta siempre la misma canción
otra noche en el bar de la esquina,
cerca de la estación donde duerme un vagón
cuando el tiempo amenaza rutina.

Uno rumia siempre la misma canción
como un perro ladrando a la luna,
con la misma trompeta y el mismo trombón
de mariachi que estuvo en la tuna.

Uno acaba nunca la misma canción
que redime, consuela y perdona,
luego llega la hora detrás del telón en otoño
y es un lujo volver a Logroño.