Zona de producción de caldos Riojanos

A ambos lados del río Ebro se encuentra la zona de producción adscrita a la Denominación de Origen Calificada Rioja. Ocupa una franja de terreno de unos 150 km .de longitud por 50 km. de ancho aproximadamente, situadas entre las cadenas montañosas de la Sierra Cantabria y la Sierra de la Demanda.

Es un terreno de gran calidad de suelo, con un microclima que favorece la gran calidad de nuestros vinos.
La Denominación de Origen Calificada Rioja tiene una superficie de viñedos de 50.000 hectáreas repartidas en tres zonas con características vitivinícolas muy diferenciadas: Rioja Alavesa, con 11.500 Has., Rioja Alta, con 20.500 Has. y Rioja Baja, con 18.000 Has. Y comprende partes de las Comunidades Autónomas de La Rioja, País Vasco y Navarra. Su producción anual es de aproximadamente 175 millones de litros, correspondiendo el 75% a vinos tintos y el resto a blancos y rosados.

Gastronomía en La Rioja: calderete, patatas con chorizo, bodigos, fardelejos, chuletillas..

La cocina de La Rioja, como la propia región, tiene una indiscutible personalidad y diversidad, es natural y sencilla. Basada en la riqueza de los productos propios cuenta con una amplia gama de platos. Si la Sierra, con sus excelentes pastos, le proporciona las ricas carnes de vaca y cordero y lo mejor de la caza menor, como conejo, perdiz y codorniz, la Ribera del Ebro aporta una gran huerta de variados productos de calidad suprema: borraja, alcachofa, cardo, alubia o judía verde… a los que se han incorporado el espárrago y el champiñón al igual que las setas de chopo y otras variadades micológicas. De igual calidad son nuestras famosas legumbres.

Cocina tradicional de la Sierra. En las casas serranas el cerdo constituye una de las bases de la despensa siendo el embutido riojano fuente de riqueza y propaganda del nombre de la región. En una tradicional comida serrana hallamos sabrosos platos. Para comenzar nada mejor que un cocido donde siempre están presentes como condimento la carne y el chorizo. Otros primeros platos son la sopa serrana, el caldo soteño, las migas, las patatas con chorizo o el popular calderete riojano. Sigue leyendo

El éxito de los Wok Buffet o Wok Asiatic

Cuando estuve por Torrevieja, me quedé con las ganas de entrar en un Wok Buffet. Allí había unos cuantos. Ahora en Logroño, han puesto uno, en el centro comercial Parque Rioja (Tfno 941 51 1598). Restaurantes Chinos, había más de una docena, y uno de ellos con servicio de buffet libre, pero Wok Asiatic o Wok Buffet no había. Los Wok Asiatic funcionan como un buffet, lo único que los alimentos están crudos, y el cliente ha de seleccionar los que quiera, para que el cocinero los prepare «al momento» en el humeante Wok.

El Wok asiatic es una combinación de cocina Japonesa, China, Tailandesa y Viatnamita. Dicen que es más sano que la comida convencional, ya que se prepara al momento, y es cierto que los asiáticos cocinan con poco aceite.

Luego el cliente puede elegir entre 8 salsas diferentes.

Satay: para las carnes

Tokyo: para aderezar pescados y verduras

Curry: picante para gambas, pollo, ternera

Ostra: para todos los platos

Wok: es la receta secreta

Gon-Bao: sabor picante

Tou-Si
: resalta el sabor de los mariscos y pescados

Soja dulce: para todo.

En cuanto al precio, el precio del buffet no incluye las bebidas, y varía si se trata de la comida del mediodía en días laborables, que es de 11 € o si son noches, fin de semana o festivos, que son 13 €.

Cuando vaya al Wok Asiatic, que no tardaré mucho en ir ya contaré que me ha parecido la experiencia.

El fulgor de la pobreza (Luis Mateo Díez)

El fulgor de la pobreza

Después del varapalo -ya esperado- sufrido con la lectura de La Catedral del Mar de Ildefonso Falcones (el libro más vendido en España en el 2006), pero reconfortado por la anterior lectura de el Héroe de Manuel Rivas, tenía ganas desde hacía tiempo de leer algo de Luis Mateo Díez (Villablino, León 1942). Este escritor leonés viene avalado por premios de la relevancia del Premio Nacional de Literatura y el Premio de la Crítica, por “La fuente de la edad”. En el 2000 obtuvo con “La Ruina del cielo” el Premio Nacional de Narrativa y el Premio de la Crítica. Además Luis Mateo Díez es miembro de la Real Academia Española desde mayo de 2001. La tarjeta de presentación pues no puede ser más halagüeña.

Elegí este libro de Luis y no otro, a raíz de una entrevista en la radio, dónde éste presentaba “El fulgor de la pobreza” que se publicó a finales de septiembre de 2005, y me encandiló. Luis es de esos escritores que habla tan bien como escribe. Durante todos estos años ha compaginado su oficio de escritor con su labor como funcionario del Cuerpo de Técnicos de Administración General del Ayuntamiento de Madrid.

El fulgor de la pobreza se compone de tres relatos cortos: El fulgor de la pobreza, La mano del amigo y Deudas del tiempo, de unas setenta páginas cada uno. Luis da buena muestra de su perfecto dominio del lenguaje. Los tres relatos relatos comparten la misma desesperanza y elementos comunes: la necesidad de huir, la amistad corrompida por la traición o el recuerdo como vía expiatoria.

En el primer relato, Cosmo, un hombre de negocios desaparece el día que su hija cumple 25 años, dejando una breve nota de despedida. Su hija, aquejada de una enfermedad, que no se describe pero que la consume, trata de entender la conducta de su padre, encontrar los porqués a la conducta paterna. Todo sucede como consecuencia de que la semilla de la pobreza ha germinado en el corazón de Cosmo y todo cuanto le rodea a éste se le antoja ahora fútil. Nada puede por tanto volver a ser igual que antes.

En el segundo relato, La mano del amigo, comienza con Roncel precipitándose al vacío al recelar de la mano que le presta su “amigoElio. Para llegar hasta este momento, el autor va dando forma a la fábula, en la que los chicos que formaban parte de la cuadrilla «miraban pasmados desde un tiempo al que probablemente ni siquiera pertenecían» de Elio y Roncel aportan datos, que permiten al lector conocer la especial relación que mantenían los amigos: no se enamoran, pero que se comportan como tales, en una relación alimentada por el amor y el odio. Hay interesantes descripciones acerca de la racionalidad de la amistad, de su componente bondadoso y desinteresado, de estar ahí a las duras y a las maduras. Todo ello basado en la confianza como elemento cohesionador, cuya fortaleza permite superar los escollos inevitables que surgen en el día a día y cauterizador de las heridas y afrentas, incluso de la delación.

En el tercer relato, Deudas del tiempo, la historia ahonda también en el pasado. Dacio que así se llama el protagonista, regresa a Armenta tras haber emigrado de joven y dedicado su vida al trabajo. Cuando su mujer fallece, Dacio sin ser acreedor del afecto de los hijos decide volver. Tras sufrir una angina de pecho busca tranquilidad en el pueblo de Buril, cuidado por Lumina. Dacio busca tranquilidad en la soledad, sin pretender pasar más allá de un cordial saludo con sus vecinos, hasta que recibe la visita de Tello Leda, vecino de Doza, que porta una fotografía. Dacio orilla sus resquemores y baja la guardia, iniciando una amistad con Tello, el cual quiere charlar con él, demandando información sobre un familiar suyo que viajó en el Veracruz, el mismo barco en el que Dacio inició una nueva vida, cuando lo dejó todo para convertirse en “emigrante”, y del que nunca más Tello y los suyos volvieron a saber nada. Dacio no puede morir en paz, hasta que salde sus deudas. «Tantos años de sufrimiento y trabajo contribuía a afianzar unos poderes que su propio carácter habia ido asimilando, hasta que en su modo de ser se produjeron todas las transformaciones precisas para que las emociones se enfriaran y la voluntad derrotara a los sentimientos o al menos, los pusiera en su sitio, sin que las responsabilidades se contaminasen más de lo debido, por encima de lo que no fueran los intereses y un razonable criterio de consideración y eficacia».

En la fotografía de Tello hallará el camino a la salvación.

Los dos primeros relatos por tanto comienzan con el hecho ya consumado: la desaparición de Cosmo, y la muerte de Roncel. En el tercer relato sin embargo comienza con Dacio aquejado de una angina pecho, y ha de ir al pasado, de la mano de Tello, rememorar momentos que quisiera sepultar, borrar de la memoria, para saldar la deudas y poder así finalmente descansar en soledad, y lo más importante, en paz.

El libro lo he disfrutado por su concisión y calado, donde hay párrafos que se deben leer varias veces para sacarles todo el jugo. Nada sobra ni redunda, las descripciones tanto como los esponjosos diálogos acrecienten el interés por su lectura.