Fotoprix y su maravilloso revelado on-line

En qué hora me dio por mandar unas fotos para revelar a través de la página web de Fotoprix.
El funesto día fue el día 24 de septiembre. Eran 94 fotos, así que enviarles me llevó casi tres horas. Despúes de enviarlas, fueron pasando los días. Después de 15 días sin haberlas recibido en la tienda de destino (una vez que las revelan seleccionas una tienda donde quieres ir a recogerlas) y sin que nos hubieran comunicado nada, fui a la tienda de Fotoprix y pregunté por mis fotos. Lo que había llegado a la tienda era un sobre vacío, sin foto alguna, porque se ve que había ocurrido algún problema y no habían podido procesarse.

Esto lo supe porque me tuve que molestar en averiguarlo, no porque en la web en mi pedido me notificaran lo que había pasado con las fotos.

La única manera que tiene el cliente-damnificado de ponerse en contacto con Fotoprix es ir a tus pedidos en la página web y abrir una incidencia. No hay otra manera, ni correo electrónico, ni un teléfono de contacto, ni una persona que pueda dar la cara y te «informe» de lo que sucede, o la que plantearle el problema.

Pues bien, fui a mis pedidos, en la web y abrí la incidencia contando con pelos y señales lo que sucedía. El día 24 de septiembre me habían quitado 12 Euros de la cuenta y un mes más tarde las fotos no estaban en la tienda. A esa incidencia es de suponer que su SAC (¿Servicio de atención al cliente?) debe responder brevemente, ver si lo que se cuenta es así y proceder a tomar una decisión: devolución inmediata del dinero, posibilidad de volverla a enviar, «hacer algo»…

La incidencia la abrí hace diez días y ¿qué ha pasado?. Nada. Nadie ha atendido a esa incidencia. Hablé con los de la tienda donde debían haber ido a parar las fotos y se las llevé en un CD, a ver si ellos como tienda pueden hablar con «fotoprix virtual» y darme una solución.

En resumen, las fotos las mandé hace ahora 36 días por la página de fotoprix.es, desde entonces no tengo 12 € en la cuenta y me temo mucho que esas fotos nunca más las veré, al igual que el dinero, a no ser que en la tienda sean más profesionales y den mejor servicio que el «servicio virtual» que ofrecen a través de su web.

Ahora solo me queda esperar, porque no puede hacer «nada» de nada. ¿Triste, verdad?.

Cuando les hablen de las maravillas de Fotoprix, tengan en cuenta como trabaja la compañía cuando hay un «problema»: como lo afrontan, el interés que manifiestan en su resolución, las soluciones que proponen, los plazos que se dan, la posibilidad de contacto, etc… !Peor imposible!.

Después de dos meses, hoy uno de diciembre sigo igual que al principio, así que he ido a Consumo he interpuesto una reclamación. No sé si servirá de algo pero ante la indefensión en la que me encuentra por el pésimo servicio de Fotoprix, el cual más que pésimo es inexistente porque pasan del cliente como de la mierda. Hace más de dos meses que me quitaron 12 € de la cuenta, por un servicio que no me han dado. Eso se llama robo, ¿Verdad?

El Color de la Magia. Mundodisco (The Colour of Magic, Discworld, Terry Pratchett, 1983)

MundodiscoPrimera novela de la larga y exitosa serie del Mundodisco, compuesta por unas cuantas novelas, con diferentes personajes, pero todas ellas ambientas en el mismo mundo.

Mundodisco hace honor a su nombre, ya que es un mundo que tiene forma de disco. Gira sobre su propio Eje y por el Borde el agua cae al vacío, como en las viejas creencias de la Edad Media. En lo que se diferencia de aquellas creencias es en que este mundo disco descansa sobre el lomo de 4 enormes elefantes (Gran P’thon, Tubul, Berilia y Jerakeen), que a su vez reposan sobre el lomo de la aún más gigantesca tortuga conocida como Gran A’Tuin, que se encarga de transportar este absurdo mundo por el espacio a buen ritmo (se realizó un pequeño corto como piloto de una serie de animación en que se explicaba gráficamente este Mundodisco).

Con estos precedentes, podría parecer que estamos ante una novela absurda y sin sentido, más aún si algunos de los personajes que aparecen en ella son auténticos Dioses que viven en lo alto de Cori Celeste, la montaña que se alza justo en el centro del Eje, El Equipaje, un cofre que tiene dientes y lengua y muy mala leche y que para seguir a su amo saca un gran número de pies por sus partes bajas para ir de un sitio a otro (es lo que tiene estar hecho de madera de Peral Sabio) o la mismísima Muerte, que como es universalmente conocido, viene en persona a recoger a los magos en lugar de delegar en alguno de sus secuaces.

RincewindY es que el protagonista principal es un mago llamado Rincewind, de tercera y sin acabar sus estudios en la Universidad Invisible, pero mago al fin y al cabo. Fue expulsado cuando abrió uno de los libros mágicos y se le coló uno de los Grandes Hechizos, que le hizo olvidar el resto (pocos) que conocía.

En sus correrías le sigue Dosflores, un turista (el primero en la historia de Mundodisco) procedente del próspero Continente Contrapeso con intenciones de vivir todas las aventuras posibles. Y las viven.

Pero no, a pesar de que todo esto suene a absurdo y les pasen cosas realmente curiosas, además de cruzarse con los personajes más dispares, el fluir de la historia es tal que todo parece de lo más lógico y normal. No tiene nada que ver con otras importantes series de libros como La Guía del Autoestopísta Galáctico, mucho más absurda, El Señor de los Anillos, mucho más imaginativa, La Fundación, imprescindible y mucho más desarrollada o Harry Potter, mucho más “mágica”.

Guía de lectura de todas las novelas del mundodiscoEsta primera novela del Mundodisco destaca por su imaginación, sus situaciones y sus personajes, pero sobre todo por lo bien que combina todos ellos y convierte en interesante el devenir de estos dos chalados a lo dextro y levo del enorme disco en el que habitan.

Supongo que uno de los aciertos de esta novela es tomarse a chufla todo, y a la vez de coger cosas que indudablemente proceden de otras obras a las que parodia, tener un estilo propio y ser fiel a sus propios personajes y al propio mundo en el que se desarrolla.

Por cierto, el título de la novela hace referencia al octarino, el octavo color básico del arcoiris del Mundodisco, el color de la mágia.

La historia acaba “en suspense” y tiene su continuación en “La luz fantástica”.

Indicar por último que sobre el mundodisco se han hecho algunas películas de animación, como Bienvenidos al Mundodisco, muy recomendable para hacerse una idea gráfica de a qué nos enfrentamos.

Wikipedia | El Color de la Magia | Mundodisco | Terry Pratchett

Enlaces | Bibliografía | Filmografía

Los mensajes encadenados

El spam es una lacra y los correos esos que debes enviar a todo chichi-nabo para que luego te lo devuelvan y así se cumplan todos los deseos también lo son.

Mensaje en cadena

Si quieren hacer un favor al «Paquito» ya saben envíen este post a 5.000.000 de personas en tres días y verá como todo lo que ha pedido se cumple.

Los sibaritas y los pétalos de rosa

Hoy casualmente cogí el diccionario para leer el significado de la palabra sibarita y me entero de algo muy interesante.

Los «sibaritas» de verdad, los naturales de la ciudad italiana de Síbaris sólo llegaban a conciliar el sueño si dormían sobre colchones de pétalos de rosas. A tanto llegaba su «delicadeza» que había un vecino, de nombre Mintríadades, que se quejaba frecuentemente de molestas irritaciones en su piel producidas porque alguno de los pétalos de su colchón estaba arrugado.

Hoy con los colchones de latex no nos podemos quejar, pero dormir sobre colchones de pétalos de rosa tiene que ser una gozada. Está claro que cuando la época de los romanos, los que vivían bien, vivían mejor que ahora. No tenían que destinar parte de su tiempo a contestar correos, atender móviles, comprar en los centros comerciales y vaciar el buzón de publicidad…el tiempo lo aprovechaban para la oratoria, el pensamiento la reflexión o los placeres carnales, con la máxima de «Lo mismo me dará dar como ser dado,
que no pienso dejar ná de ná pa los gusanos». Esto lo dice el Kutxi Romero, que no los romanos, en su canción «Venas con humo y palabras», pero que bien se puede aplicar a los Romanos en esos años de liberalidad sexual.
No conocían tampoco el stress, el mobing, ni el mando a distancia era una apéndice de su mano.

En la biblioteca, mientras leía la palabra «sibarita», a mi lado, un hombre de unos cuarenta años daba cabezadas sobre un libro de «matemática financiera», mientras el adolescente que tenía frente a mi, jugaba a la consola, sin sonido para no molestar.

El día que hagan funcionar una «máquina del tiempo», me pido un viaje de ida y vuelta a los tiempos del Gran Imperio Romano.

Como curiosidad decir que si aquí tenemos a Fulano, Mengano y Zutano en Italia los análogos son Tizio, Caio y Sempronio