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El hombre que perdió la cabeza (Robert Walser)

Robert Walser es un escritor que me gusta mucho y me resulta muy inspirador. El hombre que perdió la cabeza es un relato muy corto suyo, traducido por Juan de Sola y con ilustraciones de Carmen Segovia. En este caso creo que las ilustraciones le van bien al texto, pues lo enriquecen. Un texto apto para todos los públicos, no exento de humor.

El protagonista vive tan en su mundo que acaba perdiendo la cabeza. La paradoja hoy serían esas redes que mantienen a las personas 24 horas al día hiperconectadas, siete días a la semana, y que están a su vez tan ensimismadas en su mundo digital que la realidad (y quienes formamos parte de la misma) de puro lenta y aburrida les resulta fastidiosa.

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Dama de Porto Pim (Antonio Tabucchi)

Dama de Porto Pim, de Antonio Tabucchi (con traducción de Carmen Artal Rodríguez) se publicó hace cuatro décadas en Italia. Es un relato de viajes breve (apenas cien páginas) que nos lleva a las Azores. Tabucchi cifra el declive del archipiélago. Los más, han buscado trabajo en otros países y los pescadores de ballenas y las ballenas parecen ser el vestigio de un mundo casi abolido.

No es un libro de viajes al uso, más bien un cajón de sastre en el que el autor lo mismo echa mano del reglamento que establece en su articulado cómo proceder a la caza de las ballenas, como nos brinda un relato sobre un amor imposible.

No faltan los elementos topográficos que presentan vívidamente la semblanza de las islas, algunas de ellas de carácter volcánico; o la mención a textos de Alberto I de Mónaco, de Jules Michelet, de carácter ballenero, o recupera la figura del poeta Antero de Quental.

La lectura se convierte aquí en un viaje sorprendente, errático, y a ratos embriagador.

La lectura la consumé en la Biblioteca pública Sánchez Díaz, en Reinosa.

Muy bueno.

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El modelador de la historia (J. Casri)

Leo:

-¿Tus libros son literatura? -dice.
-Me considero afortunado si se publican -respondo riendo-. Pero no lo he hecho en tiempo.

Que un libro como El modelador de la historia del debutante J. Casri, tan lleno de literatura vea la luz (lo edita Piel de Zapa) es un regalo para el lector curioso, arrojado y abierto de miras.
Si se fijan en la cubierta, verán un libro dentro de otro libro dentro de otro libro dentro y cuadrados de texto dentro de otros textos con diagramas flechas…

Da una idea esa imagen de algo que es eterno, como Dios. También de circularidad, de que al final le sigue un principio, en bucle.

Y qué sucede si la historia puede ser alterada. Si alguien al que llamamos El modelador de la historia está ahí en la sombra moviendo los hilos. Si este personaje creado por un escritor, Daniel, se convierte asimismo en la creación de esa figura autorial. Vemos que esto es como el huevo y la gallina. ¿Quién crea a quien?
¿Qué es real y que no lo es? ¿Que fina línea separa la realidad de la ficción?
Con estas reflexiones en la cabeza, el autor monta un entramado, un juego, un rompecabezas, fiado todo al arte de narrar y de entretener, sustanciado con un buen aparato de notas, reflexiones y apuntes filosóficos, históricos, literarios, etimológicos…
Un libro que podría ser infinito. De hecho lo es, en cuanto sigue zumbando en la mente del lector una vez ¿acabada? la lectura.

Lectura que nos arrastra a Londres y Barcelona, con un halo de irrealidad, porque en el espacio, suspendidos en el aire, en un vuelo transoceánico el lector dejará también en suspenso su incredulidad, o habrá de hacerlo, para abrazar así la oferta de Casri, o sus Ocho maneras en las que el mundo podría terminar, o la figura de ese Modelador que actúa como un macguffin, o los mitos griegos que parecen haber cedido el testigo a la Física.

El modelador de la historia o la escritura como un arte de prestidigitación.

Gracias Juan Pablo por la recomendación.

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Quienes se marchan de Omelas (Ursula K. Le Guin)

El relato Quienes se marchan de Omelas (con traducción de Maite Fernández e ilustraciones de Eva Vázquez) es mi primer acercamiento a la obra literaria de la escritora Ursula K. Le Guin.
Se trata de un breve relato fantástico. Omela se nos describe como una ciudad de ensueño. Luego veremos que hay truco. Que es necesario pagar un precio a tanta belleza, a tanto orden, a tanta comodidad. Es ese momento, cuando descubrimos el quid de la cuestión, cuando surge el planteamiento moral, esto es ¿qué hacer?.
Hay quienes están dispuestos a anteponer su felicidad a la desgracia ajena. No todos por supuesto. Algunos, no quieren ser partícipes y deciden marcharse. Son quienes se marchan de Omelas.
Logran así salvarse de sí mismos.