Andrés Barba recibió la beca Cullman de la Biblioteca Pública de Nueva York para escribir esta biografía de Rafael Guastavino, biografía por partida doble, la vida del padre y la de su hijo homónimo.
Rafael, español nacido en Valencia, residente luego en Barcelona, se trasladará tras separarse de su mujer y el resto de la prole, con su hijo Rafael a Nueva York, para una vez allí ser el artífice de las bóvedas del Oyster Bar de la Grand Central Station, de la catedral de San Juan el Divino, de la estación del metro de City Hall o del vestíbulo del edificio de inmigrantes de la isla de Ellis en Nueva York. La clave del éxito estuvo en su construcción ignífuga, relevante aquellos años en los que un incendio era capaz de arrasar una ciudad. Nueva York es a finales del siglo XIX un ciudad a medio hacer, que se convertirá luego en una ciudad vertical, con sus rascacielos como acantilados de hormigón y vidrio.
Las biografías del padre e hijo ambas son mínimas, se pasa de puntillas y se hace más hincapié en lo que los circunda, una Nueva York a su llegada mugrienta, atestada de inmigrantes que deslocalizan su hambre, pero que no desaparece, que en hacer una labor de introspección (cuando el gran desafío de una biografía consiste en saber qué es aquello que define o permite esbozar una existencia, qué importancia dar al pensamiento y cuál a la acción/obra) si bien, parece que hay una constante en el primero, el miedo, algo que no le impide trabajar a Rafael padre como un titán hasta que ceda el testigo al hijo, que completará la obra del padre, buscando una solución a la reverberación de las bóvedas, que convierten el espacio bajo su techo en un gallinero, y que unos azulejos porosos lograrán paliar con éxito, convirtiendo al hijo en millonario.
Un Guastavino que toma relieve, primero con el documental en 2016, El arquitecto de Nueva York, y ahora con este libro de Barba y otro de Javier Moro, todos sobre la figura de éste español que hizo las Américas y erigió un sueño que a día de hoy se sigue aventando con polvo de letras.