Vicente Valero
Periférica
2016
116 páginas
Las transiciones bien puede ser una prolongación de su penúltima novela, Los extraños, en la que Valero revivía a algunos familiares, para él extraños, a través de los recuerdos que tenía de ellos o bien con los datos que los familiares vivos le podían facilitar.
Aquí, en lugar de los extraños podemos hablar de los propios (aunque se hace mención en la novela a un familiar ajedrecista o otro que murió en Francia exiliado, que ya aparecían ambos en Los extraños), ya que lo que leemos es parte de la vida de Valero en Ibiza, quien acude al funeral de su amigo Ignacio que muere a los treinta y pocos y ese viaje sin retorno que ha emprendido su amigo, le lleva al autor a regresar a sus años de mocedad, cuando Ignacio, Valero, Julio y Antonio, formaban un cuarteto inseparable, antes de que el paso de los años los desmembrara.
Los hechos se remontan a los meses previos a la agónica muerte de Franco, cuando el autor tenía 12 años y se alarga hasta la celebración de las elecciones, con el paso por la isla de quién resultaría presidente, Adolfo Suárez, con la (incipiente) Democracia y la Libertad, entendidas como conceptos aún sin atributos.
Valero que ya nos refiere en la novela que desde su época escolar salía muy bien parado en las redacciones escolares, rinde aquí homenaje a su amigo Ignacio y a una época, la adolescencia y cumple de paso la promesa que le hizo a Amelia, la hermana de Ignacio, de escribir algo sobre su hermano.
Lejos queda esta novela de Los extraños como si ficcionar lo que pudo pasar, como ocurría en Los extraños, tuviera mas luminosidad y profundidad que narrar lo vivido en primera persona, en esta narración breve y a ratos plomiza, donde para mí, es Alfonso quien cifra lo mejor de la novela, cuando aparece Alfonso uno piensa en el fulgor de Los extraños y esas páginas sí tienen vida propia.