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Ballena (Paul Gadenne)

Apenas 40 páginas son más que suficientes para que Paul Gadenne nos brinde una novela (con traducción de David M. Copé) o relato espléndido. La ballena del título es un animal que siempre ha ejercido una fascinación sobre el ser humano. Cuando una de ellas queda varada y muerta en la orilla de una playa, a los vecinos les pica la curiosidad, y los dos protagonistas de la novela, Pierre y Odile, no quieren perderse ese acontecimiento tan extraordinario que pone algo de sal en sus vidas y los saca del trantrán de sus morosas existencias. La ballena es metáfora del misterio, una presencia majestuosa, que no puede concebirse como el bodegón inconmensurable de una naturaleza muerta; vista como un bloque de mármol en la distancia y al tacto algo gelatinoso, blando. Esos contrapuntos entre lo duro y lo blando, la vida y lo extinto, el pensamiento y la acción son en los que zozobran y naufragan Pierre y Odile, que aprehenden la ballena como un presagio, una oportunidad, una señal, no saben de qué, pero sí saben que la ballena les ha cambiado, que algo ha removido en su interior, azuzando su naturaleza, avivando su seso y contemplando cómo se les pasa la vida y como se les viene la muerte tan callando, también válido para las ballenas, varadas, vencidas, como todos, por el poso del tiempo.

Periférica. 48 páginas. 2020

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