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Ryanair oferta nuevas rutas de bajo coste en España

El aeropuerto de Girona, a través de Ryanair los españoles podemos ir a sitios como

Alghero (Sardinia) (AHO)
Blackpool (BLK)
Bournemouth (BOH)
Bruselas (Charleroi) (CRL)
Doncaster (Sheffield)
Dublin (DUB)
Dusseldorf (Weeze) (NRN)
Midlands oriental (EMA)
Eindhoven (EIN)
Frankfurt (Hahn) (HHN)
Glasgow (Prestwick) (PIK)
Karlsruhe-Baden (FKB)
Liverpool (LPL)
Londres (Luton) (LTN)
Londres (Stansted) (STN)
Milán (Bergamo) (BGY)
Paris (Beauvais) (BVA)
Pisa (Florencia) (PSA)
Roma (Ciampino) (CIA)
Shannon (SNN)
Stockholm (NYO)
Venecia (Treviso) (TSF)

Pues bien como parece ser que el sitio funciona y la gente siempre quiere más, la compañía amplia horizontes y además de los anteriores ahora podremos visitar los siguientes lugares.

Bournemouth (Reino Unido)
Perugia (Italia)
Aarhus (Dinamarca)
Cochstedt (Alemania)
Karlstad y Skelleftea (Suecia)
Kristianstad (Noruega)
Plovdiv (Bulgaria)
Rzeszow y Szczecin (Polonia)
Tallin (Estonia),
Kaunas(Lituania)
Zadar (Croacia).

!Quién viviera en Girona, Barcelona o alrededores!
Es una pena que en aeropuertos próximos al de Logroño, como Bilbao, Zaragoza o Santander, la compañía aerea no siga incorporando nuevas rutas. No obstante desde Zaragoza podemos ir a Bologna, Bruselas, Düsseldorf, Londres, Paris, Milan y Roma. Desde Santander las opciones disponibles son Bruselas, Francfort, Londres, Pisa, Milan, Roma.

Viaje por Nogarejas, León, Castrillo de los Polvazares y Las Médulas

Un fin de semana puede dar mucho de sí si estás dispuesto a hacer kilómetros. El viernes recalé en Nogarejas, pueblo Leonés. Poco después de bajar del coche, estábamos a lomos de nuestras bicicletas subiendo la cuesta de las viñas, con un sol de aupa, perlando nuestras frentes de sudor, pero gozando con el agreste paisaje, poblado de pinos. Ni decir tiene que mi compañero de fuga, tras haber hecho el camino del norte hace un par de meses (de cuyo viaje algún día nos dejará testimonio escrito y gráfico) iba como un toro de miura. Tras coronar la cima tocó bajar, con precaución pues una bici que frena poco es tan peligrosa como un anarquista con una granada.

A la mañana siguiente, temprano, nos encontrábamos en La Bañeza, templo de la legumbre (lo sé porque los garbanzos que compro en el Supermercado son de allí. Vi una nave con el logo IGP “Indicación Geográfica Protegida Alubia de La Bañeza-León). No eran las nueve y media de la mañana y ya estábamos en un local lleno hasta los topes, tomándonos un chocolate con churros, dos por ración, pero de tal tamaño y grosor que sin ser como las porras madrileñas cunden, alimentan y sacian como media docena de la extinta Chocolatería Moreno de la calle Hermanos Moroy de Logroño.

Camino del coche constaté, que también en La Bañeza, hay pasión por la Roja.

Pasión por La Selección Española

Con el estómago lleno y endulzado, nos plantamos poco después en Astorga, la cual recordaba de cuando había hecho el camino en bicicleta, hace quince años. Hicimos el itinerario clásico, que consistía en ver El Palacio Episcopal, obra de Gaudí.

Palacio Episcopal de Gaudí en Astorga

Dimos un paseo por la plaza, en la cual había un buen número de peregrinos y peregrinas hidratándose (lo que me permite afirmar que el número de mujeres que se tiran al Camino bien andando o en bicicleta es cada vez mayor).

Tras repostar, con una cañita y una tapita de acompañamiento, nos fuimos a Castrillo de los Polvazares. Dejamos el coche fuera del pueblo en una aparcamiento gratuito y entramos en el pueblo. El linde de lo que es pueblo y lo que no, queda perfectamente definido por el suelo que pisas, pues el pueblo está empedrado. Todas las clases mantienen una uniformidad, y pese a que es un municipio pequeño, hay un buen número de restaurantes, así como lugares donde pernoctar.

Entrada a Castrillo de los Polvazares

Castrillo de los Polvazares

Con el sol a pleno rendimiento caldeando las calles, caminábamos pegados a las paredes, buscando la sombra y regamos luego nuestra sed, en un bar, que ofrecía al viajero un patio interior de sombra fresca, donde nos hidratamos con esa deliciosa bebida, idolatrada es Asturias, que es la sidra cuando esta fresquita. Dos botellas para tres, no es un gran qué, pero es suficiente para llevarte en volandas, flotando cual pluma de ganso y tras hacer tiempo, fuimos a comer, siguiendo la recomendación de nuestro amigo el lugareño. El local estaba especializado en el cocido de la zona, el cocido Maragato, la zona es la maragatería.

Los vegetarianos mejor que no prueban a entrar en el local, pues aquello fue un orgía de carne. Lo curioso de este cocido es que al contrario que el madrileño o liebaniego, en el maragato primero te ponen la bandeja con la carne (morcillo, gallina, costilla, panceta, tocino, lacón, careta, pata y relleno), después el garbanzo con repollo y finalmente la sopera con la sopa, donde puedes ventilarte dos platos de sopa con fideos, si has llegado al final de la comida con algo de espacio en el estómago. El postre que acompaña el menú (por un módico precio de 16 euros), es un deliciosa natilla, en donde va desecha una mantecada de Astorga, y por encima caramelo líquido. La guinda es el café de puchero y un licor que te deja el estómago como si no hubieras probado bocado, facilitando la digestión, que a la fuerza tras tan cantidad de carne, es pesada. A veces las palabras no dan forma al pensamiento, así que ahí pongo una foto para entender mejor lo que cuento.

Cocido maragato

Tras una comida opípara hay varias opciones, una es echar una siesta de dos horas, a la sombra de algún chopo con algún río caudaloso como arrullo sonoro, otra es cogerte el coche, despejarte y hacer la digestión haciendo algo de deporte, paseando por ejemplo. Es lo que hicimos. Con un calor de casi 40º nos trasladamos desde Castrillo hasta Las Médulas, patrimonio de la Humanidad. Nos llevó llegar una hora y el calor era el mismo. Dejamos el coche en al aparcamiento, cogimos unos folletos en un punto de información y fuimos a ver La Cuevona, una senda corta de unos dos kilómetros. Suficientes para dejarnos sin resuello. Lo que se, lo de la foto va ya es espectacular, pero dista mucho del goce espiritual que uno experimenta cuando subes al mirador de Orellán y ahí tienes delante Las médulas en todo su esplendor.

La cuevona . Las Médulas

Las médulas desde el mirador de Orellán

Si quieres hacer las cosas bien del todo, recomiendo bajar una cueva, que se ve desde el mirador, a la derecha. La cueva, no es la típica que está perfectamente iluminada, sino que tras pagar la entrada, te dan un casco de minero sin luz frontal, y una linterna y a caminar, a caminar con cuidado de no darte un coscorrón porque hay zonas donde hay que agacharse. La oscuridad, si apagas la linterna es total, tanto como lo es silencio, una buena idea de lo que será estar muerto. En pocos minutos llegas a un espacio más abierto, ves la luz al final de la cueva y allí hay un mirador, donde ves parte del perfil de la cueva, pero sin rastro de Las Médulas. Para llegar a este mirador, hay que dar el coche en el aparcamiento y hacer 600 metros de buena pendiente caminando. En nuestra ascensión a ambos flancos íbamos rodeado de alemanas y francesas, lógico porque el sitio merece la pena verlo.

Interior de la cueva iluminada por un flash

De regreso a Nogarejas, y tras cenar algo, nos fuimos de fiesta a Castrocontrigo donde tocó una orquesta que comenzaba su actuación a la una. Sonaron clásicos que forman parte de nuestra banda sonora existencial, como Nacha Pop, La Guardia, Seguridad Social, Duncan Dhu, y temas más recientes de Melendi, El canto de loco, etc. Nos llevamos un peluche en la tómbola, no por nuestra hacer con las bolas o la carabina, sino porque nuestro amigo conocía al encargado. Aproveché para comprar chocolate, que lo hacen en allí, con diferente contenido de cacao hasta llegar al 90%.

Chocolate de Castrocontrigo

El domingo, hay quien descansó, pero nosotros fuimos a León, donde visitamos la Catedral, cuando pudimos pues cuando quisimos no fue posible al haber una misa. Cuando entramos ya eran casi las dos, y el sol no hace ese juego mágico con las vidrieras, de ahí que sin restar ni un ápice a su belleza, no la vi tan bella como otras veces.

Antes de la Catedral, visitamos la Colegiata de San Isidora, cuya cripta se conoce como «La capilla sixtina del románico«. Es una maravilla. Hay frescos en los techos, que explican escenas bíblicas, todo ello muy bien conservado. Junto a las paredes tumbas, que algún turista usaba a modo de banco, siendo recriminado por ello. No sé cual es el número de personas recomendables para este tipo de visitas organizadas, pero habida cuenta de la escasa dimensión del recinto, meter allí a 40 personas, te proporciona una sensación de ahogo y sofoco muy interesante. Cuando la guía comenta mirar aquel relicario ves 39 cabezas alrededor del mismo lo que te impide ver casi nada, como sucede en los mercadillos gastronómicos donde todo Dios se pega a las mesas y no hay forma de coger una buena pole position, de ahí, que de no ser por las explicaciones de la guía, que te aporta unos cuantos datos interesantes, casi recomendaría verla por tu cuenta y riesgo. Además con internet puedes recopilar cuanta información sea precisa para llegar al recinto sobrado de conocimientos.

Tras el festín cultural tocaba el gastronómico, y fuimos al Barrio Húmedo. En Logroño, la calle Laurel, tiene mucha fama y todo los turistas van allí de visita. Lo entiendo. Lo que no entiendo tanto es como en Logroño por un corto de cerveza y un pincho te cobran 2,50 euros y en León, el corto de cerveza cuesta o 1 euro o 1,10 y de paso en todos los bares, te ofrecen gratis una tapa, a elegir entre tres o cuatro. De ahí que con 10 euros, nos tomásemos siete cortos de cerveza y una ración de cecina. Las tapas no son unas patatas fritas, unas olivitas o unos cacachuetes, para nada, lo que nos llevamos al buche fueron cosas deliciosas tales como; patatas a la jardinera fritas en freidora, picadillo de choricillo, fideuá, calamares fritos, morcilla untada en pan, tosta con lacón y pimentón, albondiguillas con tomate y croquetas de queso.

Barrio Húmedo de León poster

Barrio Húmedo de León, consumición con tapa gratis

En Logroño comentan que si te ofrecen una tapa con la bebida se arruinan. Permitan que me ría. No se arruinarían no, como tampoco se arruinan los leoneses, solo que en lugar de poner un negocio para hacerse rico en pocos años, lo que supone trabajar con unos márgenes bestiales, tales como cobrarte, 1,30 por un mosto pequeño, en León y en otras zonas de España, la gente pone un bar, para ganar dinero poco a poco, año a año, trabajando con unos márgenes más ajustados, lo cual les permite ofrecerte una tapa muy sabrosa junto a la consumición, y obtener beneficio, como para poder seguir viviendo de ello.

Peregrino en León

Este peregrino no tenía muy buena pinta, tenía aspecto de haberse quedado pasmao. Lo encontramos en León, frente al parador, cuyo artesonado de madera y el claustro bien merece una visita aunque sea a escondidas.

Como broche esta foto. Me recuerdo a esos que van a Euskadi y dicen haber dejado su coche en la calle «Kalea».

Calle La Rúa en León

Erratzu Elizondo Baztán Cuevas de Zugarramurdi

Después de haber pasado el fin de semana por el valle del Baztán, ahí dejo unas fotos e impresiones. De entrada decir que el Baztán, para los que vamos de Logroño nos queda relativamente cerca. A Erratzu, que es adonde nos dirigimos nosotros, no tardamos ni dos horas en llegar. Primero hay que ir a Pamplona, donde se llega en un plis plas gracias a la autovía y luego tras dejar Pamplona tras haber atravesado media docena de rotondas, en otros cuarenta y cinco minutos te plantas en Erratzu, después de pasar por Elizondo. La carretera después de dejar Pamplona, está muy bien asfaltada y es ancha, cuenta con varios tramos en los que hay carriles de incorporación así que puedes adelantar los camiones que te encuentras. Se atraviesan los túneles de Belate y enseguida te encuentras ya en el Baztán.

Elizondo es el pueblo más grande del Baztán, el sitio adonde va de marcha los jóvenes de los pueblos más próximos. Elizondo es un lugar bonito, cuenta con un río caudaloso, de amplio cauce, desde el que se ven vistas como las de la foto.
Elizondo vista desde el puente
En Elizondo comimos en el restaurante Santxotena. Me quedó un regusto amargo y no de la cuajada precisamente, que no tenían, dado que no es temporada de hongos (que es en el otoño) y nos conformamos con comer una menestra y un solomillo de carne del baztán, que estaba bien tierna.

Nos encontramos con esta fuente, donde había esta placa tan cachonda. Una placa futurista, digo yo, pues si no me equivoco estamos todavía en 2010.

Fuente en Elizondo

No pasamos la oportunidad de comprar en la pastelería Malkorra, chocolate negro con avellanas, al «módico» precio de 27 euros el kilo. El sitio es una cucada, y la joven dependiente una sota de las de la baraja, pero el chocolate que es lo que cuenta está (mejor dicho, estaba) de muerte súbita. Dimos una vuelta siguiendo el curso del río, nos admiramos con las casas, auténticos caserones típicos de la zona, y como empezaba a llover, nos fuimos a Erraztu.

Golmajería Malkorra

Erratzu es un pueblo pequeño entre montañas. Tiene una iglesia cuyo claustro está en obras. Un puente sobre el caudaloso río Baztán. Un frontón donde los jóvenes pasan las tardes. Un parque de juegos para los más pequeños. Hay también unas cuantas casas rurales, como la Casa Etxebeltzea, donde nos alojamos. Una casa espectacular, antiguo palacete del siglo XIV, con unas habitaciones, la número 2 nos dieron, con cama de 1,80 para los adultos, 1,10 para los niños y espacio más que de sobra para poner una cuna de viaje. Fuera de la espaciosa habitación, un salón gigántesco, con paredes cubiertas de libros, y mobiliario antiguo donde pasar las horas, alejado del mundanal ruido, porque en la habitación no se oye ni un ruido. Dando un paseo por las afueras del pueblo nos encontramos un rebaño de ovejas, una manada de vacas, y caballos dormitando o mirando sorprendidos desde los prados cercanos, y al fondo las montañas verdes, envueltas en brumas, y ellas puntos blancos; caseríos inalcanzablas, suspendidos en el horizonte.

Vista de Erraztu desde la parte trasera del frontón
Erraztu rodeado de montañas

Vista de Erraztu con el río y el puente y la iglesia

Erraztu casas del pueblo

En el pueblo hay casonas tan espectaculares como esta
Erraztu casona

Erratzu y toda la zona en general cuenta con una buena infraestructura turística, de ahí que en espacio tan reducido nos encontremos con este listado de casasa rurales.

* Camping Baztan, teléfono 948 45 31 33.
* Casa Rural Etxebeltzea, teléfono 948 45 31 57.
* Casa Rural Ezpondarena, teléfono 948 45 31 88.
* Casa Rural Hualdea, teléfono 948 45 31 74.
* Casa Rural Indatxipia, teléfono 948 45 31 21.
* Casa Rural Juanillo, teléfono 948 45 33 56.
* Casa Rural Kordoa, teléfono 948 45 32 22.
* Casa Rural Marimartindenea, teléfono 948 45 31 17.
* Casa Rural Bazarabal I y II, teléfono 948 45 31 58.
* Casa Rural Dolareta, teléfono 948 45 32 69.
* Casa Rural Indakoetxea I y II, teléfono 948 45 31 03.
* Casa Rural Iztikotenea I y II, teléfono 948 45 31 09.
* Casa Rural Kastonea I y II, teléfono 948 58 13 93.
* Casa Rural Martikotenea I y II, teléfono 948 45 30 94.
* Casa Rural Senperenea, teléfono 948 45 31 58.
* Casa Rural Urrain I, teléfono 948 45 31 10.
* Casa Rural Urrain II, teléfono 948 45 31 10.

De hacer alguna visita por la zona, de los muchos lugares que había que visitar, nos decantamos por la localidad de Zugarramurudi. Allí están las cuevas, cuya visita te lleva alrededor de una hora. El sábado abrían a las 11 de la mañana y fuimos los primeros visitantes, así que cuando ya habíamos acabado la visita, era cuando llegaban el resto de visitantes. Desde el mirador, las vistas son espectaculares. En lontananza se ven los caserones de muchos pueblos, tanto españoles como franceses.
Cuevas de Zugarramurdi
Después de ver las cuevas, una buena opción es ver el Museo de las Brujas, donde ver paneles informativos, vídeos (akelarres, orígenes del la brujería), nombres y apellidos de personas acusadas de brujería, etc.
A los que somos de Logroño la placa de la foto nos resulta curiosa, pues hace menos de dos meses, hubo un hermanamiento entre nuestra ciudad y Zugarramurdi.

Hermanamiento Logroño Zugarramurdi

Caballos en Zugarramurdi
El pueblo se nota que es zona fronteriza, pues había ríadas de ciclistas y turistas franceses. De hecho el pueblo de Sare, en territorio galo, está a tiro de piedra, a 14 kilómetros. Lo mismo se puede decir de Errazturespecto de Saint-Jean-Pied-de-Port, que está a unos 28 kilómetros.

Lo que más me ha gustado sin lugar a dudas ha sido el paisaje, las montañas verdes, las ovejas pastando, los caballos, las vacas, en un escenario vegetal exuberante.