Interesante artículo aparecido en la revista Information Week en la que se habla de algunos de los planes de Google que no han salido adelante, de la forma que tienen de pensar y trabajar y de algún que otro detalle interesante.
Google tiene una gran capacidad para construir sistemas de alto rendimiento, de bajo coste y fácilmente escalables para trabajar con enormes cargas de trabajo.
Se asegura que los ingenieros de Google son entre un 50 y un 100% más efectivos que los de cualquier otra compañía web, gracias sobre todo a un repositorio de código interno. En él, se pueden localizar rutinas y librerías ya creadas para reutilizarlas. Algunas de estas librerías son compartidas de manera pública en este enlace.
Google no construye directamente sistemas informáticos, pero sí que los encarga con unas especificaciones muy concretas. La compañía californiana Rackable Systems es la encargada de compactar para Google varios servidores en un espacio realmente reducido.
«Somos muy buenos comprando ‘commodity hardware’ (PCs sencillos y baratos) y sacando de ellos el máximo partido, hasta el punto de que están tan calientes que incluso se derriten», confiesa Chris DiBona (responsable de Open Source de Google). Además se rumorea que la compañía puede haber decidido el cambio de los procesadores Intel por los AMD.
Google se llegó a plantear incluso desarrollar su propio microprocesador para optimizar aún más el rendimiento de sus servidores, pero lo desestimó por tratarse de un movimiento innecesario viendo las tendencias del mercado. «Crear tu propio microprocesador es una tarea dura y muy costosa», afirma Ürs Holzle (directivo de la compañía). «Preferimos trabajar mano a mano con los fabricantes».

Si hace unos años de chiquitín «el coco» me ponía los pelos de punta ante su inminente llegada, con unos años más, cuando estás delante de un ordenador, pocas cosas dan tanto miedo y acojonan más como los pantallazos azules de windows. Ese momento en el que ves que el ordenador no responde, y el azul corporativo de windows lo invade todo y la desazón y la angustia se extiende como la polvora por tu cuerpo incrédulo, ante lo cual sólo hay un interrogante ¿tendrá solución?, ¿habrá vida después del pantallazo azul?. Para entender lo que digo, el otro día cuando me ocurrió lo del pantallazo le eché una foto.