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En tierra de lobos (Luis García Jambrina 2013)

Luis García Jambrina
Ediciones B
208 páginas
2013

De Luis García Jambrina he leído El Manuscrito de piedra. Un libro que me gustó.

En tierra de lobos, Jambrina deja de lado la novela negra histórica, mejor dicho, se salta unos cuantos siglos, hasta quedarse anclado en mitad del siglo XX, en 1953, en este nuestro país, donde Franco y los suyos estaban en el poder, un país donde nunca moría nadie, o al menos esa era la versión oficial, versión que periódicos semanales como El Caso (fundado en 1952), que los más viejunos seguro que han tenido algún ejemplar alguna vez entre sus manos, venían a cuestionar, dando cuenta de de cuantos crímenes, sucesos, timos, etcétera, se tenían noticia en 1953 y hasta mediados de los ochenta, que desapareció el semanal.

El caso Margarita Landi

Sobre la figura emblemática de la redactora de El Caso, Margarita Landi (en la foto), Jambrina crea su personaje, Aurora Blanco, una treintañera, rubia, estilizada, glamurosa, que se camela (quizá merced a esa figura tan apetecible) a las autoridades, franqueándole estas el acceso a las cárceles, donde puede interrogar a su aire a los reos e incluso a acompañar a los policías en sus interrogatorios.

Los artículos de Aurora publicados en Crónica de sucesos, serán cada vez más conocidos por sus lectores habituales, lo que propicia, por ejemplo, que el camillero de un hospital de Salamanca le avise de la entrada en el mismo de una chica que ha sido atropellada, y presenta laceraciones por todo su cuerpo.

Cuando Aurora llega hasta allí, la chica ya no está. Aurora debe ponerse manos a la obra para descubrir dónde está la chica, por qué ha desaparecido, quién la ha hecho desaparecer, o si estaba con algún pez gordo que no quiere verse ahora relacionado con una prostituta.

Comienza ahí la investigación. Por medio, el niño de la desaparecida y luego muerta, un niño, de quien sus abuelos no quieren saber nada, primero porque se trata de un oprobio (ya saben, esos hijos frutos del pecado. Las violaciones también eran pecaminosas) y segundo porque son tan pobres que no podrían mantenerlo.

La investigación y mi lectura, avanza sin apenas sobresaltos, todo bien engarzado, fluido, anodino, con algunas páginas en blanco, lo que viene siempre bien para coger aire o mirar por la ventana, mientras se suceden los escenarios por los que transita Aurora y los días, siete en total, hasta el final de la novela.

Un buen libro (un libro imprescindible y necesario) debe sumir a lector en un estado de ansiedad, febril, casi enfermizo, y en en este sentido, Tierra de lobos, resulta una novela demasiado fría y aséptica (por muchos muertos y mucha sangre que allá por medio), muy manida en su simplona trama y nada novedoso en su puesta en escena, con un final peliculero, donde los asesinos cantan sus crímenes tan alegremente, cuando ya sabemos que la protagonista no la va a palmar.

Me temo que Jambrina quería demostrarse a sí mismo que era capaz de hacer novela negra en un marco histórico reciente y poco explotado y sale airoso, pues su novela publicada, da cuenta de ello.

Luis García Jambrina
Luis García Jambrina

Me temía que esto sería el comienzo de una saga. Leyendo una entrevista en la red, confirmo mis sospechas, y me siento defraudado, porque más allá de presentarnos en esta novela a su protagonista, a su jefe, a sus compañeros de trabajo, de dar alguna pincelada acerca de lo jodido que es trabajar como periodista con el aliento de la censura sobre el cogote, de la impunidad en la que vivían los hombres del régimen y lo mal que lo pasaban las gentes pobres y míseras que vivían en arrabales, donde la ciudad dejaba de serlo, y de resolver un caso que tiene menos carne que las nalgas de Paris Hilton, no pasan muchas más cosas y las que pasan se nos dan todas ellas mascaditas, como si fuéramos niños, en lugar de lectores de colmillos afilados, porque Jambrina se guarda todas las balas en la recámara, supongo que para sus próximas entregas (si es que esta novela tiene continuidad) y esto es una PUTADA para el lector, porque yo quería una balacera de cojones, en un mundo carcomido y pufrefacto que se cayese a pedazos, plagado de hijos de puta franquistas que merecieran morir de la manera más truculenta posible y no veo/leo nada de todo esto en esta novela, que es un ejercicio de estilo sin estilo ni mordiente.

Más que negra esta novela pertenece al género blancorroto.

Si leo novela negra, lo quiero todo negro, cuanto más negro mejor (Yes, we could). No quiero pildoritas por entregas, no, lo que quiero es una mariscada, un festín, un bacanal, ya saben….de buena literatura.

Al título En tierra de lobos, una vez leído el final, habría que añadirle «y de cobardes«.

Pues eso, unos por otros, 36 años a Régimen.

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Editorial Galaxia Gutenberg

Una pequeña historia de la filosofía (Nigel Warburton 2013)

Nigel Warburton
2013
255 páginas
Galaxia Gutenberg

Nigel Warburton (Inglaterra, 1962) nos acerca al gran público algo tan inasible e ingente como la filosofía y lo hace con un libro breve de 255 páginas (y una docena en blanco), divivido en cuarenta capítulos. La mayoría de los cuales están dedicados a un solo filósofo, otros agrupan a dos o tres filósofos, a Kant le dedica dos capítulos. Mujeres hay muy pocas en estas páginas, solo tres, Hannah Arendt, Simone De Beauvoir y Philippa Foot.

Todos los que aparecen en estas páginas están criando malvas, a excepción de Peter Singer con el que se cierra el libro. Filósofos españoles no hay ninguno.

El libro abarca los 2.400 años que los seres humanos llevamos haciéndonos preguntas de todo tipo, sobre la existencia o inexistencia de Dios, sobre la creación del mundo, acerca del modelo de sociedad más adecuado, sobre aquello que nos hace felices o desdichados, acerca de la moral, la ética, la evolución de la especies, la naturaleza humana etc.

Comienza el libro con Sócrates y su método, consistente en hacer preguntas a los demás, haciendo ver a sus interlocutores lo débil de sus afirmaciones y creencias, dado que todo es susceptible de ser cuestionado y puesto en entredicho. Luego viene su discípulo Platón, Aristóteles, los filósofos religiosos (San Agustín, Santo Tómás de Aquino), los filósofos científicos (Descartes, Pascal, Leibniz), los filósofos lingüistas (Wittgenstein), hasta llegar a la era moderna, donde la nómina de filósofos baja considerablemente (Popper, Khun, Sartre, Arendt, Turing, Singer) y donde estos se conforman con abordar algún aspecto de la realidad que les parece de interés, más que tratar de dar respuesta a las grandes preguntas de toda la vida.

Nigel Warburton
Nigel Warburton

Lo que tenemos entre manos (si decides finalmente leer este libro), es algo divulgativo y ameno, no una historia de filosofía como la de Frederick C. Copleston, reducida a minorías selectas con sobrados conocimientos de la filosofía. Warburton que también es filósofo (tiene un blog muy popular), tiene como misión acercarnos algo de la obra de esas personas amantes del saber (filósofos) que ante el mundo que les rodeaba, les dio por hacerse preguntas, empeñados incluso en darles respuestas, en formular teorías, en escribir libros, en poner algo de orden en el caos del desconocimiento.

A algunos filósofos ya los conocía, a otros muchos no, y gracias a Nigel, tengo ahora a mano a unos cuantos autores a los que seguir el rastro de ahora en adelante, filósofos que Nigel va conectando de capítulo en capítulo, dándole al libro un ritmo y continuidad que hacen de su lectura algo sumamente placentero y enriquecedor.

Bien Nigel. Lo bueno, si breve dos veces bueno y si encima es claro y sencillo, todavía mejor.

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Butcher´s Crossing (John Williams 2013)

John Williams
Editorial Lumen
2013 (publicado en 1960)
358 páginas

Bear Grylls se nos mostraba en la televisión como El último superviviente. Casi 60 años antes, Miller, uno de los protagonistas de esta intensa y muy recomendable novela, sería algo como El penúltimo superviviente.

Si el anterior y magnífico libro que leí de John Williams, Stoner, se ambientaba en el mundillo universitario (para luego disertar sobre la condición humana en todas sus vertientes), Butcher´s Crossing se centra en la naturaleza más salvaje, más desnuda.

El protagonista es Will Andrews, que allá por los años 70 del siglo XIX deja la Universidad tras licenciarse en Harvard, para vivir experiencias más intensas que las que le deparan los libros. Decide entonces irse al Oeste y conectar con su yo interior.

Tranquilos, no es este un libro de autoayuda, de esos que tratan de cambiar el mundo, como los de Andrés Pascual (nuestro escritor riojano más universal).

Will recala en Butcher´s Crossing típico poblado de un western donde hay cuatro casas, un salón-abrevadero, algún curtidor, un sastre, unas cuantas rameras, y muchos tipos sucios y mal afeitados que pasan la tarde templando el gaznate a base de alcohol y cazando.

Will cual etnógrafo quiere conocer los usos de la zona y se topa con con Miller, un cazador curtido en mil batallas que le cuenta un cuento mágico. Miller sabe de un lugar donde hay miles de bisontes, un lugar al que sólo él conoce como arribar. Un paraje que nunca ha sido hollado por el hombre.

A Will hacerse rico le da lo mismo, pues está más ávido de experiencias que de billetes, pero lo que le cuenta Miller le pone, así que decide correr con los gastos de la expedición. Al lado de Miller (el penúltimo superviviente), se situarán Schneider un alemán de profesión curtidor, que quiere hacerse con un capital y que es inaccesible como la cara norte del K2, y Charley Hoge, encargado del rancho, de montar el campamento: la intendencia en definitiva, agarrado a su Biblia y a la botella, con su único brazo bueno, pues el otro se lo amputó el frío.

Antes de dejar el pueblo, Will se queda prendado de Francine una bacante con la que no llega a acostarse pues sufre un arrebato de decencia al verla en cueros.

Una vez se ponen los cuatro en marcha, la novela deviene trepidante, un viaje apasionante, donde nuestros viajeros pasan de morir casi de sed, en busca de algún arroyo que les de la vida, a verse sepultados bajo la nieve entre montañas.

Gracias a Miller, un superviviente de tomo y lomo, para quien todo es fácil de resolver, quien nunca se pone nervioso, como si estar al límite de la existencia fuera su estado natural, el resto de los viajeros podrán salvar el pellejo porque por sí solos, no durarían allí solos, en la intemperie ni un par de días.

Miller y los suyos tienen un único objetivo: matar miles de bisontes, coger sus pieles, venderlas y hacerse ricos. ¿Lo conseguirán?. Vale la pena (mucho) leer el libro hasta el final para descubrirlo.

Si Stoner era muy introspectivo, aquí la mirada del narrador se posa más en el paisaje que rodea a sus personajes, en la naturaleza amenazante, que convierte al hombre en una marioneta a merced de la climatología adversa. Así, ya sea por la sed, el hambre, el calor o el frío, esta novela es una lucha del hombre contra los elementos, y en ocasiones contra los sentimientos, pues al contrario que Miller que ni sufre ni padece, Will sí se deja vencer por los afectos, la melancolía, la añoranza, y es capaz de salir de sí mismo para tratar de entender algo de lo que les está acaciendo en esa lección de vida.

Esta novela me ha gustado porque además de ofrecer unas páginas muy bien escritas, resulta una aventura adictiva, que transcurre a finales del siglo XIX, pero que resulta de lo más actual, pues esto de sobrevivir lo llevan haciendo los humanos incluso antes de ponerse erectos y pensar luego en mejorar sus condiciones de vida.

Si no sabéis qué libro llevaros estas vacaciones a la playa, a la montaña, al pueblo, al ambulatorio o a la cola del INEM, Butcher´s Crossing es el libro perfecto. Una lectura refrescante y vívida, como pocas.

Emmanuel Carrère

Limónov (Emmanuel Carrère 2013)

Emmanuele Carrère
Editorial Anagrama
400 páginas
2013

Poeta maldito en Ucrania y París, enculado por negrazos y amo de llaves de un multimillonario en Nueva York, eremita en la República de Altái, fundador del Partido Nacional Bolchevique en Rusia, miliciano en los Balcanes (del lado Serbio), adicto a mujeres adictas y a niñas de quince años, alcohólico, preso en la prisión Lofórtovo y en el campo de concentración de Engels, enemigo de Putin, escritor de libros de éxito, asiduo de calabozos, transgresor, etc.

No es esta una versión del tema de Sabina, “La del pirata cojo”, sino de las andanzas (no sabemos si del todo veraces o no) de Limonov, el cual sí existe.

Nada sabía la figura de Limonov hasta leer esta biografía que le escribe Emmanuele Carrère (investigando por su cuenta y tras varios días de entrevistas). Después de leerla, la sensación es parecida. Si damos por bueno, eso de “por sus obras los conoceréis”, en el caso de Limonov podemos llegar a pensar que seremos capaces de desentrañarlo, de ir al núcleo de su personalidad. Tarea nada fácil, porque Limonov tiene más caras que un icosaedro.

Su único afán es dejar huella, no ir a la fosa común de la historia sin pena ni gloria. De esta manera su meta no es otra que llamar la atención, hacerse notar, ser transgresor, alcanzar notoriedad. Y a su manera lo consigue.
Limonov quiere vivir una existencia vibrante, emocionante, intensa, apasionada y esto le acarrea toda clase de aventuras que le suceden, a menudo porque va a su encuentro de cabeza.

Limonov (Eduard Veniakov) nace en un pueblo de Ucrania, en 1943, durante la II Guerra Mundial, juguetea de niño con las letras escribiendo poemas, alguno de los cuales resultará premiado. Su padre es un carcelero, funcionario gris y anodino y su madre una mujer dominante. Limonov quiere poner tierra por medio y lo consigue.
Deja su pueblo y se traslada a Moscú, de allí a Nueva York, donde se codea con la jetset neoyorkina, trabajando como mayordomo de un ricachón.

Limonov conocerá mujeres con las que llevará el su amor apasionado al límite. Unas le dejan a otras las abandona él. Algunas mueren, como si estar con él fuera una enfermedad mortal. Limonov en su ánimo de nutrirse de experiencias de todo tipo, se acuesta con también con hombres, plasmando sus experiencias en El poeta ruso prefiere a los negrazos. Tendrá también a su lado mujeres A, galácticas (al menos físicamente), y se enamorará también de una menor. Limonov de esta manera, fiel a sí mismo, supera sus límites, cruza fronteras físicas y morales.

Limonov quiere participar en una guerra (en su libro Diario de un fracasado ya soñaba con insurrecciones violentas), la que sea y cuando acontece la de los Balcanes en los 90, deja París, donde vive y se va para Sarajevo con los Serbios a pegar tiros, a vivaquear, a convivir entre soldados o milicianos, a disfrutar de la camaradería de hombres que saben que pueden morir al día siguiente, a disparar con su metralleta sobre la ciudad y llega a entrevistarse con Radovan Karadžić, cumpliendo así su deseo de ser un hombre de acción.

Pero como es un hombre de contrastes, Limonov que ama el ruido y la furia, también necesita su momento de calma, de paz y armonía y en Asia Central encuentra su paraíso, en medio de la nada, en la república de Altái, perdido en el mundo, como un eremita. Limonov es capaz de escribir El libro de las aguas, cuya materia prima es algo tan beatífico como el agua.

Y al tiempo que se va forjando un nombre en el mundo de las letras rusas y europeas, sigue en su empeño de ser un agitador, un desestabilizador de gobiernos, de seguir peleando a la contra, de seguir tomando partido (más allá de que las causas sean nobles o no).

Limónov
Limónov

Y un buen día lo llevan a la cárcel acusado de terrorismo.

Después de tanto deambuleo, de tanto forzar la máquina corporal a tope, a Limonov le toca ver el mundo a través de los barrotes de su celda.
Allí Limonov se saca jugo a sí mismo y en lugar naufragar en su reclusión, alcanzará el nirvana. Él cree que de esa experiencia, de su reclusión forzada, puede sacar algo parecido a la felicidad y aprovecha cada minuto, nutriéndose y sacando provecho de cuanto le rodea: gente presa, para recoger sus vidas y experiencias por escrito, y llegar a sentir lo que es saberse respetado e incluso querido por criminales.

Mientras, la URSS que Limonov conoció de niño deja de serlo, se desmiembra, llega al poder Gorbachov y su Perestroika, cae el régimen comunista, Solzhenitsyn, muestra el mundo la peor cara del comunismo: los Gulag.
Yeltsin llega al gobierno, el capitalismo salvaje se impone, los oligarcas rusos se hacen multimillonarios. Hasta que las aguas vuelvan a su cauce y los Rusos llevan al poder a Putin..

El libro resulta ameno en todo momento, aunque me ha parecido que va de más a menos. Limonov no es el mismo con 20 años que con 60, donde su furia juvenil se sosiega, se templa, y la historia entonces resulta más convencional. Ojo, todo lo convencional que supone estar en una celda unos cuantos años pasada la cincuentena.

Carrère combina con acierto el artículo periodístico, la biografía, el relato de aventuras, y el ensayo histórico sobre los últimos 70 de la URSS.

Execrable o no, la vida de Limonov aunque sea una mierda (según sus propias palabras), a mí como lector me ha resultado apasionante.