No me pareció nada caro comer en Berlín. La oferta de restaurantes es inmensa. Al ladito de la pensión, según íbamos a coger el metro en Frankurter Tor, pasábamos todas las mañanas por este local de unos turcos, donde como se ve, te podías pimplar medio pollo por sólo 2 Euros. Y no eran pollos piccolinos, sino de un tamaño normal. La cerveza de trigo, que bebíamos a diario nos costaba unos 3 euros el medio litro. Más me cobran en Logroño en el Fax, cuando me tomo una Franciskaner. Comimos en restaurantes indios, chinos y thailandeses y las raciones eran generosas y rondaban los cinco euros. Luego comer y beber nos salía por menos de 10 €, algo que se me hace barato tratándose de una capital Europea y sabido los puros que te meten en ciudades como Estocolmo, Amsterdam, Roma o Barcelona si quieres comer y beber fuera de casa todos los días.
Comer en Berlín
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