Hay autores que en voces misteriosas,
estilo fanfarrón y campanudo
nos anuncian ideas portentosas;
pero suele a menudo
ser el gran parto de su pensamiento,
después de tanto ruido, sólo viento.
Ante tanto ruido, tanta cháchara y tanta pomposidad, resultan muy oportunas estas sabias palabras, a modo de moraleja, de Félix María Samaniego.