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Las llamadas de teléfono

Es curioso comprobar cómo nos cambia el rostro al hablar por teléfono, fijo o móvil. De pronto recibimos una llamada y en nuestro rostro estalla una sonrisa, una carcajada, o bien se nos nubla la mirada, los pelos se encrespan, las mandíbulas chirrían, los ojos se entornan. Según quien esté al otro lado de la línea nos mostramos afables, conciliadores, alegres o todo lo contrario,y nos expresamos entonces con monosílabos, con tono desafiante y agresivo, a la gresca, fomentando un belicismo soterrado que nos estalla entonces en la garganta.

Podemos pasar horas y horas al teléfono (enriqueciendo a las compañías teléfonicas), colgados del aparato. Lo importante es comunicarse, dicen en un anuncio. Dudo que los móviles fomenten la comunicación. Con los más próximos estamos igual de comunicados con móvil que sin él (además la presencia física es irremplazable e inigualable), y el factor social atiende a comunicarse con «los otros», con aquellos que no forman parte de nuestro mundo, del círculo de gente próxima, esas personas que conocemos en la calle, en una tienda, en un curso del INEM, en la barra del bar, en una cancha de baloncesto.

Si cuando estamos cerca de esta gente, lo hacemos parloteando a todas horas por un móvil, mandando mensajes, o afanados en lograr pasar a la siguente pantalla del juego en el que estemos afanados, este aparatito lo que logra, es aislarnos de cuanto y cuantos nos rodean.

Benedicto XVI solivianta a los Musulmanes

Antecedentes:

En una reciente visita a su natal Alemania, Benedicto XVI citó a un emperador cristiano del siglo catorce (Manuel II de Constantinopla) quien dijo que el profeta Mahoma sólo había traído violencia al mundo.

En un discurso en la Universidad de Ratisbona el pasado martes, Benedicto XVI pareció cuestionar el concepto de la yihad, o guerra santa.

Las reacciones de los musulmanes no se han hecho esperar, en número e intensidad.

El Imán de la mezquita cairota de El Azahar, principal autoridad de la rama suní, ha dicho: «Las declaraciones del Papa revelan una profunda ignorancia del Islam y encolerizan a los 1.300 millones de musulmanes del mundo».

-El Parlamento egipcio ha pedido a Benedicto XVI que pida perdón por sus «frases hostiles hacia el islam».

-El ministro de Exteriores Egipcio, Ahmed Abul Gheit, fue aún más duro, afirmando que «estas declaraciones lo único que hacen es reforzar las llamadas a una guerra de civilizaciones». Según el portavoz del ministro iraní de Asuntos Exteriores, Mohamed Ali Hosseini, las palabras del Papa tienen su origen en «su opinión política» y son «contrarias a su estatus como líder de una de las confesiones divinas del mundo».

Está visto que los Musulmanes están a la que saltan. Alardean a los cuatro vientos, que su religión es pacífica, en las antípodas de cualquier clase de belicismo. Una religión que pregona el amor y el entendimiento entre todos los hermanos, y todo eso se demuestra que es una farsa.
Alguien hace unos dibujos mofándose de Mahoma y se prepara la de Diós (el nuestro). Ahora el Papa dice algo en lo que no le falta razón, y ¿cual es la reacción por parte de los musulmanes?: Calma, tranquilidad, compresión, entendimiento, sosiego. No, todo lo contrario. Por lo pronto dos iglesias fueron atacadas esta mañana en la localidad cisjordana de Nablús con bombas incendiarias. Un grupo que se autodenominó como los ‘Leones del Monoteísmo’reivindicó los ataques y aseguró que lo hizo en protesta por los comentarios del Papa Benedicto XVI sobre el Islam. Las bombas dejaron marcas negras en las paredes y en las ventanas de las iglesias, una católica y otra anglicana, ambas en la misma localidad.

El Corán instruye a los musulmanes en el respeto a las otras religiones, porque: «No cabe coacción en religión» (2:256).)

Una conocida ilustración de la centralidad de la «paz» se refleja en el saludo diario de los musulmanes: «Salam aleikum«, que significa: «La paz sea contigo». Y que se deriva del Corán: «y su saludo allí será: ¡Paz!?» (10:10). En el paraíso descrito por el Islam, no se oirá otra palabra más que «paz». Como dice el Corán, «no oirán allí vaniloquio ni incitación al pecado, sino una palabra: ¡Paz! ¡Paz!» (56:25,26). También, los nombres de Dios: «morada de la paz», «Dios invita a la morada de la paz» (10:25). Un apoyo adicional a esta idea se expresa en este versículo: «Los siervos del Compasivo son los que van por la tierra humildemente y que, cuando los ignorantes les dirigen la palabra, dicen: ¡Paz!» (25:63). Dios también ordenó a los musulmanes que buscaran la paz con sus enemigos: «Si, al contrario, se inclinan hacia la paz, ¡inclínate tú también hacia ella! ¡Y confía en Dios!» (8:61).

A ver si estas bonitas palabras se transforman en actos.

Películas españolas a los oscar 2007

Ayer la presidenta de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, Mercedes Sampietro, hizo públicas las 3 películas españolas candidatas a representar a nuestro país en la lucha por los Oscar 2007.

Las seleccionadas han sido:

Volver, de Pedro Almodóvar
Alatriste, de Agustín Díaz Yanes
Salvador, de Manuel Huerga

El próximo día 28 de Septiembre se conocerá cual de estas películas será la enviada por España para competir por el Oscar a la Mejor Película de Habla No Inglesa.

Volver de Almodovar era de cajón que iba a ir. En cuanto a Alatriste, no creo que haya sido una buena idea. Sabemos que ha sido la película española más cara, y que las críticas han sido malas. La película no ha gustado.

De Salvador, lo único que sé es que la semana pasada con el periódico El País, regalaban un cd, dónde vendrá el trailer. No lo sé porque no lo he mirado. La película se estrenaba ayer.

Lo que nos cuesta la Corona a los Españoles

Según los Presupuestos Generales del Estado (España) para el año 2006 y atendiendo a lo que la constitución establece en su Artículo 65.2 :

El Rey recibe de los Presupuestos del Estado una cantidad global para el sostenimiento de su Familia y Casa, y distribuye libremente la misma: Pues bien agarrénse bien.

La Casa Real recibirá 8,05 millones de euros de los Presupuestos Generales del Estado (PGE).

La partida comprende los sueldos de la familia real y de sus asistentes (cerca de 100 funcionarios), y el gasto de mantenimiento de los 70 vehículos de La Zarzuela. La Administración paga también, fuera de esa cantidad, la seguridad, los viajes, la puesta a punto del yate “Fortuna” y el mantenimiento de las residencias reales, incluida luz y agua.

Una cantidad que resulta a todas luces desorbitada. ¿Acaso esta gente de sangre azul, son incapaces de trabajar y ganarse el pan como todos?. Ya que estudian en los mejores colegios nacionales y extranjeros, tienen miles de masters, practican vela y equitación, podían invertir algún esfuerzo en alguna actividad que les generase unos ingresos, para de este modo, no tener que darles el Estado (a través del bolsillo de los ciudadanos), 8 millones de euros, o lo que es lo mismo, mil trescientos millones de pesetas de las de antes.