La Primavera ha venido, nadie sabe como ha sido

PrimaveraHay que tener alma de poeta para expresar con un simple pareado tanto como el que titula este post.

Yo, con mi facha más mundana, me he levantado esta mañana y he visto un sol radiante por la ventana. Me he puesto el chandal y me he bajado a la calle a comprar el periódico y el pan. Entre los comentarios de las gentes de esta España dominguera, cosas de actualidad, que si vaya con el Barça, que si viste ayer el eclipse de luna

Pero entonces un hombre, al ir a despedirse, ha soltado como si nada un: «Hasta luego, y feliz primavera a todos«.

«Hay me han dao«.

Pues sí, la primavera ya ha llegado y al parecer para instalarse ya entre nosotros, aunque astronómicamente hablando, aun quedan unas semanas y algo menos en lo referente a lo económico, que ya se sabe, que ahí es El Corte Inglés el que marca tendencia.

El diablo viste de prada crítica película

El diablo viste de prada cartel película Tiene cierta gracia esta comedia centrada en el glamouroso mundo de la moda. Entre sus alicientes ver a Meryl Streepen una comedia, si bien, ella que interpreta a Miranda, la directora de una afamada publicación de moda, a la que todos temen, por su carácter árido y desabrido, nada tiene de cómico. A la revista llega una chica licencia en periodismo, que pasa olímpicamente del mundillo de la moda, pero que tiene la inmensa fortuna de trabajar como segunda adjunta de Miranda.

El camino a recorrer es arduo, duro, no exento de socavones y ofensas, en un entorno hostil e inhóspito en el que Andrea se tiene que armar de paciencia para no hundirse y sacar la cabeza a flote, aguantando la presión y los malas maneras de Miranda, de cuya boca nunca salen palabras de reconocimiento. El diablo viste de prada es una comedia que peca de ñoña, con un humor bienientencionado y amoroso, indoloro, en las que los desplantes de Miranda no consiguen hacérnosla ver como una mujer odiosa y aborrecible, pues al final de la cinta tenemos ocasión de comprobar que los poderosos también lloran, y que bajo esa capa de hormigón hay un corazón que sufre y late, como el de los demás.

La elección de Anne Hathaway como Andrea es todo un acierto, pues esta chica a la que algunas voces ven como la sucesora de Julia Roberts, le da a su papel la ternura y candidez necesaria, para algodonar más la trama. El «happy end» moralizante en el que finalmente Andrea abre los ojos, y retoma su vida anterior, junto a sus amigos y su novio, es la guinda de este pastel azucarado no apto para hiperglucémicos. No creo que Meryl Streep se lleve su tercer Oscar por este papel. Prefiero a Kate Winslet en Juegos Secretos.