Primeras voluntades (José María Micó)

En la ciudad del medio del camino
ya nada mueve el sol y las estrellas.
Tú que poblaste, solo, estas esquinas,
tú que viviste aquí como vivieron
la peste negra y el amor sin mancha,
el fiero jabalí y el león sedente,
vuelves a un suelo que jamás fue tuyo.
Entras en el lugar como otras veces
y preparas de nuevo el fugitivo
y propicio consuelo que te aguarda
en la posteridad del alimento.
Subes una vez más a San Miniato.
La luz se descompone en su fachada
y pides la limosna de un recuerdo,
algo sólido y breve que desmienta
tu triste condición de caminante.

Acantilado. Primeras voluntades. 2020

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Qué haces en esta ciudad (Verónica Nieto)

El título de la última novela de Verónica Nieto, Qué haces en esta ciudad, forma parte del texto La universidad desconocida de Roberto Bolaño (Arcano VII, El carro: Aquel que consigue lo que se ha propuesto. Triunfo de la unión entre el espíritu y la materia. La acción ha llegado a la conquista).

El espíritu de Bolaño alienta a muchos escritores que como Verónica tratan de hacerse un hueco en esto de la literatura. La autora, nacida en Argentina (Córdoba) y afincada en Barcelona plantea una trama esperpéntica que gana en complejidad a medida que la narración se adentra en lo metaliterario.

Algunos protagonistas son latinoamericanos ubicados en Barcelona. Aquí más que desarraigo lo que hay es un espíritu trotamundos, ya que lo que la novela plantea, haciendo gala del humor, la ironía y la sátira es que hay que difuminar las fronteras, no solo físicas, sino también corporales, tal que la nacionalidad, la patria, el color de la piel buscara el mestizaje, la unión de los pueblos y las gentes. Esa quimera. Se dan ejemplos en la novela de que hoy lo que prima es levantar muros, fomentar las nacionalidades, siempre excluyentes.

Enrique, de origen argentino, tiene intención de escribir sobre su situación migrante; vive junto a Silvina, embarazada, la cual se gana el pan como fotógrafa. A Enrique se le ocurre la idea de escribir el Tarot del novelista moderno español, con 21 cartas, 21 arcanos, cada uno representado por un escritor: La templanza (César Aira), El colgado (Juan Filloy), El enamorado (Julio Cortázar), El emperador (Mario Vargas Llosa), El diablo (Enrique Vila-Matas), etc.
Un Tarot que es a su vez un microensayo sobre el lenguaje y el estilo literario, y las categorías: Futuro éxito, Inconsciente y Presente o fracaso. Aquello que media entre lo que el escritor anhela y sueña escribir y lo que realmente es capaz de escribir. Otra cosa distinta es ya lo que le llega al lector. Al cual se le envía también algún recadito: Pero no todo el que lee es «el lector». Esta intuición…se tiene o no se tiene.

Auxiliando a Enrique está Ramón, profesor de filosofía en un instituto, hermano de Mariana, al frente ésta de una clínica de reproducción, que hace uso del esperma filial habida cuenta de su fertilidad desmedida y desconocida para este Min catalán.

En el texto se introducen otras piezas ensayísticas, como los Apuntes del petit novelista, escritor que Ramón frecuentó hasta que el susodicho se vio abocado a entrar en un psiquiátrico. Apuntes que recurren a los fractales, los hilos de una trenza, la escultura y la técnica del vaciado, entre otros, para relacionar todo lo anterior con el ejercicio de la escritura.

Enrique entablará relación con Adriana una uruguaya residente también en Barcelona, ocupada en un locutorio. Ambos vivirán unas situaciones calamitosas cuando decidan acceder a los planes de Jaume, el benefactor, al frente de la sociedad de Amigos del extranjero, que entre sus acciones incluye apadrinar a un escritor extranjero, becándolo. A través de ellos la novela incide (en carne propia y por relatos ajenos) en la problemática más sangrante de los migrantes: la trata de blancas, la explotación sexual, los abortos, la fosa común del Mediterráneo, los Cíes, las detenciones sin sentido, etc.

Buscando cierta circularidad la novela devolverá a dos de sus protagonistas al origen, a Latinoamérica (y allá la revolución, el agitamiento popular, el Big data, la paranoia, los porros y finalmente la desidia como entropía existencial), e incluso alguno más que decidirá dejar Barcelona asediado por la justicia y buscarse un porvenir en Montevideo, por ejemplo.

La novela presenta otros hilos narrativos y digresiones que se convierten en microrrelatos dentro de la novela, como la divertida historia de Wolf Messing, o la historia referida por un feto sobre un antepasado que conoció a una extraterrestre y de ahí brotará un relato genesiaco. O Cheikh un mantero negro al que Mariana tratará de ayudar y de ayudarse, entre revolcón y revolcón, puliendo con la lengua cualquier orificio que sus cuerpos ofrecen a las lenguas curiosas, empleando a este para su planes de fertilidad, pero pensando ella a gran escala, en un mestizaje global, cuya primera piedra o semilla vendría de la mano del miembro, de Cheikh.

En resumen, muchos temas en el texto, una estructura que trasciende lo novelesco, el humor como columna vertebral, la denuncia social (del hedonismo complaciente europeo, de la asunción del extranjero…) a través del esperpento y la concepción de la literatura como un juego, lo cual no habría de restarle un ápice de seriedad al asunto.

Ahora la pregunta que me formulo es en qué arcano iría Verónica ¿Una tierra de nadie entre Pizarnik y Bolaño?.

RIL editores. 2019. 224 páginas

2020 (Javier Moreno)

Javier Moreno 2020 Portada Libro Lengua de Trapo
Javier Moreno
Lengua de Trapo
2013
264 páginas

Qué mejor manera de empezar el año -en un alarde de originalidad sin precedentes- que recuperando la reseña de la novela 2020 de Javier Moreno que escribí en 2013.

Hay quien no lee libros. Hay quien se los descarga. Hay quien los coge en la biblioteca. Hay quien los coge en la biblioteca y una vez mediada su lectura, reemplaza el alquiler temporal (y gratuito) por la compra onerosa y definitiva. Esto es lo que me ha sucedido con 2020, la última novela del murciano Javier Moreno (Click).

Uno lee la sinopsis y piensa que la novela tiene buena pinta, tanto como la portada del libro, un fondo todo negro, con el nombre y apellido del autor y el título en blanco, junto a la editorial que lo publica. Luego lo lees y resulta que como sucede en los libros de Rafael Reig que tienen a Carlos Clot como protagonista, la resolución de los casos es lo de menos. Lo relevante es el contexto, lo accesorio, lo periférico. Lo importante es el medio, el durante, el todavía, no el final.

Así se toma Javier Moreno esta novela. Sobre esa realidad, un futuro a corto plazo, el año 2020, donde los Casinos de Eurovegas ya han sido inaugurados, donde la crisis ha obligado a unos cuantos naúfragos del tsunami financiero en particular y de La Crisis en general, a morar en las entrañas de unos aviones abandonados en la T4, emplaza el autor a sus personajes: Bruno Gowan un alto cargo de una multinacional que desaparece sin dejar rastro. A su vera su escudero Nabil. En su búsqueda su hija Josefina y la mujer de Gowan, al mando de la investigación Lázaro. Carlos creando productos financieros, creando realidad. Jorge saciando su sed láctica en los regazos de mujeres estrenadas como madres.

Estas pinceladas conforman la sinopsis que permite escribir algo en la contraportada del libro y no dejar ese espacio en blanco, pero el libro es más, mucho más.

Si en Click los devaneos filosófico-científicos que se traía el autor, daban como resultado una novela descompensada, que atesoraba no obstante, unos cuantos fogonazos de chisporreante literatura, en 2020, si el planteamiento narrativo es similar (Moreno tiene en su haber, entre otras, formación matemática, y eso aflora en sus libros, de ahí la terminología y metáforas científicas empleadas o la cita con la que abre el libro acerca de la fórmula matemática de unos Derivados Exóticos), y Javier Moreno escribe como Javier Moreno, porque no puedo negar que no he leído antes a nadie como él, ya que se copia a sí mismo para ser único y sus influencias, que las tendrá, se alimentan en su interior como un circuito cerrado, todo esto opera en un dirección: asistir y relamerse uno con la lectura de una novela hipnótica. Leo a Javier Moreno y me parece estar viendo una película de Sorrentino (Le conseguenze dell´amore, similar no por el contenido sino por ese estado de hipnosis que genera).

Y allí donde uno leería y releería lo mismo de siempre en novelas clonadas, empapadas del mismo espíritu, lenguaje, planteamientos y objetivos, Javier no nos pasea por caminos trillados, no, porque Javier vuela por encima de todo eso, para llevarnos en volandas y asistir a la realidad (o a la copia de la misma) desde otro punto de vista, retorciendo el lenguaje hasta hacer de la sintaxis un proceso alquímico, para luego admirar y reconocer la creatividad del autor, capaz de meter tanta tralla científica, filosófica y sociológica dentro de un producto realista a la par que futurista, sin que se resientan las costuras.

Hay también humor en la novela. Humor sutil y absurdo que aboca a la carcajada, al estremecimiento, y un buen puñado de reflexiones que bien vale releer, comentarios jocosos, fina ironía, asunción de la esterilidad, frivolidad y fatuidad de la literatura, la introducción del propio autor en la novela para brindarnos, entre otras tantas, unas páginas impagables sobre el ejercicio de la docencia (imposible con estos políticos indecentes). Y ahí estará también Vila-Matas y su maestro Walser y la Estantería Literaria aunando vacío e inutilidad y los omnipresentes Chinos, los productos financieros tóxicos, el capitalismo salvaje, la mediocridad ibérica, la idoicia generalizada, los discursos mesiánicos, los Indignados como manifestación informe, etc…

«España se había convertido en un marasmo de seres desnortados que salían despedidos centrífugamente de los lugares que habían constituido el cobijo de sus cuerpos y almas. España era un país donde los jóvenes emigraban en busca de trabajo y en el que los ancianos se aferraban como aves de presa a la carnaza de sus pensiones. España era la sala de fiestas donde unos pocos seguían bebiendo mientras el resto debían contenerse con las sobras aguadas de las copas. Y en medio del desastre la vida continuaba. Es entonces cuando uno aprende que la vida necesita más bien poca cosa , que existe un núcleo adaptativo asombroso en el ser humano que desconoce el lenguaje de la cultura y de la ética, un disco de arranque jurásico que nos acerca al réptil, pero que al mismo tiempo nos pone en contacto continuo con la excepción y la maravilla (pag 212)«.