
Quizá sea que los servicios de recogida se han dado un respiro con las fiestas de San Bernabé, o bien que con las fiestas, se consume más de la cuenta y acumulamos más basuras. Este aspecto mostraba un contenedor en la Avenida Gonzalo de Berceo. Los del mercado de El Pescador, que hay ahí mismo tiran todos los desperdicios tal como van, en cajas de pecado hediondos, sin meterlos en bolsas de plástico bien cerradas, como deberían ir. Somos así de limpios. Así luego en los meses de verano hay una peste que no hay quien pare.