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El mar indemostrable (Ce Santiago)

Sentado en el escritorio, girando la cabeza, mi mirada se propulsiona a través del cristal hasta dar con una formación geológica con forma de león dormido, quizás el mismo al que hace mención el autor de la novela, Ce Santiago, traductor que no debuta como escritor (todo traductor es escritor) con esta novela, traductor de obras como Los terrenautas, lectura que estoy practicando simultáneamente a esta, doblete que atienda quizás a que algunos tenemos Ce en la escritura, aliterando lo que cantan los Viva Suecia, y es posible la simpleza en el nombrar, pero no es menos cierto lo que decía Linneo, que si ignoras el nombre de las cosas, desaparece también lo que sabes de ellas, por eso hay que nombrar, etiquetar la realidad, aprehenderla a través de palabras, destazarla y describir como hace Ce, con palabras que son relato y ensayo, sobre la metafísica del mar y la relación con los hombres que en ella viven, relación estrecha, obsesiva, transformadora, tanto que para algunos ya da igual estar en el mar que no, cuando el mar ya está dentro de ellos, como le sucede a uno de los personajes, un tipo despreciable, bajo esa filosofía de que la letra con sangre entra o lo que viene a ser lo mismo que la vida con sangre entra (y sale), y así endurecer atormentando a su retoño, ningunear despreciando a su mujer, ajusticiar perros, aniquilar todo a su paso, flotando en el mar muerto de su propio ser, como escribiera aquel luso nada iluso, y el mar indemostrable es aquí flujo y reflujo, e intermitentemente influjo, es prosa nudosa y descoyuntada, para que el lector complete los huecos, encuentre acomodo en los espacios en blanco, tome conciencia del aliento de la nada que bate contra nuestro casco, varados en el ahora incierto y quién sabe si a(b)negados de futuro, oponer no obstante la escritura al silencio con urdimbre de palabras animosas, sugerentes, que dejan su estela sobre el papel, y pienso que vengan a cubierta libros aunque «obra muerta» sea, que en este caso no lo es, en absoluto.

La Navaja Suiza. 2020. 130 páginas

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