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Paco Loco 2. Cómo llevar un estudio de grabación y no morir en el intento

Paco Loco 2. Cómo llevar un estudio de grabación y no morir en el intento.
Hurtado & Ortega
Año de publicación: 2020
238 páginas

Llegué a Paco Loco 2, a lo loco, sin haber leído Paco Loco 1. Pero según me hicieron saber eran libros independientes, incluso indies. Paco Loco es un productor musical con varios miles de discos producidos a sus espaldas, o a sus falanges o pabellones auditivos. Pienso en la escritura como una producción de uno mismo, incluso una reproducción del ser, bajo la divisa, aquí, de “ahora hablaré de mí”, o mejor, de mis cacharritos musicales, porque Paco Loco tiene cuerda(s) para rato, de guitarra, bajos, ukeleles, de árpa(ranos, Señor)s…. Y nos habla de baterías, samplers, micrófonos, plugins, teclados, mesas de mezclas. Y a todo aquel a quien le pirren todos estos artilugios y conozca este mundillo será feliz leyendo estas páginas. A los que vivimos a todo esto, como es mi caso, te abre los ojos a un realidad, a la que no prestas atención cuando pones un cedé, un casette, o un vinilo (Dios que viejuno soy) y escuchas las letras y la música, es decir su reproducción, en un formato u otro, pero sin parar mientes en su “producción”.

Más allá de esto, lo mejor que hay en libro es el humor que se gasta Paco Loco, haciendo juegos de palabras en todo momento, refiriendo anécdotas descacharrantes, a cuenta de la producción de algunos de sus discos, y cediendo la palabra a los propios producidos, como Bunbury, Antonio Luque (antes de dedicarse en cuerpo y alma a la música, andaba con las manos en la masa, la del bollycao, para más señas) o Antonio Martí, aunque esto me suena a la canción de Turnedó (El doctor me recomienda/ Que no me quite mi abrigo/ Que no esté ya más contigo/ Y yo no puedo negarme, pues/ El tipo soy yo mismo). Paco Loco, Juan Palomo, tocando todos los palos y las letras.

El libro toma una deriva distópica. Paco Loco está en Nueva York. Año 2048 y va hasta 2020 para referir el final de la industria discográfica, los manager, los productores, los sellos musicales, ante una tecnología que permite en el futuro hacer realidad cualquier fantasía musical, pero que al fin y a la postre hacía sonar a todos los grupos más o menos igual. Entre medias, en esos años de las primeras décadas del siglo XXI, un asesino en serio, aplicado en su quehacer iba ultimando de las maneras más truculentas, propias del noir escandinavo, a los máximos exponentes de la industria, toda vez que los sellos (los discográficos también) eran ya una reliquia, con un pelotón de devotos que iba derramando hacia atrás, hasta su extinción.

Paco Loco dispara su cerebro, como Spiderman con su tela de araña, en todas las direcciones. Y muestra su faceta más lírica, haiku mediante (5 7 5).

Para distorsión
Mis huevos en erupción
Masterízalo

El texto incluye textos de mujeres, ingenieras de sonido, en la industria del sonido, un fanzine y algunas fotos en color, como la que antecede al Índice, que hay que desplegar para darte de bruces con la chorra de Paco Loco, Meñique almendrado más pequeño que un testículo. En resumen, un libro raro, raro, raro de cojones. E igual de hilarante. Aquí quedan mis notas a su lectura.
Estos de H & O me están permitiendo leer estos últimos años cosas tan rarunas como interesantes. Brindemos por ello.

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