Leer sin prisas

Horizontes librescos lejanos

Para leer hacen falta ganas y mucho tiempo, si queremos llevar a cabo proyectos librescos de gran envergadura. Hace tiempo que quiero leer obras como Las mil y unas noches (3424 páginas), la biografía de Dostoievski a cargo de Joseph Frank (2917 páginas), Historia de mi vida de Casanova (5230 páginas), Decadencia y caída del Imperio romano (4782 páginas) de Gibbon (las tres publicadas en Atalanta), las Novelas ejemplares de Cervantes, La comedia humana de Balzac (esperaré a tenerla publicada en su totalidad por Hermida editores), Los episodios nacionales de Galdós (46 libros) y cómo no, En busca del tiempo perdido, pues cuando lo intenté en su día me extravié por el Camino de Swann y ahí sigo perdido, y finalmente otros libros que sin ser tan extensos como los anteriores también andan ahí rondándome: El hombre sin atributos de Musil (1560 páginas), Guerra y Paz (1840 páginas) y Los Demonios (1664 páginas) de Heimito von Doderer.
Veremos si cuando tenga tiempo en abundancia, puedo darme y entregarme a la lectura de estas obras con la tranquilidad, de Trapiello por ejemplo, acometiendo la lectura de los episodios de Galdós tal como refiere aquí.

5 pensamientos en “Horizontes librescos lejanos

  1. Francisco H. González

    Jesús, ya, emprender ciertas lecturas, solo de pensarlo ya nos fatigan y es bien cierto que hay obras más cortas, ya sean cuentos, nouvelles o relatos que son una maravilla. ¿Algunas sugerencias al respecto?.

  2. El infierno de Barbusse

    Pues los últimos que estoy leyendo son de Robert Aickman, “Cuentos de lo extraño” y “Las casas de los rusos”. Espléndidos.

    Y unas nouvelles de gran calidad de José Bianco, “Sombras suele vestir” y “Las ratas”.

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