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Flora martínez la actriz colombiana de Rosario Tijeras

Flora Martinez actriz de Rosario TijerasFlora Martínez se inició en el colegio desde muy niña con el teatro, siempre amó las tablas, y su debut fue a los 5 años con la obra “El pedido de mano” de Anton Chejov.
Nació en Montreal, Canadá, pero desde muy pequeña lleguó a Colombia. De ahí que hable tres idiomas con el francés, sobre todo inglés y español a la perfección. De los 9 a los 14 vivió en Estados Unidos. Trabajó en varios productos televisivos en Colombia: Mambo, Leche, Maria Bonita, La otra mitad del sol, Divorciada.

Con Luis Ospina ganó el primer premio como mejor actriz en el Festival de Biarritz en Francia con el filme “Soplo de Vida”. En el 2000 tiene una breve aparición en Prueba de vida, en 2002 interviene en I´m with Lucy.

Según dijo la actriz colombiana en una entrevista, allá por el año 2003 estaba por dejar la interpretación, cuando cayó en sus manos, la posibilidad de hacer «Rosario Tijeras«, todo un acontecimiento en Flora Martínez y Nancho Novo en Todos amamos a Gloria ColeColombia. Una película excelente, donde lo mejor sin lugar a dudas, es la poderosa interpretación de Flora Martínez, una chica muy sensual que sabe actuar, como lo demuestra con creces en la película, la cual fue nominada a los Goya, como mejor película extranjera de habla hispana.

Una actriz a la que hay que seguirle la pista. Tiene pendiente de estreno Todos amamos a Gloria Cole de Manuel Lombardero, que dirige su segunda película tras “En brazos de la mujer madura” sobre un grupo de jóvenes que trata de cumplir al menos alguno de sus sueños. En el reparto están José Coronado, Nancho Novo, Ruben Ochandiano, Andres Gertrúdix…

Volver crítica de la película de Almodóvar

Es muy posible que volvamos de los Estados Unidos con una estatuilla bajo el sobaco, sino más, gracias a Volver. El Oscar a la mejor película de habla no inglesa es muy probable que se lo den y se barajan también otros: Mejor director para Almodóvar y mejor actriz para Penélope Cruz. La campaña publicitaria iniciada en los Estados Unidos está siendo generosa tanto en esfuerzos personales como económicos y ya se sabe que en el cine vale tanto la promoción como la calidad intrínseca del producto que se quiere vender.

En cuanto a la película que nos ocupa, Volver, Almodóvar transita caminos ya recorridos anteriormente en su filmografía. Ahora bien, la escena en la que vemos a Raimunda viviendo junto a su marido y a su hija, presume un cambio en la trayectoria de Almodóvar. Por fin tenemos la posibilidad de ver una familia estructurada y convencional, de las de toda la vida, formada por una padre, una madre y una hija. Es un mero espejismo, pues como no podía ser de otro modo, el padrastro pretende abusar de su hijastra, y de esta guisa el único hombre que aparece en la película es asesinado por su hija en la cocina. Raimunda «cum laude » en abusos sexuales generacionales», con rauda resolución toma las riendas de la situación y ubica a su difunto marido en un arcón congelador de un restaurante próximo del que Raimuinda tiene las llaves. ¿Rocambolesco, verdad?. Sigue leyendo

El Cine Gore

Super VixensEl vocablo inglés «gore» significa en español «sangre«. De ningún modo se puede definir mejor este género, en el que lo importante es mostrar el mayor número de mutilaciones, tripas y litros de sangre. Por supuesto, no siempre se limita a esto, y si bien muchas películas muestran la sangre como único reclamo, otras han usado el gore como vehículo de expresión artística, de crítica social, de elemento terrorífico, o incluso como elemento principal de las más hilarantes comedias. Para entender como se origina el gore, debemos remontarnos a mediados de los años 40 en los EEUU. Las grandes compañías cinematográficas habían formado lo que se conoce como el «Studio System», con el que controlaban todos los aspectos relacionados con el cine: producción, distribución y exhibición. Ni que decir tiene que sin la existencia del mercado del vídeo o la televisión por cable, no había sitio para ninguna producción independiente. En 1949, la Corte Suprema declara que los estudios están realizando prácticas monopólicas con este sistema, y les fuerza a renunciar al control de los cines.

Eso lleva a las compañías a cambiar su estrategia. Ahora debe competir para colocar sus películas en las salas, por lo que se centran en las grandes producciones, abandonando la producción de serie B. Este es en un principio el mercado que persiguen las producciones independientes. Lo facilita el reconocimiento de la libertad de expresión en las películas, que la misma Corte Suprema ratifica en 1952. Se dejan atrás fuertes censuras, lo cual es la punta de lanza del inicio de los nudies, films cuyo atractivo era la muestra de piel femenina, cuyo primer ejemplo fue The Immoral Mr. Teas (1959), dirigido por Russ Meyer, que recaudó la entonces sorprendente cifra de 1 millón de dólares. Cuando el género se satura, hay que buscar un nuevo reclamo. La pareja productor/director formada por David F. Friedman y Herschell Gordon Lewis lo encuentra en la sangre: crean Blood Feast en 1963, iniciando todo un género. Tras el éxito, la pareja no tarda en repetir la experiencia con 2000 Maníacos (1964) o Color Me Blood Red (1965).

Waters MeyerPor supuesto, al igual que en los nudies, muchos otros se subieron al carro, entre los que destacan Andy MilliganThe Ghastly Ones (1968), Bloodthirsty Butchers (1970)- o Ted V. Mikelsthe Astro Zombies (1967), the Corpse Grinders (1972)-. También al igual que los nudies, el gore (o splatter, como se prefiera) se agota, consumido por la saturación de títulos. Es el momento de una nueva generación, que toma el gore no como un fin sino como un medio, una herramienta que sirva al objetivo de sus films, ya sea el terror, la parodia o la crítica. Tal es el caso de George A. Romero y su film de 1968 la Noche de los Muertos Vivientes (donde el gore tiene una presencia más implícita), John WatersMultiple Maniacs (1970); Cosa de Hembras (1974)-, o Tobe Hooper, quien firma en 1974 la Matanza de Texas. Otros incluían el gore dentro de sus mundos de ficción, como Russ Meyer en Supervixens.

Tanto la Noche de los Muertos Vivientes como la Matanza de Texas suponen un giro radical del cine gore. En principio, su éxito supone el inicio de la atención de las grandes compañías sobre el género, comenzando un proceso de absorción y uso de la sangre en las grandes producciones (El primer gran ejemplo había sido la Hammer Films, en cuyos films vampíricos la sangre tenía su papel terrorífico y erótico a la vez). Por otro lado, la atmósfera malsana, cruda, inquietante y asfixiante demuestra que el gore no tiene forzosamente que ser explícito, como había sido hasta el momento (Ni la Noche… ni la Matanza… abusan en ningún momento de la sangre). En tercer lugar, el género comienza a mostrar el desencanto de esa nueva generación con la sociedad en la que viven, y/o la parte más oscura de ésta.
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Psicópatas y Asesinos en el Cine

Poco se podría imaginar Alfred Hitchcock al estrenar Psicosis que el rocambolesco final de la historia, parecido a los de algunas pulp fictions y series B de la época y vagamente inspirado en la triste y macabra historia real del psicópata norteamericano Ed Gein, iba a destapar una caja de Pandora de la que cuarenta años más tarde seguirían saliendo asesinos perturbados. Si en la primera mitad del siglo XX los monstruos de origen literario como Drácula y Frankenstein reinaron en el cine de terror, la segunda mitad les pertenece a los serial killers.

El psicópata entra en escena en Psicosis como asesino sexualmente enfermo que mata a sus objetos de deseo, generalmente mujeres. En los años 70, su móvil se vuelve más enigmático y elige como víctimas a los jóvenes de ambos sexos, que son a la vez los destinatarios preferentes de estas películas. Es curioso el giro que se da en la década siguiente: con la vuelta a los valores conservadores y la importancia que vuelve a cobrar la vida familiar en la sociedad norteamericana de los 80, irrumpen muchos psicóticos cuya intención es la de perturbar confortables hogares; los carteles de estas películas suelen consistir en fotos de familia desgarradas. En los años 90, con muchos de los títulos antiguos convertidos ya en clásicos o en películas de culto, hay una auténtica explosión del tópico del serial killer: tanto del asesino de móvil sexual, incluyendo un auge del thriller erótico, como del que se propone destruir las familias, como del que mata adolescentes; el interés es tal que surge un cuarto grupo de films que, a diferencia de los otros, apenas se ocupan de las víctimas y analizan más al propio asesino.

La selección de películas que adornan este repaso de la historia de todo un subgénero es tan discutible como lo hubiera sido cualquier otra; los quince títulos escogidos se caracterizan o bien por su alta calidad, o bien por haber introducido nuevos elementos en el universo de los psycho-killers, o bien por haberles dado la vuelta a los elementos que ya había; casi todos cumplen con los tres requisitos.

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