Berlín recuerdos de un viaje

Con Berlín me he llevado una grata sorpresa. Me llaman más países como Francia o Italia, pero por casualidades de la vida, aprovechando que tenía una boda en Alemania y que me cuadraron muchas cosas me fue posible ir a Berlín a pasar cuatro días. El alojamiento, Junker´s hotel estaba en la calle Grünberger, una zona muy animada, donde hay muchos bares y restaurantes.

La parada de metro más próxima es la Frankfurter Tor. En cuatro paradas te deja en la Alexander Platz. Moverse por Berlín en metro es cómodo y rápido. Si sacas la Welcome berlin card te puedes mover 72 horas por las tres zonas. Si vas a ir al aeropuerto de Schönefeld debes sacarte también la zona C, además de la a y la b.

A Berlín llegamos en coche, después de recorrernos media Alemania, desde Frankfurt Hahn. Vi muchísima masa forestal, hasta la misma entrada a Berlín con infinidad de pinos a los dos lados de la autovía. El coche era de alquiler y lo tuvimos que dejar en donde Cristo dio las tres voces y volver andando hasta la pensión. Luego nos fuimos hacia la Alexander Platz andando por la Karl-Marx Alle y el paseo fue muy sugerente. A ambos lados había grandes edificios, idénticos. Era tal su tamaño y su impersonalidad que te hacían sentir muy poca cosa, pero supongo que esa era la idea de esas avenidas comunistas, majestuosas y espaciosas, con todos los edificos parejos. Había muchas zonas iluminadas con pocas farolas que dejaban zonas sombrías, que hacía que andar a esas horas de la noche diera cierto cangüelo, pero no pasó nada, salvo una chica que a la altura de la Strausberger Platz nos preguntó algo en alemán y se quedó con sus dudas.

Ya en la Alexander Platz, volvimos en metro a la pensión, porque a mí con la caminata me había salido una ampolla. Recomiendo si tienes un par de horas, caminar por la Karl-Marx Alle, antes de la caída del muro llamada Stalinalle.

Para llegar a los sitios conviene saber en que parada de metro debes pararte.

Si quieres comprar chocolate en la tienda Fassbender&Rausch y visitar la plaza Gendarmenmarkt , has de bajarte en Stadtmitte
Si quieres ir a ver el Bundestag, hay que bajar en la Unter der Linden
Si vas a ver la nueva sinagoga en Oranienburger
Para ir al Museo Tecnológico parada de Gleisdreieck

Tres días y medio me supieron a poco y no es porque no aprovecháramos el tiempo dado que dejábamos la pensión a las 9 de la mañana, algunos días aún antes, y volvíamos pasadas las once de la noche. Tuvimos mucha suerte porque la semana pasada, la última semana de agosto hizo muy buena temperatura y no nos llovió salvo el día que marchábamos.

Si tienes poco tiempo debes organizarte. De lo que vimos creo que merece la pena subir a la Torre de la Televisión, a la que llamaremos Pirulí. A más de 200 metros la vista de Berlín es espectacular. Recomiendo desayunar y mientras te tomas un café con un trozo de tarta, vas girando en la torre. Tarda casi media hora y se pueden tomar fotos espectaculares. Así se ve los edificios más altos de la ciudad, los distintos barrios y tipo de edificios, el curso del río Spree. La entada para subir a la torre son 9,5 € y el desayuno te sale por otros 7 €

Recomiendo también ir al Bundestag. Hay que madrugar. Estar en la entrada pasadas las 8. La cúpula es espectacular y las vistas no están mal sino has estado en el Pirulí.

De los museos que ví, el Pérgamo es una maravilla. El tecnológico es curioso y el Judío destaca por la estructura del edificio y la diferenciación de cada sala. En el Altes Museo te puedes tirar una mañana entera gozando con esculturas. Galerías de arte hay unas cuantas. Para todo ello si vas a ver más de un museo te sale a cuenta comprar una tarjeta la MuseenBerlín que te da acceso a los museos antes citados. Me quedaron pendiente de ver el Museo Helmut Newton y el Erótico. Lo dejaremos para la próxima.

Para callejear, está bien pasear por Kurfürstendamm. Íbamos con idea de visitar Garage, esa tienda donde se puede comprar ropa de segunda mano a peso, en la calle, Ahornstrasse, y nos debimos columpiar porque veo ahora que hay otra calle igual perpendicular a la Königstrasse.

La pensión tenía tres camas y nos costaba 25 euros por persona al día. No se me hizo caro. Llenar el estómago tampoco sale caro. Al lado de casa negocios de alimentación de turcos vendían 1/2 asado por 2 euros, raciones de pizza por poco más, donner tellar por 4 euros, y pizzas que en nada tienen que envidiar a las de Italia por 6 euros (Restaurante Mora Mora). De comida asiática van bien servidos. Hay un sinfín de restaurantes chinos y thailandeses. No faltan tampoco los vietnamitas y los Indios. Probamos un poco de todo y quedamos encantandos porque en ciudades como Logroño, solo hay Dönner Kebap pero con mucha menos variación.

En cuanto a bebida dimos buena cuenta de cervezas. Pasamos de las pilsner y nos metimos de lleno en el maravilloso mundo de las Hefe-weissbier, esas cervezas de trigo (la Paulaner por ejemplo) en vasos de medio litro que nos regaban por dentro dejándote medio anestesiado.

No podíamos pasar de ver la Puerta de Brandenburgo, que está siempre hasta arriba de turistas. Una vez allí hay que pasear por la Unter der Linden, retratarte frente al Hotel Adlon y desviarte luego por la Friedrichstrasse. Ambas calles están a rebosar de comercios y hay tiendas de souvenir donde comprarte la típica camiseta del Ampelman.

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