Archivo del Autor: Francisco Hermoso de Mendoza

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Manual de modelado de corazones para hombres de hojalata (Pablo Llanos Urraca)

Pablo Llanos en este poemario le da mil vueltas, como el niño que juega con el cubo de Rubik, a esto del amor. Como cantaba Sabina, cuando todavía tenía voz, Amor se llama el juego en el que un par de ciegos juegan a hacerse daño, y cada vez peor y cada vez más rotos, y cada vez más tú

Pablo va por este mismo camino. Es decir, no hay amor sin espinas, no es el amor un camino fácil ni complaciente. Y aquí más que amor hay desamor, separación, abismo, rupturas, cicatrices, aproximaciones, inseguridades, tropiezos, debilidades, superación de los miedos, parejas que buscan más la perfección que la felicidad, parejas que recorren el espacio que va del primer beso al portazo, parejas en las que él confiesa ser más hábil con los juegos de palabras que con los juegos preliminares, porque a estas alturas ya sabemos que las personas no casan tan fácil como los calcetines, aunque nos perdemos igual.
Resumiendo: aquí tenemos la carne de la vida embutida en tripa animal para solaz del lector carnívoro.

Al leer el poemario no evoco las siete fases que nos hacen pasar de la indiferencia al apasionamiento, como recogía en Stendhal en su librillo Ernestina o el nacimiento del amor, sino que me trae ecos de Karmelo C., o mejor, resonancias (magnéticas), ya saben esos poemas que van directos a nuestros órganos para escanearlos al detalle, poemas que son un tortazo en plena jeta, o un pellizco en las entrañas, o ese piropo que te saca los colores, o aquel reproche que te deja con cara de tonto y un puñado de contradicciones en cada mano.

Pienso que el amor dura tanto/ como el tiempo que logras/ sostener la mirada.

Pablo maneja bien las palabras y juega con ellas, es decir, hace juegos de palabras y lleva el poema a lomos de su ingenio adonde él quiere, para que cuando estés confiado, de repente, te cambie una palabra por otra y te quedes a cuadros, y debas volver al poema y apreciar la mudanza y su sentido (dejaron claro que no podía morir el uno sin el otro; supe que era/ alguien especial/ cuando saltaron todas/ mis alertas de inseguridad; nuestra ruptura fue/ un conflicto de desintereses; siempre fui incapaz/ de contener mi mal ingenio)

Y me pasa una cosa curiosa, porque cuando leí

MIS PROBLEMAS CON LOS CALCETINES

Cuando, tendiendo la ropa,
se me cayó un calcetín al patio
tuve un pensamiento
que no quería tener.

En vez de tener, leí tender.

Y otra cosa que me ha gustado de este poemario es la selección de las citas que elige Pablo, como esta de Auster.

Todo hombre tiene un momento único en la vida.
Yo los he tenido a montones.

Manual de modelado de corazones para hombres de hojalata
Pablo Llanos Urraca
Cuadranta Editorial
107 páginas
2022

Por el Camino de Santiago

Quería sentirme un peregrino más, al menos por unas horas. Aprovechando que el Camino de Santiago pasa por Logroño, partiendo de esta ciudad, me encaminé en bicicleta hacia Santo Domingo de la Calzada, sito a poco más de cuarenta kilómetros de Logroño. La salida se hace por el parque de la Grajera, para luego encaminarte hacia Navarrete. A la salida del pueblo de Navarrete recomiendo parar un momento a ver la puerta románica, en la entrada al cementerio, con la idea del tempus fugit en mente.

Navarrete

Sin entrar en Sotes, antes de llegar a Ventosa, el bello paisaje, mezclando sus verdes y amarillos ofrece a la vista del viajero un kilómetro artístico, con paneles fotográficos. En ellos vemos señoras charlando, una puerta azul en una fachada que se mimetiza con el paisaje, o fotos de época aferrada por una mano nervuda.

Ventosa

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Había animación en Ventosa, a pesar de ser aún temprano, con La Mielería en su entrada. Subimos a ver la iglesia y me gustó una placita, en la cuesta que conduce a la iglesia, muy simpática, bajo el cartel de El Rincón de los abuelos.

El rincón de los abuelos

En Nájera hicimos una parada junto al río. Los peregrinos de todas las nacionalidades (en el camino la mayoría eran asiáticos, muchos peregrinos de avanzada edad, como un grupo de “Grannies from Taiwan”) charlaban animadamente, hermanados en su peregrinaje, intercambiando anécdotas y peripecias de su viaje (comenzando en Roncesvalles, una vez en Logroño ya se han completado 136 kilómetros, aunque aún restan más de 600), que para algunos ya había sido completado más de una vez.

Nájera

Luego el camino ofrece al ciclista algún momento en el que ha descender de la bicicleta ante el mal estado del firme y hacer ese corto tramo andando. Proseguimos luego hacia Azofra, la pista es ancha, y pica hacia arriba, para pasar luego delante del campo de golf de Cirueña y arribar finalmente a Santo Domingo de la Calzada.

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Antes de llegar, por una pista que deja de ser de tierra, veo cómo la Torre Exenta compite en altura con un silo. Recomendable es echar un ojo a las bonitas vidrieras de la Catedral. A su vera, la referida Torre Exenta. Si alzamos la mirada al cielo raso, repararemos en un reloj, que data de 1780, restaurado en 2005 y todavía en uso.

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Vidriera Santo Domingo de la Calzada

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Palos de ciego (El Irra)

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Leí Palos de ciego a la par que Cuaderno de Tormentas y creo que ambos tienen muchos elementos en común. Si en el comic de David Rubín el horror se plasma en la Ciudad Espanto a través de la fantasía, en Palos de ciego, el horror se plasma cogiendo unas muestras de la realidad, sin necesidad de echarle imaginación, sino aguzando la mirada, no rehuyendo la vista, buscando los puntos ciegos, para poner frente al lector, en toda su crudeza, la violencia y el sexo explícito, el oficio de la prostitución, y el trapicheo con las drogas, los ajustes de cuentas, las palizas, las venganzas, el ojo por ojo, el mal fario, lo marginal y lo entrañable, la sangre y las vísceras, y más corazón que cerebro, en resumen, todo un conjunto de alimentos que engordan el caldo gordo de la desesperanza.

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Y todo da comienzo cuando Jesús vuelve a Sevilla, a su barrio y al poco de su retorno quiere retomar las cosas con su chica Irene. Mientras, se va empleando en trabajos precarios y mal pagados, como repartidor, mulo de carga… E Irene, por su parte, trata de dejar la prostitución y ganarse la vida de otra manera, incluso hay brotes verdes de esperanza cuando Irene se queda embarazada y la vida sigue, aunque también hay cuentas pendientes y finales no felices, final servido, en las últimas páginas como cuando contemplamos una puesta de sol, con tonos rojizos o anaranjados, un ocaso sangriento.

Palos de Ciego
El Irra
Astiberri Ediciones
2016
136 páginas

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2222 (P. L. Salvador)

2222 de P.L. Salvador nos sitúa en un futuro lejano que no lo parece tanto, a tenor de lo que pasa hoy en el mundo, con guerras, genocidios y escaladas bélicas sofrenadas que parecen extraídas de un gag de Gila (¿Es el enemigo?), donde se matan (de momento son ellos, pero cualquier día podemos ser nosotros también) lo justo para que no todo estalle, de momento.

El escenario en el que nos sitúa la novela es lo que sucede cuando no acontece un apocalipsis, sino una reducción drástica poblacional (eufemismo que podría reemplazar al término Exterminio). Siempre rondan estas ideas de que sobra gente y que hay que poner solución al hacinamiento. Estas ideas a menudo vienen del primer mundo, el mismo que produce, atesora, despilfarra y tira mucho de lo que produce. El problema no es solo que los recursos sean escasos, sino que a ello hay que añadir que el mercado con su lógica de la oferta y la demanda hace que mucho de lo producido vaya a la basura, se tiran toneladas de leche, se vuelcan camiones con fruta, se mandan a la basura limones porque tienen una pinta en la piel…

Volviendo al tema. Es necesario e ineludible un exterminio y habrá muertos y supervivientes. La historia nos sitúa en una casa, una plantación, una finca en Benissa (cuyo propietario es Zalt, que heredó un reino y ahora tiene un imperio), en la que conviven una célula, un grupo, una comunidad, todos ellos llamados a salvarse pues forman parte de un plan que los dejará al margen del Exterminio. ¿Pero en realidad se salvan? ¿O vivirán víctimas del remordimiento hasta su final?

El Coronel (el ideólogo) y sus preguntas actúan como lubricante. Preguntas que no necesariamente han de ser contestadas, pero que te enfrentan a algo, que sitúan un espejo delante, que obligan a posicionarte, a definirte, a ver qué hay dentro de uno mismo.

Uno de los hallazgos de la novela es el personaje de Kest, una ginoide. Mucho se hablará en el futuro de nuestra manera de relacionarnos y comportarnos con las máquinas, cuando estas sean réplicas humanas. Aquí, como Aquiles en el gineceo solicitando ser mortal y morir como tal, o como Jesús muriendo en la cruz por el perdón de los pecados (de nosotros los mortales), Kest también quiere dejar de ser sintética, quiere ser más (o dejar de ser) que una máquina y tener un corazón humano, y llorar, sentir el dolor, y la compasión, ser madre junto a Zalt (con óvulos de Rut; en un futuro que supera las relaciones de pareja y se abre a otras relaciones humamo-afectivas, geométricas, triangulares, cuadrangulares u octogonales), alcanzar lo humano, lo que nos eleva y destruye, en definitiva.

Y ante un Exterminio (que dejaría la población mundial de 22 mil millones en cuatro) no se puede hacer la vista gorda, no sirve mirar para otro lado y dejar que escampe. Por lo tanto los que viven en la plantación: Zalt, Kest, Rut, Chant, Brent, Fit, Let, Anut, El Coronel, Fliet, Yurt… llegado el momento deberán posicionarse. Al saber qué se cuece, o se resignan o se indignan. El nuevo tablero de juego después de la resaca organizadora discriminará entre Organizadores, Colaboradores, Resignados e Indignados (Activos y Pasivos). ¿En qué grupo crees que te situarías?.

Cuenta Semprún que cuando fue liberado del campo de concentración en el que estaba preso, cruzó al otro lado, llamó a un timbre, le abrieron la puerta, en alemán pidió un deseo que le fue concedido. Subió a la primera planta, miró por la ventana y vio el campo de concentración justo en frente, las chimeneas, TODO. Les preguntó a los habitantes de la casa si lo sabían, no esperó a saber si eran colaboradores, u organizadores, o resignados, indignados (parecía que no).

La historia siempre se repite y en 2024 o en 2222 siempre habrá que tomar decisiones, si lo que las alienta es la Ética mejor, sino el mundo es posible que cualquier día reviente y la Civilización sea solo un recuerdo más de un mundo preterido.

La estupenda y estimulante novela de P.L. Salvador que se nos sirve a modo de diarios eslabonados, para cifrar o historiar lo que ha sucedido; diarios de Zalt, Kest, Rut, Zalt y Fánot. Salvador hace preguntas y deja que el lector se dé a sí mismo, en privado, su propias respuestas.

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P. L. Salvador
Editorial Pez de Plata
2017
104 páginas