Archivo de la categoría: comic

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Cuaderno de tormentas (David Rubín)

Cuaderno de tormentas, de David Rubín, publicado por Planeta DeAgostini en 2008, volvió a publicarse una década más tarde, esta vez en Astiberri Ediciones.

El índice nos sitúa ante un tablero de juego, algo parecido al juego de la Oca, aquí con 40 casillas. Si nos fijamos en los epígrafes, nos encontramos con casillas tan sugerentes como La Garganta del Olvido, la Calle del Ánima del Fuego Fatuo, la Biblioteca de lo Nunca Escrito: doña Nadie, El Circo del Desaliento o El Gabinete del Suicidio, entre otras, y todas estas casillas van referidas a la Ciudad Espanto.

Cuaderno de tormentas

De entrada, la historia resulta prometedora, el autor de la misma, dice haber visitado la Ciudad Espanto. Ha tratado de captar lo que ha visto en su Cuaderno de Tormentas; ha conseguido escapar de las fauces de la ciudad. La lectura se principia pues como una visita a la Casa del Terror.

Vemos cómo un dibujante las pasa canutas y sufre mucho al haberle dejado de lado la inspiración. Un día, sentado en su escritorio, recibe la visita de un espíritu, un sombra, que le ofrece una faústica solución: historias que contar. Debe coger su Cuaderno de Tormentas y acompañarlo. Así poco después se encuentra frente a las fauces de la Ciudad Espanto, capaz de devorar, si cruzamos el umbral, y accedemos como por un tragantúa a la ciudad, todo aquello que nos hace humanos.

Cuaderno de Tornentas

Ya dentro nuestro dibujante las pasará canutas. De entrada, atraviesa las Gargantas del Olvido, que a su vez son también los llamados Puentes de Orfeo. Si conocemos la mitología griega, sabemos que no podrá echar la vista atrás en ningún momento. Verá también la gigantesca estatua de Sansona Domínguez, una estatua con el corazón blindado, evitando así el sufrimiento.
El avance por la ciudad de pesadilla, ciudad tenebrosa, capaz de producir al visitante un escalofrío tras otro, le dará a conocer a personajes como Argimiro Minotauro, convertido en un estilita, que decidió arrancarse los ojos para no ver, vivir así de oído y feliz, recorriendo el laberinto de su cabeza.

Cuaderno de Tornentas

Las múltiples historias se nos presentan al comienzo en dos páginas con texto o mediante diálogos. Hay páginas muy originales, como cuando el dibujante transita por el Callejo del Eco. El visitante es golpeado por los errores de juventud, los fantasmas le devuelven los golpes por las decisiones mal tomadas, por los errores que malgastaron los mejores años de su vida. Tiempo perdido convertido en martillo y espada contra el presente. Consigue el dibujante escapar de sí mismo, los gritos del niño que fue van detrás, cada paso que da, a la carrera, lo da con alegría de faquir.

Cuaderno de Tornentas

Y hasta en la Ciudad Espanto hay ocasión para el amor. El dibujante se prenda de una mujer a la que conoce en una fiesta, en la mansión monsieur Automatique; acaudalado empresario que ha hecho su fortuna al ser capaz de borrar de la mente de sus clientes los episodios incómodos, los recuerdos que atormentan la existencia.

No parece que un final feliz esté el alcance del narrador y debe haber gato encerrado en ese flechazo amoroso inesperado. Veremos que sucede por boca de ella. Mientras la narración avanza, el dibujante va moviéndose brioso por las casillas, hasta el Túnel de las Furias, parra arribar a la Avenida de los Carabineros de Piedra.

Cuaderno de Tornentas

Y si bien el espíritu condena finalmente la vanidad del dibujante a borrar su mente, algo debe fallar, porque la historia se convierte en papel, el dibujante tendrá su historia, habrá pagado un alto precio, pero el lector, a cambio, tendrá ahora entre sus manos una divertidísima historia, espléndidamente ilustrada, cuyas poco más de cien páginas, permiten experimentar en el lector un viaje terrorífico.

Al final, y al hilo del proceso creativo, hay un interesante apéndice de veinte páginas, en las que vemos la diferencia entre el boceto y la página final.

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Palos de ciego (El Irra)

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Leí Palos de ciego a la par que Cuaderno de Tormentas y creo que ambos tienen muchos elementos en común. Si en el comic de David Rubín el horror se plasma en la Ciudad Espanto a través de la fantasía, en Palos de ciego, el horror se plasma cogiendo unas muestras de la realidad, sin necesidad de echarle imaginación, sino aguzando la mirada, no rehuyendo la vista, buscando los puntos ciegos, para poner frente al lector, en toda su crudeza, la violencia y el sexo explícito, el oficio de la prostitución, y el trapicheo con las drogas, los ajustes de cuentas, las palizas, las venganzas, el ojo por ojo, el mal fario, lo marginal y lo entrañable, la sangre y las vísceras, y más corazón que cerebro, en resumen, todo un conjunto de alimentos que engordan el caldo gordo de la desesperanza.

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Y todo da comienzo cuando Jesús vuelve a Sevilla, a su barrio y al poco de su retorno quiere retomar las cosas con su chica Irene. Mientras, se va empleando en trabajos precarios y mal pagados, como repartidor, mulo de carga… E Irene, por su parte, trata de dejar la prostitución y ganarse la vida de otra manera, incluso hay brotes verdes de esperanza cuando Irene se queda embarazada y la vida sigue, aunque también hay cuentas pendientes y finales no felices, final servido, en las últimas páginas como cuando contemplamos una puesta de sol, con tonos rojizos o anaranjados, un ocaso sangriento.

Palos de Ciego
El Irra
Astiberri Ediciones
2016
136 páginas

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El Museo (Jorge Carrión & Sagar)

El Museo es el Museu Nacional d’Art de catalunya, inaugurado en 1934 (construido con motivo de la segunda exposición internacional barcelonesa). Los textos son de Jorge Carrión, las ilustraciones de Sagar. El estupendo resultado es la certera conjunción de los textos y las ilustraciones. En la contraportada se define este libro como un ensayo visual. Y sí, hay ganas de contar, con lo complicado que resulta concentrar la historia en tan reducido marco: aquí un libro ilustrado.

El museo

Siguiendo un orden cronológico, ante nuestros ojos irán desfilando el románico, el gótico (el retablo convertido en una máquina de generar relatos; su disposición en viñetas), el renacimiento, el barroco y el arte moderno, así como las distintas obras a través de las que se manifiestan, sean capiteles, frescos, cuadros (Pinturas murales de la conquista de Palma de Mallorca, Consagración de San Agustín; a Aparición de la Virgen del Pilar, Manuel Quijano, Autorretrato de Luïsa Vidal, Las amas de casa, Retrato de Carlota Vidal) o tablas (Madre de Dios con niño y ángeles), arcas, pergaminos, esculturas.

El Museo

Como ensayo, el texto es la sucesión de interrogantes, por ejemplo, cuál es la naturaleza de un ensayo y las distintas maneras de definir un museo: un banco de ojos, una maquina de ordenar, una historia de luz, una maquina de expropiar. Antes de que existe un museo nacional ha de existir una nación, su poesía y su paisaje: su ficción; Jacint Verdaguer escribe los dos grandes poemas épicos de la literatura en catalán: L’Atlantida y Canigó.

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Los museos son también una historia de los medidos de locomoción y de transporte, de las tecnologías de conservación y de reproducción, de las leyes sobre el patrimonio y de los agentes que actúan fuera de la ley, de la nobleza y el pillaje. Leo que en 1919 fueron arrancadas las pinturas de la iglesia de Santa Maria de Mur. También entre 1910 y 1930 se produjo un expolio de obras de arte románico en el valle de Arán y valle de Boí (entre finales del siglo XI y mediados del siglo XII, se construyeron en el valle ocho iglesias y una ermita: el resultado es uno de los conjuntos monumentales más importantes del mundo), después de que se hiciera un inventario con las obras existentes en esos lugares. Un museo es también una academia: el lugar donde los alumnos copian a los maestros, donde una época aprende de las anteriores.

El Museo
El museo como palimpsesto desde las catacumbas (las cuevas fueron los primeros museos), los muelles de carga, las iglesias, los talleres de restauración, hacia la verticalidad (cuando acaben las obras, el cimborrio de la Sagrada Familia tendrá una altura de 172 metros). Aún hoy hay iglesias que permanecen enterradas, como la Sant Pau del Camp, bajo el barrio del Raval.

En algunos capítulos se abunda en lo prosaico y mundano y la palabra la toman los empleados del museo, narradores de historias como Vargas, dando cuenta de la muerte de un suicida en la azotea en los años 90 o la de otra empleada, Roser, que al perder la vista debe vivir de memoria; un capítulo que sorprende a medida que se visualiza, y resulta un hallazgo la manera que tiene Sagar de plasmar la retinosis pigmentaria de Roser.

El Museo

Y como el arte es algo manual, comparecen los ojos de Picasso en su visita al Museo antes de abandonar España para no volver más, o las manos de Goya, obligado a comunicarse con ellas a medida que se queda sordo. Y es requerido por Jovellanos para que Goya le dibuje la lengua de las manos, a establecer una pedagogía, una gramática de ese idioma para los que tengan que aprenderlo.

El museo

La historia de Barcelona es también la de los asentimientos y las barracas en Somorrostro, en PobleNou o en la montaña de Montjuic, recuperadas con la figura de Carmen Amaya y las fotos existentes en el museo. Se habla también de la pintora LLuïsa Vidal muerta en 1918 y poco a poco olvidada, como sucedió con otras artistas como Ángeles Santos Torroella (Retrato de Conchita).

Muy bueno.

El Museo
Jorge Carrión & Sagar
Norma Editorial
2023
204 páginas

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La vida (Tyto Alba)

El cómic, La vida, de Tyto Alba pone el foco en la relación de dos artistas, Pablo Picasso y Carles Casagemas.
Se conocen en Barcelona en 1899 antes de que Picasso se convierta en el gran pintor que fue y aquí el malagueño va experimentando, probando cosas, tanto en lo artístico como en lo personal, descubriendo el amor y sus devastadores efectos.
Lejos de España de su olor a sacristía y alcanfor, en París, donde acuden para La Exposición Universal de 1900, ambos encuentran una liberalidad inédita. Carles se enamora perdidamente (será su perdición) de la modelo Germaine Pichot.
La vida
Los celos y las inseguridades le jugarán una mala pasada a Carles que acabará
suicidándose en el Café Hippodrome con 20 años.
La vida
A partir de la muerte de su amigo, Pablo principiará su etapa azul. La vida es el título de uno de los cuadros de ese período.

Las acuarelas de Tyto ofrecen calidez, y los textos sin abundar en los subrayados van mostrando acciones, hechos, acontecimientos que van cincelando las personalidades de Carles y de Pablo, porque nada surge de la nada.
El cómic ha servido para traer de vuelta, y evitar la caída en el olvido, del pintor Carles Casagemas.