El aceite de oliva y la luz

Si nos informamos acerca de cómo conservar el aceite de oliva, vemos que en la práctica no solemos cumplir las recomendaciones, ya que el aceite es un producto vivo, que al contrario que el vino, no envejece, sino que se enrancia, pasado unos meses, más allá de un año según el tipo de aceituna. Para conservar su integridad y frescor debemos mantenerlo alejado del calor excesivo, del aire, de la humedad y sobre todo de la luz. Debe conservarse (los mejores envases son los de vidrio, cristal, latón impermeabilizado o acero inoxidable) preservado de la luz solar y, a ser posible, a la temperatura óptima de conservación, que es de 20°C. A bajas temperaturas, puede espesarse temporalmente, sin que esto tenga ninguna importancia, ya que cuando suba la temperatura recuperará su densidad habitual.

El aceite de oliva molturado y envasado a principios de cada campaña, de Noviembre a Enero, puede tener un color verde o dorado, convirtiéndose en dorado-brillante hacia su final en verano-otoño, de forma absolutamente natural, por decantación.

Una vez leído esto, luego pensemos en los grandes supermecados como el aceite de oliva, está todo él sobreexpuesto a una luz intensa, durante muchas horas del día, durante muchos meses, de ahí que su calidad se vea mermada. Algo por otra parte lógico ya que siguiendo las recomendaciones debería estar en la oscuridad, algo que en un negocio de venta de productos no es posible. No obstante una vez en su casa, si que puede guardarlo en la alacena, en la despensa, en un armario a fin de mantener sus propiedades.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *