Archivo de la etiqueta: Ramón María del Valle-Inclán

IMG_20201103_160034

Valle-Inclán noir

Valle Inclán noir bellamente editado por La Felguera, recoge artículos, ensayos, poemas o conferencias. Ese componente noir que sirve como hilo conductor hermana este heteróclito libro con otro, La lámpara maravillosa, del cual ya di cuenta aquí. Están los presentes textos impregnados de misterio, que versan bien sobre el psiquismo, la nigromancia, el garrote vil, las leyendas gallegas o sobre temas más prosaicos y belicosos como la guerra y los españoles o bien incluye poemas a modo de Testamento, o un Réquiem que es un llamamiento a la parca. En tiempos pandémicos todo este baile de muertos, fantasmas, calaveras y apariciones quizás no sea lo más adecuado, o sí, cuando bien se hace, y Valle Inclán es maestro consumado. En todo caso el libro, que uno quisiera infinito, para apurarlo hasta las heces, me sabe a poco, no por el concentrado de su prosa, sino por su extensión, ya que descontando las páginas en blanco, las páginas en negro y las paginas con fotografías, apenas llegan al centenar las páginas escritas. Más flojitas me resultan esas notas periodísticas en las que se habla acerca de las conferencias dictadas por Valle-Inclán, como la de Los excitantes por citar una; más interesante creo que hubiera sido tener la transcripción literal de dichas conferencias. Lo que sí queda claro es la habilidad que tenía el autor para manejarse tanto en poesía como en prosa, abordando todos esos temas que lo convierten en el primero y el último de nuestros modernos, si hemos de hacer caso a lo que afirman los editores. Valle-Inclán, el creador del lenguaje que llamó esperpento, cuyo objeto era convertir la negra carne del mundo en la piedra del sabio, como comenta Ramón Mayrata en el prólogo.

Epitalamio

Epitalamio (Ramón del Valle-Inclán)

Composición lírica escrita en honor de una boda. Así define Epitalamio el Diccionario de la Real Academia. Y es lo que hay. Ramón del Valle-Inclán (1866-1936) en esta novela o relato, con una prosa riquísima y abundantes referencias librescas: aparecen citados en el texto Baudelaire, Heine, Mefistófeles, Don Juan, Dante y otras expresiones que desconocía como ¡Augusta, por los manes de Homero!… Attilio Bonaparte, un príncipe mujeriego seduce -es un decir, porque la que lleva el mando es ella- a Augusta, casada, lujuriosa y adúltera y se ven a escondidas, solo en parte, porque en esos lances amorosos a veces está presente la hija de ella, Beatriz, lo cual da pie, como es de esperar, a hablar de la Divina Comedia, donde ella, Augusta, sería Francesca, más que la Turris ebúrnea, donde la narración se desgrana entre bromas y veras, caricias y escorzos, risas y muecas, con la expectativa inflamando el deseo y los cuerpos.
El final, a tenor del título, es el esperado y si nuestro Don Juan no se puede esposar con la madre, pues para eso está la joven Beatriz, para propiciar el amor entre su madre y su amante bandido casándose con este.
Epitalamio forma parte de la Narrativa completa de Valle-Inclán publicada por Espasa, incluida en su tomo I. Me ha resultado una buena manera de entrarle al autor.