El calentamiento global

Según un estudio publicado en la revista Geophysical Research Letters en el año 2040 la capa de hielo que cubre el Ártico podría haber desaparecido. Se han hecho simulaciones por ordenador y con las tasas de acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera en 2040 sólo habrá una franja de hielo perpetuo en el Norte de Groenlandia y en Canadá, lo cual incidirá notablemente en el calentamiento global.
Bruno Tremblay, científico de la Universidad McGrill de Montreal, aseguró que “las aguas abiertas absorben más luz que el hielo. Esto supone que las crecientes regiones de agua sin hielo acelerarán la tendencia de calentamiento global”. “En 20 años el ritmo de desaparición del hielo podría ser cuatro veces más rápido de lo nunca vivido en el Ártico”.

Esto apunta en la misma dirección que los datos aportados por Al Gore en el brillante y necesario documental, Una verdad inconveniente (se estrenó hace unas semanas en los cines españoles con escasa repercusión, entre otras cosas, porque en muchas ciudades los cines han preferido estrenar otras películas más rentables, que este necesario y esclarecedor documental, cuyo visionado debería ser obligatorio en las escuelas y en los parlamentos para que los que tienen la potestad de cambiar las cosas tomen buena nota), donde Gore expone con abundante y comprensible información en qué consiste el cambio climático, que factores lo aceleran, y que futuro nos espera de no tomar prontas medidas los Gobiernos, encaminadas a reducir las emisiones de gases a la atmósfera y a buscar una mejor eficiencia de los escasos recursos naturales de los que disponemos. En el documental Al Gore ya habla también del deshielo, de la mayor velocidad con la que éste tiene lugar y como este hecho afecta al calentamiento global.

La pregunta que cabe hacerse es la maltrecha situación de este planeta hecho trizas es un proceso irreversible o si estamos todavía a tiempo de enmendarlo. Hay que actuar ya.

El cura genocida

En 1994 tuvo lugar en Ruanda una carnicería de proporciones escandalosas. Ese año a “machetazo limpio” un millón de personas perdieron la vida (más que durante la Guerra Civil Española) en la guerra mantenida entre los hutus y los tutsis. Es sabido que las guerras en África importan poco o nada, de ahí que aún habiendo muerto un millón de personas en menos de un año, lo que arroja un saldo de 2.800 muertos diarios, apenas tuvo eco en la televisión, salvo alguna conexión en directo en la que se veían cuerpos mutilados desparramados por los suelos . ¿Cuántos libros se han escrito al respecto, sobre esa guerra civil acaecida en Ruanda?.

Está claro que no todos los muertos son iguales. No es lo mismo, y así se constata todos los días en los medios de comunicación, la muerte de un marine americano en una “misión de paz o preventiva” que la de mil negros en África.
Una Tribunal de la ONU condenó ayer a Athanase Seromba un sacerdote católico, a 15 años de prisión, por ordenar que unas máquinas excavadoras aplastaran una iglesia en la que se escondían 2.000 personas de etnia tutsi que eran perseguidos por milicias de etnias hutus que les asediaban fuera con machetes.
El cura genocida habló con el conductor de la excavadora, diciéndole cuando comenzar la demolición y que partes eran las más débiles.
Tras derrumbarse el tejado, los hutus remataron a machetazos a los supervivientes.

Tiene Nombres Mil, por Leonardo Dantés

Leonardo Dantes (le quedaría mejor Dantesco) se ha ganado a pulso su apelativo de ser el tipo más friki de nuestra ancha España por cosas como este vídeo musical:

¡ADVERTENCIA!: Antes de ver este vídeo asegúrese de tener a mano el teléfono de emergencias. Su visionado puede causar daños irreparables en el cerebro, perder para siempre el sentido del buen gusto y un run run en la cabeza con el estribillo que puede durar semanas. En caso de empezar a sentir malestar general, dolor estomacal o un fuerte sentido del ridículo, es mejor dejarlo cuanto antes.



Esto representa un auténtico manual de como hacer un vídeo friki con 4 duros de presupuestoy 2 dedos de frente. Lo tiene todo: la musiquilla bandurriera, el ritmillo simplón pero pegadizo, la letra infantiloide y facilona, la rima disonante, el estilismo cutre salchicero (lo de la cinta en la cabeza no tiene nombre), el movimiento bailongo repetitivo y descoordinado, el fondo de pantalla hecho con un spectrum 48… y ver a Leonardo Dantés por triplicado en la misma pantalla, que no todos los estómagos pueden soportarlo.

Al menos, en su defensa, hay que decir que mejor o peor, él al menos hace algo, no como otros, que viven del aire…

Enlace | Vídeo You Tube | Web de Leonardo Dantés

La publicidad un mal insoslayable

Hoy es imposible librarse de los pesados que llaman a media tarde para ofrecerte algún producto financiero, o contarte las maravillas de las adsl, eso sí, no entran en detalles, sobre como gestionar una futura baja, y los sinsabores y malos ratos que sufrirá el incauto consumidor si quiere llevar a cabo esa «procesión de Semana Santa» que supone lograr la baja de cualquier operadora de internet.

Luego, los buzones de las casas están cada día más atestados de publicidad. En muchas casas al lado de la puerta, la comunidad ha instalado un buzón a fin de que se deposite ahí la publicidad en lugar de en los buzones particulares de los vecinos o se pide que la publicidad se meta por debajo de la puerta «solo cinco ejemplares».

Otra opción es que al lado de los buzones haya una papelera, así directamente los folletos publicitarios van directamente del buzón a la papelera.

Es sangrante ver como nos bombardean diariamente con cantidades ingentes, toneladas de papel anunciando mil millones de cosas, para que luego, sin ni siquiera dedicarle una mirada vayan a la papelera. Qué malgasto de papel, de recursos limitados, que de seguir así tarde o temprano tocarán a su fin.

Parece que no es suficiente con las minutadas de publicidad que emiten las televisiones y las radios para que también nuestros buzones y nuestras líneas telefónicas estén atestadas día sí y al otro también de empresas que quieren vendernos algo.

Son los males de vivir en la era del consumismo, y ahora con la Navidad, ya ni te cuento.