
En Getaria, en el puerto, los niños y los que no son niños se lo pasan pipa saltando al mar desde considerable altura, como se ve en la foto que hice, donde se ve a un niño ejecutando un salto.
En Getaria, en el puerto, los niños y los que no son niños se lo pasan pipa saltando al mar desde considerable altura, como se ve en la foto que hice, donde se ve a un niño ejecutando un salto.
Fuimos a Tolosa a comer las pochas y nos volvimos con el rabo entre las piernas, porque en julio no es época de pochas. No está mal que uno antes de ir a una parte se informe, porque sino pasan estas cosas. Ya que no hubo pochas, hicimos acopio de provisiones lácteas, en forma de quesos varios. De gran curación la mayoría. Cogimos Idiazabal como manda la tradición y luego de todos dimos buena cuenta en la casa rural.
Ir a Tolosa y no echar la foto que se ve tiene tanto delito como no probar las famosas pochas, que secas se venden en bolsitas a razón de 12 Euros el kilo. Es en ese edificio blanco donde compramos los quesos y donde había otros puestos de verduras, de venta de leche de oveja fresca, de pan ecológico y demás productos de la tierra.
No conocía este pueblo, San Juan de Luz, del que había oído hablar maravillas y he quedado encantado. Por el paseo marítimo se ven casas como estas. A las que se accede por esa especia de puentes. Por debajo pasado la mitad del paseo, no hay asfalto. Las playas son largas y anchas, y se ve que es una zona turística por excelencia.
Nos costó más de media hora encontrar aparcamiento porque estaba hasta la bandera. El azar quiso que acabáramos comiendo en La Florentine, (31, Rue Sopite) un restaurante italiano, donde curiosamente no hablaban italiano (si bien es cierto que no hablamos con Paul Romanetti, que con el apellido debe ser de la península itálica) pero donde di cuenta del mejor tiramisú que quien suscribe se ha comido nunca.
Llegamos a esta casa rural, Abeta Zaharra por casualidad, pues no conocíamos de nada la zona. Quedamos encantandos. La casa es una pasada y la ubicación es privilegiada, entre montañas y cinco minutos en coche de Getaria. En las fotos que hice se ve la casa, y luego un poco más alejado de la misma, por un camino una plantación de txacolí, que abunda en Getaria que tiene denominación de origen.
Para el que guste de paseos por el monte, la ubicación de la casa le permitirá irse andando a Getaria e incluso a Zumaia, por senderos de Gran Recorrido.
La casa rural tiene seis habitaciones, dos en la primera planta y cuatro en la segunda. También alquilan un apartamento opción interesante para familias o varias parejas. Existe la opción de desayuno, con café y leche, tostadas, croissant, mermeladas, y zumo. En la entrada a la casa, hay un salón con televisión y media docena de mesas, que es donde se dan los desayunos y que puede ser empleado para picotear algo por la noche, en caso de que hayas comprado algo por ahí y quieras echar un bocado antes de irte al sobre.
Recomiendo ir al menos una vez andando desde Getaria, partiendo del cartel que indica Meagas 4,5 km, a la altura del restaurante Elcano hasta la casa Rural. Las vistas son espectaculares. Se ve la playa, y todo el pueblo desde la altura. El ratón de Getaria, la costa que va hasta Zarautz, y todo el terreno cubierto con plantaciones de txacolí.
Para ir a Zarautz desde la casa rural se puede ir a Getaria o bien directamente a Zarautz, siguiendo la carretera que te lleva a la casa rural antes de desviarte, esto es si, en lugar de tirar a la derecha, vas recto llegas a un cruce que te dirige luego a Zarautz, y haces menos kilómetros, si bien te pierdes también la espectacular vista que hay yendo por la carretera de la costa que une Getaria con Zarautz, donde han hecho un paseo por donde hay abundante gente andando, en patines o corriendo. Recomiendo hacer este paseo entre Getaria y Zarautz por la costa, pues es una maravilla.