El cristianismo (Friedrich Nietzsche)

El cristianismo, con su desprecio del mundo, hizo de la ignorancia una virtud cristiana, acaso porque el resultado más frecuente que la inocencia produce es el pecado, el dolor de haberlo cometido y la desesperación; de modo que se trata de una virtud que conduce al cielo dando un rodeo por los alrededores del infierno, pues la promesa de una segunda inocencia solamente se cumple cuando se abren los sombríos propileos de la salvación cristiana. Es una bella invención del cristianismo.

Aurora. Traducción de Pedro González Blanco

La Villa de Ocón

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Buscando la naturaleza y saliendo de Logroño, nuestros pasos se encaminan hacia la población de La Villa de Ocón. De la plaza de la Constitución y tras abandonar la pista que conduce a la Fuente tosca (a la que se puede acceder con el vehículo), y tirando recto por una senda, superando las piscinas, se camina siempre pegado al barranco, que queda a nuestra derecha, y en cuyo fondo se intuye un río. Travesía de unos tres kilómetros de ascensión en donde se van aternando zonas de umbría y solana, hasta llegar a la Fuente Tosca, en donde hallamos un área recreativa con numerosas mesas de piedra. Lugar ideal, a la sombra, donde encontrar solaz y reponer fuerzas con una ristra de chorizo riojano entre pan y pan de Entrena que nos acerca con precisión a la idea del paraíso en la tierra.

De la excursión dejo testimonio visual con las vistas de La Villa de Ocón en lontananza, de los restos de la Iglesia de Santa María y el castillo, enmarcando el horizonte y las inopinadas explosiones florales que subyugan al caminante por su belleza y fragancia. La comida en la Alameda de Pipaona bajo la arbolada fue la guinda. Pero esa ya es otra historia.

250. La noche y la música (Friedrich Nietzsche)

En la noche, en la semiobscuridad de los bosques sombríos y de las cavernas, fue donde el oído, órgano del miedo, pudo desarrollarse tanto como se ha desarrollado, gracias a la manera de vivir de la época de los terrores, es decir, de la más dilatada edad humana que ha existido. Cuando hay claridad, el oído es mucho menos necesario. De ahí el carácter de la música, arte de la noche y de la semiobscuridad.

Traducción de Pedro González Blanco.

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Las Ramonas (Ana Cabaleiro)

En Las Ramonas (traducido del gallego por María Alonso Seisdedos), Ana Cabaleiro (Saídres, 1974) nos ofrece una novela que mezcla los elementos propios del folletín -con Ramona, Mona, como protagonista, fotógrafa gallega de Saídres que ve cómo su marido le pone los cuernos con una concejala local, para luego desentenderse de su compromiso y desaparecer, lo cual le permite abordar a la autora una situación de ruptura en el seno de la pareja que acelera la caída de Mona, quien toca fondo, tanto en lo sentimental como en lo económico; las cogorzas que se pilla al finalizar los bodorrios tampoco le ayudan, y se ve además alanceada en su amor propio cuando ha de retornar al hogar casero superados los cuarenta- con otros de tinte social, como la precariedad en la que se ven inmersos todos cuantos rodean a Mona y ésta va conociendo en sus continuos desplazamientos en coche por las carreteras gallegas con aplicaciones recientes como el BlaBlaCar, dado que se ha quedado sin puntos. Conoce entonces camareras, azafatas de congresos, que tratan de costearse los estudios, pero que tampoco las sacarán de la temporalidad ni de los contratos basura.

Por encima de su infausta situación Ramona se siente artista y no una fotógrafa del montón, obligada a ganarse los cuartos como una fotógrafa de bodas. Ella tiene ideas en la cabeza que quiere llevar a buen puerto, pero no es tarea fácil. Decidirá no obstante jugárselo todo a una carta.

El ciclo de la vida al que se hace mención al final de la novela también sería aplicable al devenir de la propia Mona; tras el nacimiento y la caída, pasando por el aro, aún hay posibilidad para la resurrección, ARCO mediante. La novela toma entonces otro derrotero para ahondar en el arte conceptual, en cómo expresarse a través de la fotografía y la imagen. Mona quiere establecer un diálogo entre el pasado y el presente, incluso con aquel futuro de antaño que ya ha sido hoy superado y esta idea narrativa se cifra en el tren, en las estaciones (décadas atrás inauguradas de punta en blanco por el Generalísimo) hoy abandonadas, y aunque su idea flamígera resulte un fiasco le dará pie para su resurrección, echando mano de esas estelas paternales convertidas a veces en rampas de lanzamiento.

Incide mucho la autora en lo topográfico, en describir la geografía local a través de la toponimia y en su paisanaje, que como Las Ramonas del titulo hunden sus raíces en el terruño y en el abrevadero de la historia. Cabaleiro se maneja con soltura y chispa en los diálogos, para afinar su discurso reivindicativo y nada autocomplaciente, y pone también el acento en la idea de familia, en esa feminidad luchadora, trabajadora, curtida, superviviente, encarnada en las ascendientes de Mona, en todo aquel sustrato que da vida, soporte y amparo al resto.

De Conatus. 2020. Traducción de María Alonso Seisdedos. 154 páginas