Nacho confirmó que los futuros proyectados no se cumplen nunca, se cumplen otros futuros, los imprevistos, y que eso era lo que le prestaba a la existencia su pizca de sal (sic) porque si sólo sucediesen los futuros proyectados la vida sería una tediosa sesión parlamentaria y él estaría muerto de cirrosis.
Cabo de Hornos. José María Pérez Alvárez. DVD Ediciones (2005)