Archivo de la categoría: Ápeiron Ediciones

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Nietzsche, noble y filósofo (Meta von Salis-Marschlins)

Meta von Salis-Marschlins (1855-1929) fue una de las cuatro evangelistas que tuvo Nietzsche. Las otra tres fueron Elisabeth Förster-Nietzsche, Lou Andreas-Salomé y Malwida von Meysenbug. Como evangelista podemos esperar que Meta nos hable de la obra, vida y milagros de Nietzsche, noble y filósofo.

Y quién es Meta, se preguntarán. Meta fue la primera mujer suiza doctorada en Filosofía, en 1887, también la primera historiadora y conoció a Nietzsche, y entró en su órbita, accediendo a su intimidad entre 1884 y 1888.

¿A qué nobleza hace mención Meta en el título de este libro?

A aquella basada en las premisas de la buena sangre, la dura disciplina y una cadena de superaciones.

Nobleza que le impele a Meta a considerar a Nietzche el filósofo del aristocratismo.

Nietzsche sabía que escribía para una minoría, y nunca deseó ver sus libros en manos de la la inmensa mayoría. Coincidía con Heráclito en su vida solitaria y con Epicuro en su sencilla dieta, pues tenía aversión a engordar.

Meta es consciente que en su acercamiento a Nietzsche debe evitar tanto la condena superficial como repetir como un loro o mostrar la ciega admiración. La proximidad con el filósofo le permite describir aspectos de su personalidad, encontrando en su naturaleza mezcla de delicadeza y severidad.
Meta quiere conocer mejor a Nietzsche leyendo sus obras, y así nos cuenta cómo Aurora, fue un consuelo y una fuente de esperanza durante los veinte meses de aquel exilio autoimpuesto.

A Meta le sorprendía la voz, suave y melodiosa, así como la tranquila manera de hablar de Nietzsche. La risa ofrecía a su cara una conmovedora expresión infantil, y sus ojos eran los de un hombre que ha sufrido mucho y que, a pesar de salir victorioso, se yergue melancólico sobre los abismos de la vida, nos cuenta. En las conversaciones que Meta mantiene con Nietzsche constata que para los elevados razonamientos, este no empleaba expresiones rebuscadas.

El texto que también es autobiográfico ofrece alguna información sobre la juventud de Meta.

Yo me alegro de que mi juventud no cayese en un periodo de superficialidad y molicie. Se desarrolló más influenciada por los libros que por la vida, soñando con el futuro y despreciando el presente.
Y todos aquellas cualidades que tenía, que tan bien hubieran sido bienvenidas en un hijo, a ella, como hija, la devaluaron aún más. Pero Meta pudo comprar su libertad al precio de convertirse en maestra.

Muchos encuentros tuvieron lugar en Sils, tan unido a Nietzsche como el santuario de la diosa en Éfeso a Heráclito. Ella comprueba que a Nietzsche le gusta que le escucharan.

Nietzsche reflexiona sobre el efecto que la escritura obra sobre su persona.

El pensador solitario, que para sus ideas no encuentra aceptación ni eco, sin querer alza la voz y en sus escritos cae fácilmente en un tono irritado

Una forma de comunicación entre Nietzsche y Meta son las cartas.

Ahora me causa menos preocupación que usted lea mis libros: el más breve trato personal obra como corrector de un simple conocimiento libresco de opiniones y valores ajenos.

¿Cómo era Nietzsche?

Él mismo era delicado, fácilmente vulnerable, dispuesto a la conciliación, lleno de temor a hacer daño a los demás; su tarea exigía dureza, prohibición de compromisos, le causaba a él y a los otros dolor y amargura.

Gracias a Meta vemos el hondo impacto que en él tienen los libros de Dostoievski, como Humillados y ofendidos, cuyos pasajes lee con los ojos arrasados en lágrimas.

Para Nietzsche los libros que un hombre pone a su alrededor sirven como guía en su alma.

Meta y Nietzsche parecen ser dos almas gemelas.

El fanático amor a la independencia que yo misma tengo, hizo que lo comprendiera perfectamente. Por eso nunca le ofrecí nada que tuviera que rechazar. Pero sentía pena por él.

El repaso a las obras por parte de Meta, va más allá, abundando en su poesía, y ahí Meta ve el anhelo de un hogar, de una patria.

Su amor por la verdad no permitía el compromiso con el estándar cotidiano y la óptica ordinaria, ni su corazón permitía las constantes heridas y decepciones de quienes lo rodeaban. Su obra era su hijo, a quien sacrificó todo lo demás: también el grito anhelante de su alma necesitada de amor, también el anhelo de descanso de sus pies cansados. El sufrimiento, las privaciones y la soledad lo llevaron a las alturas del conocimiento: estuvo dispuesto a pagar el precio para alcanzarlas.

El libro se cierra con reflexiones de calado (que rebasan el propósito de estas notas) sobre un tema central de la moral: la compasión. Según Meta, Nietzche al igual que otros filósofos como Platón, Spinoza o Kant, coinciden en su desprecio de la compasión.

Dice Meta:

Estaba dispuesto a arriesgar su vida por sus ideas porque estas ideas significaban para él la realización de su existencia.

Y acabo con unas palabras de Aurora:

Nadie aprende, nadie se esfuerza, nadie enseña a soportar la soledad.

Nietzsche. Noble y filósofo
Meta von Salis-Marschlins
Ápeiron Ediciones
2022
Traducción y notas: Roberto Vivero
130 páginas

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Un candidato del futuro & Hombres de transición (Hermann Conradi)

No encuentro ningún libro de Hermann Conradi traducido al castellano (salvo un relato suyo, Una noche de primavera, reseñado en el blog de Manuel Fernández Labrada) por eso este ensayo que nos ocupa es, o puede ser, la vía de acceso a Conradi, que murió muy joven, a los 28 años, en 1890, y era uno de los exponentes más destacados del naturalismo alemán. Digo ensayo y tampoco es un ensayo, pues como manifiesta Roberto Vivero (responsable de la traducción y la edición) en un prólogo que no es tal y por eso se califica de Nota, de todas las muchas cosas que este libro podría ser, no es ninguna, quizás para hacerlo al gusto de Conradi, para lo cual sería necesario conocer su forma de ser, su espíritu y a ello podemos aproximarnos algo si leemos lo que otros, como Hermann Bahr, Carl Bleibtreu o Carl Korn escribieron sobre el precoz escritor a su muerte. Conradi para Vivero es un gigante, como Oskar Panizza, también olvidado.

El texto que más ha llamado mi atención ha sido el de Nietzsche, que nada tiene de panegírico y si de reconvención y que reza así.

Carta del 4 de octubre de 1886 a C. G. Naumann

Estimado señor editor, En respuesta a su amable carta, en esta ocasión solo quiero expresar mi negativa al deseo del señor Conradi. Este tipo de poetastros de veinticuatro años son los últimos lectores que deseo, y mucho menos quiero ser elogiado y pregonado públicamente por ellos.

Si Borges se enorgullecía de los libros que había leído, y Javier Gomá proponía enorgullecerse de no haber leído ciertos libros (por decisión propia), aquí Nietzsche incluso se daría el lujo de elegir quién puede leerle (y pregonarle) y quién no.

Las últimas 23 páginas del libro son la traducción de una parte del libro Hombres de transición & Un candidato del futuro.

En la contraportada leo que el estilo de Conradi superó las posibilidades de comprensión de sus contemporáneos. Y yo añadiría que también la de los lectores del futuro, porque sería necesario un buen aparato crítico para arrojar luz sobre la escritura de Conradi, que al no haber conocido a Ortega y Gasset no supo que la claridad era la cortesía del filósofo. A pesar de esto, veo cómo Conradi tenía en alta estima a Dostoievski:

Oh, Dostoievski, dales, dales a esos -ya se sabe a quién me refiero- o al menos tú sabes a quiénes me refiero, único, uniquísimo, incomparable, dales los instrumentos de tu abismal psicología: a todos aquellos que quieren tener algo que decir pero no han vivido nada, absolutamente nada: estos esclavos de los objetos que siempre han permanecido en la esfera de coerción y tributo de las cosas, de los fenómenos, y se han liberado, así, de todos los problemas y conflictos… Falta de experiencia que ya denunciaba Walter Benjamin.

También encarece Conradi a Nietzsche. Si aquel propuso el superhombre, Conradi, con el tiempo como herramienta, clasifica al hombre en filisteos (el hombre del pasado), el hombre de transición (presente) y los hombres del futuro.

Hermann Conradi
Un candidato de futuro & Hombres de transición
Ápeiron Ediciones
Traducción y edición de Roberto Vivero
2022
74 páginas

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La Torre (Hugo von Hofmannsthal)

Hugo von Hofmannsthal hizo en La Torre (1927) la versión de La vida es sueño. Es una versión muy particular, y esto lo veremos claramente si leemos previamente la obra de Calderón de la Barca. Ya desde el título hay una diferencia. Aquí el objeto central de la obra es la torre, convertida en cárcel, en imposibilidad, en sueño del que es imposible despertar. El desarrollo guarda algún parecido con la obra original. El rey es Basilio, rey de Polonia. Creyendo en lo que dicen las estrellas tiene a su hijo Segismundo encerrado, evitando así que lo mate. El mundo se filtra a través de Julián y Antonio, ayo y criado. Basilio decide dar una oportunidad a su hijo, llevarlo a palacio narcotizado, y comprobar que su hijo es una bestia salvaje ¿qué esperaba, si este no ha recibido nunca amor?

Aquí no hay apenas personajes femeninos, y ni Estrella ni Rosaura. Ni objeto de deseo ni figura maternal, sino una sombra espesa, viscosa, capaz de devorarlo y devolverlo al anonimato. Las algaradas populares quieren deponer a Basilio y aupar en el trono a Segismundo, el cual no está para estas luchas intestinas.

Si en la obra de Calderón el final era un final feliz al uso, con Segismundo perdonando a su padre y encontrando esposa, aquí Hugo von Hofmannsthal, mata a Segismundo, para el cual no existe la promesa de un porvenir sino el aciago devenir de la muerte, sin haber conocido otra cosa que oscuridad y silencio. No importa que aquí la vida sea un sueño o no, porque para este Segismundo no ha habido vida, ni vivida ni soñada.

Dad testimonio de que he estado aquí, aunque nadie me ha conocido, concluye Segismundo.

La Torre
Hugo von Hofmannsthal
Ápeiron Ediciones
Traducción y edición de Roberto Vivero
Año de publicación: 2023
138 páginas

¿Cómo se llama tu ornitorrinco? La entrevista galludjardiélica

Si quieren echarse unas risas siempre tan necesarias, y ahora más, en estos tiempos tan crispados, y disfrutar también con el ingenio de los entrevistados en las respuestas a las preguntas formuladas por Enrique Gallud Jardiel, lean este libro. Su sentido del humor (si aún no se ha extinguido por la falta de uso) se lo agradecerá.

A tiempo están de adquirir el libro en el Black Friday o de pedirlo a los Reyes Magos.

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